Sentir, imaginar, hacer y compartir; esos son los pilares de Diseñando el Cambio, un programa educativo que promueve la idea del “¡yo puedo!” entre los estudiantes. Ideado por Kiran Bir Sethi, una diseñadora industrial de India, la iniciativa llegó a Uruguay en 2013 de la mano del Plan Ceibal y hasta el momento alcanzó a más de 1.100 docentes y 1.300 estudiantes de enseñanza media que han trabajado en proyectos innovadores en sus centros y comunidades educativas. La peculiaridad del programa en Uruguay es que une la metodología india con el apoyo tecnológico de Ceibal como acelerador para desarrollar las soluciones a los problemas que encuentran los adolescentes. Bir Sethi estuvo en Montevideo trabajando con los estudiantes y docentes, y ayer dio una conferencia en el paraninfo de la Universidad de la República donde explicó las bases de su proyecto. Sobre cómo funciona su programa, los orígenes y los resultados habló con la diaria.

La historia de su hijo se repite cada vez que le preguntan cómo surgió el proyecto: “En 2001 mi hijo comenzó la escuela; estaba emocionada porque su maestra y sus compañeros lo iban a querer tanto como yo. Tres meses después de empezar el año escolar, fui a hablar con la maestra para saber qué le gustaba, cuáles eran sus amigos, y ella me preguntó cuál era el número de lista de mi hijo. Eso fue todo: mi niño era un número más, era uno de los 300 millones que van a la escuela en India y podría ser uno del 90% que no logra tener las habilidades que queremos para la sociedad. Decidí usar mis conocimientos como diseñadora y creé mi propia escuela, en mi casa”, cuenta. El colegio Riverside funciona desde entonces en Ahmedabad, la séptima ciudad más poblada de India, y desde el comienzo aplica la metodología de Diseñando el Cambio, que a su vez está basada en el pensamiento de diseño (design thinking).

Bir Sethi también suele recalcar lo fácil y poderoso que es “sembrar la semilla del ‘¡Yo puedo!’” entre los niños y jóvenes; de hecho le gusta decir que el resultado de su metodología de trabajo es darle a los estudiantes “superpoderes”. “Los niños necesitan modelos a seguir y en muchos lugares son los superhéroes, personas que hacen del mundo un mejor lugar. Lo que hacemos nosotros es decirles a los chicos que ellos mismos son sus modelos a seguir, y al hacerlo, de alguna forma, los niños dejan de verse a sí mismos como pequeños que no pueden hacer nada: rápidamente formamos un superhéroe, al que no le importa si es chico o grande, niña o niño, tiene poder”, enfatizó.

Diseñando el Cambio nació pensado para India pero hoy está presente en 64 países. Según su creadora, la clave fue haberlo pensado para ese país asiático: “Si algo puede funcionar en India, puede funcionar en cualquier parte del mundo. India tiene un montón de complejidades; si podemos generar una solución allá, se puede hacer en cualquier parte”, bromeó. De todas formas, aseguró que no hubo complejidad en la adaptación del programa a cada país porque no se les piden resultados o estrategias, simplemente “ofrecemos un marco y cada quien tiene la libertad de hacerlo como quiere. Cada uno tiene que hacer su historia y crear un camino propio, por eso también es poderoso”.

Antes de llegar a Diseñando el Cambio creaste el colegio Riverside. ¿Cómo fue esa experiencia y a qué resultados has llegado?

Surgió porque fui madre y no me gustaba en lo que me hijo estaba entrando cuando comenzó la escuela; además, soy una diseñadora, entonces creí que había una mejor manera de hacer las cosas y empecé esa escuela en mi casa hace 18 años. Empecé con el Pensamiento de Diseño: todos los niños en mi escuela son diseñadores, no alumnos, crean su propio viaje, su programa. Utilizamos muchas técnicas que yo solía usar en la universidad: proyectos, presentaciones, talleres. Mucho del trabajo es real, tangible, y esos son los resultados que se pueden ver.

Es una escuela privada, ¿qué criterios tenés para aceptar a los estudiantes y elegir a los docentes?

Realmente ellos nos eligen a nosotros y hacemos un sorteo. No es una escuela pública, pero aceptamos estudiantes de todo India, 25% de nuestros chicos tienen una beca gratuita, otro 25% tiene financiamiento y hay un 15% con necesidades especiales que también apoyamos.

En cuanto a los profesores, busco a cualquier persona que quiera enseñar, que no lo vea como algo que tiene que hacer, sino algo que desea. Quiero docentes con actitud y con buena salud, porque tienen que ir a trabajar todos los días. Por supuesto, busco docentes con competencia; para eso hacemos una formación muy fuerte y exigente durante el primer año que están con nosotros, es un programa intenso que abarca todos los temas y modalidades, desde las lecturas y talleres hasta observaciones y trabajo con mentores.

¿Cómo el trabajo en Riverside se convirtió en Diseñando el Cambio?

Fui observando que era necesario que esta metodología que aplicábamos en Riverside estuviera en otras escuelas, entonces creé Diseñando el Cambio, con sus cuatro pasos y su caja de herramientas. El primer año que lo implementamos, alcanzamos a 30.000 escuelas en India, surgieron historias asombrosas. Al año siguiente nos hicimos globales: es increíble pero al segundo año de trabajo ya estábamos en varios países.

¿Cómo se dio ese salto?

