En el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) “se trabaja mucho mejor sin Pablo Cayota”. Así de lapidario fue Limber Santos, representante de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), sobre el ambiente de trabajo que quedó en el Ineed luego de que Cayota, consejero por la educación privada, renunciara a su cargo el 29 de noviembre, tras alegar “debilitamiento de la autonomía y de la independencia técnica” .

Para Santos, Cayota se fue del organismo por las mismas razones que en octubre de 2018 motivaron a Mariano Palamidessi, ex director ejecutivo, a renunciar. Ambos alegan “presiones de quienes gobiernan la educación” que imposibilitan hacer una evaluación de la educación transparente. Además, Cayota suma “intencionalidad política” a la demora en la presentación del informe Aristas en educación media que estaba prevista para octubre y ahora se pospuso hasta el 30 de enero.

Santos rechazó estas acusaciones y afirmó que puede “demostrar el tipo de observaciones que la directiva suele hacer en todos los informes, son aspectos técnicos”, y agregó: “En ningún momento se dijo que algo no debería publicarse porque nos deja mal parados; Marcelo Ubal y yo, como representantes de la ANEP, podríamos haberlo hecho, pero nunca lo hicimos. Las observaciones son de otra naturaleza, señalan incongruencias o cuestiones técnicas”.

Según opinó Santos, “lo que Cayota ha dicho en la Comisión Directiva es que no deberíamos decir nada, que deberíamos votar a ojos cerrados una versión que llega de los equipos técnicos porque cualquier señalamiento es una intromisión política. En realidad hay una creencia de que lo técnico es neutral y eso es garantía de independencia, pero todos los que hemos estado en contacto con las ciencias sociales sabemos que es un mito. La Comisión Directiva, que es la responsable final del informe, puede y debe revisarlo”. Tanto Santos como Alejandro Maiche, representante de la Universidad de la República, aseguraron que la demora en la presentación del informe se debe a una revisión más exhaustiva, que busca evitar los errores técnicos por los que fue criticado en su momento el último Informe sobre el estado de la educación.

En entrevista con Búsqueda, Santos enfatizó en los malos tratos de Cayota, y en diálogo con la diaria agregó: “La demora en este informe se debe, además, al clima de hostilidad con el que se trabajaba. Es lo que Alejandro Maiche llama la ‘lógica del griterío’, pero para mí tiene nombre y apellido: Pablo Cayota; además del griterío es la agresión verbal, la gestualidad física de salir dando un portazo, de poner en cada uno de nosotros juicios de valor de orden personal, de acusarnos de que estamos mandatados; ese tipo de falsedades es lo que generaba un clima hostil”, subrayó.

A la renuncia de Cayota se le sumó la de Giselle Tur Porres, designada este año tras un concurso internacional, tras la dimisión de Palamidessi; esta serie de renuncias hace que el trabajo se sobrecargue sobre los consejeros que aún están en sus puestos. “Ahora tenemos entre manos el trabajo con los equipos técnicos para que el informe salga en el último plazo que nos pusimos. Si llegamos a esa fecha depende del proceso y aún queda por hacer, estamos trabajando sobre versiones del informe que todavía distan bastante de ser la última”.