Esta semana el debate sobre la repetición en enseñanza media agitó a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), si bien el tema se viene discutiendo desde 2017 en distintos ámbitos. El seminario “Acompañar las trayectorias educativas: repetición y después” fue la detonante y, en ese marco, los inspectores de secundaria y UTU, junto con representantes de las Asambleas Técnico Docentes (ATD), se reunieron el jueves a discutir sobre los reglamentos de pasaje de grado en cada subsistema y a pensar alternativas a la repetición.

La instancia no dio para agotar la discusión, pero hubo varios puntos de acuerdo entre los actores, según comentó Antonio Romano, director de Planeamiento Educativo de la ANEP. En primer lugar, que tanto el plan 2006 en secundaria como el de Ciclo Básico Tecnológico en UTU, los más generalizados, tienen concepciones favorables para evitar la repetición, pero se contradicen con las prácticas educativas que generan (por ejemplo, cuando se plantea que la evaluación es un proceso pero luego se refiere a “instancias puntuales de evaluación”), y que por lo tanto es necesario modificarlos. También se planteó como una alternativa a la repetición generar instancias de acreditación por ciclos (en educación media sería en tercer año y en sexto) y la necesidad de “repensar los exámenes” como instancia de evaluación. Los inspectores también dijeron que es necesario “repensar las tutorías como estrategia de acompañamiento, y no en clave reparatoria como se conciben hoy”, explicó Romano.

Los dos integrantes del Consejo Directivo Central en representación de los docentes, Elizabeth Ivaldi y Robert Silva, cuestionaron en una nota de El Observador que la discusión del tema fuera únicamente entre los inspectores, aunque Romano aclaró que “los únicos que pueden tomar resoluciones sobre los reglamentos de pasaje de grados son los consejos de UTU y Secundaria”, donde ahora continuará el debate. El objetivo es que cada consejo convoque a un grupo de trabajo para analizar el tema, aunque de todas formas desde Planeamiento Educativo se volverá a reunir a los inspectores de UTU y del Consejo de Educación Secundaria para continuar la discusión que empezó el jueves.

Cómo evaluar

Para Romano, entre los docentes “está haciendo ruido que el mecanismo de evaluación sea tan impersonal como la suma de las calificaciones de los docentes en una reunión”. A su entender, los actores educativos constatan que “hay una contradicción muy fuerte en la política, porque nos preocupamos por el seguimiento de las trayectorias de cada estudiante pero al mismo tiempo aplicamos mecanismos impersonales para definir la promoción”. Recordó que “progresivamente se ha avanzado” en el sentido de disminuir la repetición, por ejemplo, con la circular de secundaria 3384, que habilitó a que los estudiantes de Ciclo Básico que repiten el año no tengan que recursar aquellas materias que ya aprobaron. Según Romano, el cambio se empezó a aplicar en varios liceos –es voluntario– “y está generando una sensibilidad distinta”. Además, recordó que el reglamento del Plan 2013 elaborado por la ATD establece que los estudiantes no vayan a examen sino que, al año siguiente, pueden aprobar la materia con un plan especial. “Hay indicios que permiten pensar que hay un clima más favorable”, opinó, aunque reconoció que el tema “también puede despertar reacción”.

Se refiere al argumento de que al eliminar la repetición se busca “bajar la calidad educativa”, que, por ejemplo, planteó Mercedes Vigil en una nota en Montevideo Portal. Romano responde que si se toma en cuenta las evaluaciones Pisa de 2012 y 2015, en las que Uruguay se mantiene en los primeros lugares en América Latina después de Chile y por encima del promedio del continente, se puede evidenciar que, aunque aumentó la cantidad de estudiantes, los niveles de aprendizaje se mantuvieron. “Esta idea de que tener más estudiantes, más heterogeneidad, va a reducir la calidad no es algo que pueda demostrarse empíricamente, es un prejuicio que resiste y se puede identificar con una posición ideológica más que con una posición que se sostenga en evidencia”. “Lo que sí tenemos como evidencia, y es muy claro, es que la repetición tiende a tempranamente producir la desvinculación de los estudiantes”, asegura.

El planteo de la Dirección de Planeamiento Educativo no apunta a eliminar la repetición, sino a que “no sea la única alternativa frente a las situaciones en las que los estudiantes no alcanzan en el tiempo previsto los aprendizajes esperados”. Una primera alternativa es, según Romano, “dar más tiempo” para que los estudiantes alcancen esos aprendizajes, y la segunda, “generar estrategias de acompañamiento que permitan apoyarlos cuando no estás alcanzando los resultados que esperamos”.

En relación a lo primero, pasar a una acreditación por ciclos podría ser una modalidad alternativa, pero también modificar las formas de evaluar para que “la evaluación no quede pegada directamente a la instancia de acreditación”. Como estrategias, Romano planteó que podrían generarse formas de acompañamiento a los estudiantes en diciembre, enero y febrero, o que el estudiante pueda pasar al grado siguiente y presentar un trabajo complementario para aprobar las asignaturas del año anterior. Aclaró que “estas alternativas están para discutir”, y enfatizó que lo central es que el equipo docente “piense en qué es lo mejor para cada estudiante y su trayectoria, no en base a mecanismos impersonales”.

“Un problema con lo humano”

Durante el seminario organizado por la ANEP la investigadora argentina Flavia Terigi se refirió a “por qué cuesta tanto cambiar” en relación a la repetición. En primer lugar, dijo que muchas de las características de la escuela son consuetudinarias y avalan la respuesta de “siempre se hizo así”. “La gente para la cual eso que siempre fue así funcionó bien cuestiona que lo quieras hacer de otro modo, y el cuestionamiento toma la forma de una acusación: ‘están bajando el nivel’”, explicó. También cuesta cambiar, afirmó, porque hacerlo implica la formación de los docentes y la producción de conocimiento “para saber cómo se trabaja en esas condiciones alteradas”. Pero durante su charla también se preguntó por qué siempre se ve “como un problema que las personas aprendan en distintos ritmos”. “Los humanos aprendemos a distinto ritmo. Todos”, dijo, y aseguró que si las 1.000 personas que estaban en el seminario escuchándola tuvieran que leer un texto de dos páginas y responder algunas preguntas al respecto lo harían “en distinto ritmo”. “Si persistimos en ritmos unificados de aprendizaje, tenemos un problema con lo humano”.