Ya tuvieron dos encuentros, sumaron familias de otras escuelas –ahora son de alrededor de 30 centros educativos–, se reunieron con la ministra de Educación y Cultura, con los tres integrantes del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) y proyectan una actividad en setiembre para compartir experiencias exitosas de participación de las comunidades en las escuelas. El colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública elaboró una plataforma y se la presentó a las autoridades de la educación, con el objetivo de “profundizar los procesos de participación genuina e incidir en la gestión” y la “mejora de la calidad de la educación pública”.

En su plataforma, el colectivo asegura que hay “diversos roles a cumplir en la educación pública. Se necesita una comunidad educativa fuerte, una malla de protección social sólida que sostenga a la infancia y la adolescencia”. Los padres nucleados en el colectivo reconocen avances, pero señalan que no están conformes: “No vemos suficientes señales que promuevan la participación como exige la ley. Entendemos que la situación actual de la educación pública requiere profundizar cambios. Creemos que la promoción de la participación formulará un nuevo pacto social entre actores diversos”.

Como primeros planteos, proponen fortalecer los espacios de participación dentro de los centros educativos, analizar el reglamento de las comisiones de fomento y adecuarlo a la Ley General de Educación de 2008, promover espacios de reflexión y formación para las familias sobre temáticas educativas, generar un encuentro de familias para intercambiar experiencias, aportar ideas y acciones al tránsito educativo para articular entre comisiones vinculadas a la primera infancia hasta la educación media, contribuir al desarrollo de la inclusión educativa, desarrollar una agenda de trabajo con el CEIP y el colectivo docente y que el tema participación sea el centro de la reflexión en el Día de la Educación Pública de 2019.

En ronda

En la última semana se reunieron con la ministra María Julia Muñoz y también con los consejeros del CEIP. “Nos propusimos presentarnos como colectivo y contarles nuestras ideas y propuestas iniciales”, comentó a la diaria Gabriela Sarasúa, una de las integrantes del colectivo.

Según explicó Sarasúa, desde el colectivo no se exige que haya “consejos de participación para todas las escuelas, porque si bien la ley mandata eso, no estarían dadas las condiciones en todas las escuelas. Pero sí que, sea cual sea, haya alguna modalidad de participación en la que las comunidades puedan opinar de todo lo que la ley dice que podés opinar”, en referencia a los cometidos de los consejos de participación que se establecen en el artículo 77 de la ley, que incluye desde hacer convenios con otras instituciones, obtener recursos y definir su destino hasta opinar sobre el funcionamiento del centro educativo y respecto de actividades sociales y culturales y evaluar el desarrollo de los cursos y la enseñanza. En este sentido, desde el colectivo aseguran que el actual reglamento de comisiones de fomento, que se actualizó por última vez en 2004, limita la participación de las familias en los centros.

Según contó Pablo Caggiani, integrante del CEIP electo por los docentes, cuando el colectivo envió una nota tras su primera reunión el consejo resolvió pedir informes a la inspección técnica y al área jurídica respecto de las incongruencias entre la Ley de Educación y el reglamento de comisiones de fomento, y planteó tanto a la Federación Uruguaya de Magisterio como a la Asamblea Técnico Docente de educación inicial y primaria que opinara sobre la participación de las comunidades y el rol de las familias.

Irupé Buzzetti, Héctor Florit y Caggiani, junto a otras inspectoras y asesores del CEIP, recibieron al colectivo. Caggiani aseguró que el de la participación de las comunidades “es un tema que queremos meter en el debate”, pero sobre el que hay “varios nudos para desatar”. “Hay que establecer cuál es el lugar de las comunidades en la participación, cuál es el lugar de lo pedagógico y la autonomía del docente, pero está claro que la participación de los padres y las comunidades en la vida cotidiana de las escuelas es clave para que sean buenas escuelas”.

Consideró necesario analizar en qué espacio se vuelca esa participación, ya que por un lado la comisión de fomento tiene un “rol sustantivo de apoyo al funcionamiento escolar, tanto que sin comisiones de fomento muchas escuelas, por ejemplo rurales, no podrían existir. ¿Pero ese es el lugar para una participación más amplia?”, se preguntó. Por otra parte, en los consejos de participación están integrados los niños: “¿Ese es el espacio de participación donde plantear tensiones propias del mundo adulto? Capaz que tampoco... Hay que construir cómo se habilita que las comunidades, con sus tensiones, habiten la escuela”.

Aseguró que se va a generar una agenda de trabajo, se van a reconocer las distintas experiencias que hay en el país –ya que, por ejemplo, en el interior hay varias escuelas con consejos de participación en funcionamiento– y se va a trabajar el tema de la participación.