Todo se dio gracias a una charla TED a la que me invitaron a contar lo que hacíamos en India. Una vez que se divulgó, gente de alrededor del mundo nos contactó para decirnos que le gustaba lo que estábamos haciendo. Creo que la razón por la que se hizo global es porque había gente que estaba sintiendo lo mismo que yo, que los niños deberían convertirse en una parte activa del cambio del mundo, no deberían sólo pasar sus años hasta llegar a adultos para hacer algo. Creo que lo hicimos tan simple que funcionó.

Es tan simple porque sólo tiene cuatro pasos.

Sentir, imaginar, hacer y compartir. Es Pensamiento de Diseño, los diseñadores siempre lo hacemos así: pensamos en el usuario, es decir, sentimos. Luego, seguimos con una tormenta de ideas, imaginamos. Después pasamos a la acción, hacemos; y finalmente contamos la historia, compartimos.

En la mayoría de los modelos educativos no hay tiempo para sentir e imaginar, los niños sólo hacen lo que les dicen los docentes; cuando unimos el sentir y el imaginar, obtenemos una buena introducción a la solución de los problemas, porque antes de resolver algo hay que entenderlo. Eso fue un paso muy importante. Además, se conecta con el desafío de “¡Yo puedo!”, se convierte en un poder, pueden ser buenos en algo, pueden contar una historia, hay muchos poderes y hay que empezar a creer en eso. Cuando se lo decimos a los niños ellos nos creen y empiezan a dejar el sentimiento de que no pueden hacer las cosas, por eso hablamos de súperpoderes.

Diseñando el cambio en Uruguay

El programa está dirigido a docentes y estudiantes de educación media. El objetivo es que la comunidad educativa pueda encontrar los problemas que surgen en los centros educativos y proponer estrategias para resolverlos, usando las tecnologías digitales como parte del proceso de cambio.

La participación en Diseñando el Cambio es voluntaria, pero desde 2013 ya son casi 300 los equipos que han participado, sólo el año pasado más de 500 personas fueron parte del programa. Pueden inscribirse grupos de docentes o de estudiantes coordinados por un docente; en ambos casos trabajan durante no más de dos meses en el desarrollo de sus soluciones para el centro y para eso deben seguir los cuatro pasos que propone el programa. Los problemas que pueden detectar pueden ser de cualquier índole, desde la organización del centro hasta la forma de enseñar y aprender.

No es algo que tenga contenidos curriculares ¿cómo se mezcla con las clases?

No enseñamos contenido, sólo damos un marco. Los docentes pueden usarlo en la materia que quieran. Incluso en países que no podían asimilarlo dentro de la currícula lo convirtieron en una actividad extracurricular; me gustaría que estuviera presente todo el tiempo, pero siempre que esté dentro de la rutina de los niños la semilla está plantada.

¿Cómo reaccionan los docentes cuando les presentás este cambio?

Fue muy fácil de entender porque puse todo en una caja de herramientas, lo hice tan simple que no hubo que dar explicación. El primer año lo traduje a diez lenguas indias, ahora el material está en 17 idiomas. En Uruguay generaron mucha formación para que los profesores entendieran y empezaran a usar la herramienta, pero sinceramente, en su nivel más sencillo, podrían leer el manual y empezar.

¿Cuáles fueron los resultados?

El desafío es a nivel mundial, pero todos los países lo hacen de una forma diferente. Por ejemplo, en Uruguay, el Plan Ceibal es nuestro socio y gracias a ellos los chicos usan las tecnologías como una gran ventaja. Nuestros niños están dando soluciones en 90 áreas diferentes, hay metas globales, pero en realidad hacen de todo; lo que se te ocurra pensar, ellos están buscando la solución: el medioambiente, el cuidado de las personas mayores, el cuidado de los niños pequeños, el bienestar animal, la infraestructura, la cultura, realmente hay de todo.

De todas formas, creo que lo más importante no es lo que están haciendo los niños, porque ellos siempre van a hacer cosas; creo que lo más importante que hemos logrado es ayudarles a darse cuenta de lo poderosos que son cuando se los escucha. Los niños siempre lo supieron, pero los adultos remarcamos la idea de que no pueden hacer algo; cuando un adulto les dice que sí pueden se convierte en real, se vuelve obvio que ellos pueden. 

¿Por qué esto no pasaba antes?

Porque no pasa, es así, los docentes aman hablar y contar, es algo que siempre ha pasado, pero no les gusta tanto escuchar. Vemos a los niños según su edad: “Eres muy chico, escucha”, “ahora que eres más grande, estudia”, y nos acostumbramos a esto.

¿Cómo te parece que lo está haciendo Uruguay?

Muy bien, ha llegado a 1.000 docentes y 1.300 estudiantes, lograron cubrir todos los departamentos del país, así que en términos de alcance está en todos lados, lo que es fantástico. Ellos lo están impulsando desde un desafío, con un entrenamiento y compartiendo las historias; eso es algo que tienen en común con el resto de los países.

Los cuatro pasos

  1. Sentir: se propone que los participantes puedan observar su entorno en todas las dimensiones posibles para buscar situaciones que puedan solucionarse.
  2. Imaginar: cada persona del equipo puede compartir sus ideas y todos piensan en conjunto una solución que tenga en cuenta las propuestas del grupo.
  3. Hacer: poner a prueba la idea que imaginaron en equipo, evaluar su viabilidad, generar prototipos y ponerla en ejecución para luego poder evaluarla y mejorarla en equipo.
  4. Compartir: difundir el trabajo con todos los miembros de la comunidad para incentivarlos a que generen sus propios proyectos.

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