La organización Eduy21 compartió este lunes un comunicado en el que hace algunas consideraciones sobre la situación que está viviendo la educación en Uruguay a raíz de la pandemia. Tras recordar que tanto el Grupo Asesor Científico Honorario como la Sociedad Uruguaya de Pediatría y UNICEF advirtieron sobre los impactos negativos en los niños y adolescentes de la pérdida de la presencialidad en la educación, los integrantes de Eduy21 señalan: “La continuidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en el marco de la pandemia enfrenta desafíos vinculados a las posibilidades de acceso a las plataformas digitales, la formación docente para el desempeño en entornos virtuales o el manejo de la simultaneidad presencialidad-virtualidad, a las capacidades familiares para acompañar la educación a distancia y a las estrategias de los centros educativos para ampliar la presencialidad”.

Entienden que es “imprescindible avanzar hacia la plena presencialidad” y plantean una serie de líneas de acción para aportar ante “la situación de emergencia que vive la educación”.

En primer lugar proponen crear un Grupo Asesor Educativo Honorario con el cometido de “asesorar al Parlamento y a las autoridades, proponiendo acuerdos amplios para el desarrollo de una planificación sensible a la situación de pandemia, con propuestas que garanticen el derecho a la educación de todos los niños”, privilegiando “la salud, el bienestar y la equidad”. Además, este grupo buscaría articular “ámbitos educativos y propuestas socioeducativas”, con el objetivo de “afrontar la profundización de la brecha educativa y los efectos de la pandemia”.

También proponen crear un fondo covid-19 de emergencia para la educación, “administrado a través de un fideicomiso que permita financiar acciones oportunas y efectivas, orientadas fundamentalmente a la ampliación de las capacidades del sistema educativo para sostener la presencialidad y la revinculación en los centros educativos”. En un escenario en que “se necesitará ampliar los espacios educativos y la proporción de adultos por estudiante, resulta imprescindible destinar los recursos económicos fundamentales”, advierten desde Eduy21.

Además, plantean que las comisiones departamentales de educación hagan un mapeo general de recursos edilicios que puedan ser utilizados para aumentar la presencialidad en la educación, la creación de equipos que apoyen la revinculación de niños y adolescentes a los centros educativos, “apelando a la incorporación de profesionales y estudiantes avanzados de áreas sociales y educativas para un abordaje comunitario en todo el territorio durante 2021”, y que se generen mecanismos de consulta para recoger la opinión de niños, adolescentes y sus familias.

En el plano curricular proponen reorganizar el calendario escolar en bimestres, y hacer evaluaciones en cada uno de ellos “que den evidencia de los procesos de aprendizaje”. Señalan que se debería incorporar en la formación docente inicial el modelo híbrido (la enseñanza presencial y virtual combinadas) y dar formación continua a los docentes en herramientas de planificación en este modelo.

También plantean generar apoyos a nivel familiar para poder “garantizar el acceso a las condiciones requeridas para que los modelos híbridos de educación constituyan un instrumento igualador de oportunidades en las instancias que sea necesario reducir la presencialidad”; proponen que se tienda a ampliar el tiempo pedagógico en los territorios donde haya mayores índices de vulnerabilidad social y que se asegure la alimentación escolar, extendiéndose a la educación media básica.

En el comunicado reiteran que en este contexto “las políticas educativas necesitan de acuerdos nacionales que incorporen al conjunto de los sectores políticos y recojan el aporte del conjunto de la sociedad civil, y especialmente de docentes, estudiantes y familias”. Concluyen que “la inversión en políticas sociales y educativas de atención a niñas, niños y adolescentes es una apuesta impostergable” en momentos de dificultades presupuestales.