Esta semana el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) aprobó el nuevo formato de Verano Educativo, que cambiará de nombre y pasará a llamarse Escuela de Verano. Según la resolución del 24 de noviembre, en esta edición el programa escolar para las vacaciones abarcará hasta 120 escuelas, con una matrícula sugerida de hasta 75 niños, que en excepciones debidamente fundamentadas podría llegar hasta el tope de 100.
En la resolución se hace referencia a que este año, en el marco de la emergencia sanitaria, en el verano se buscará “apoyar a las familias para contribuir a la mejora de los aprendizajes necesarios para alcanzar la promoción y asegurar la continuidad educativa de los escolares”. Tal como lo han anunciado las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública, se plantea que el plan será una “estrategia de extensión del tiempo pedagógico en apoyo al alumnado con aprendizajes descendidos en áreas básicas, provenientes de hogares con vulnerabilidades múltiples”, y se propone “como prolongación del año lectivo 2020”.
Las actividades comenzarán el 7 de enero y terminarán el 5 de febrero; en la inscripción se tendrá como prioridad a los estudiantes de sexto año, en segundo lugar a los de primero y segundo, y en tercer lugar al resto.
La consejera de Educación Inicial y Primaria Gabriela Verde cuestionó varios puntos de la nueva propuesta para el verano. En diálogo con la diaria aseguró que se baja el número de escuelas del programa, que pasará de 136 en 2020 a 120 en 2021. Si se toma el total de matrícula sugerido por centro, 75 niños, el total de estudiantes que alcanzará el programa será de 9.000, y si en todos los casos se habilitara la excepción de llegar a 100 serían 12.000 estudiantes, menos que en la última edición, que abarcó a 13.600.
Además, Verde señaló que en Maldonado se reduce el tiempo del programa “prácticamente un mes”. En ese departamento, años anteriores y a través de un convenio con la Intendencia se extendió hasta febrero el Verano Educativo, algo buscado debido a la zafra para los trabajadores del turismo. Este año, informó Verde, la comuna restringió por motivos presupuestales la implementación del convenio.
La consejera también cuestionó que en los equipos a cargo de las escuelas no se incrementa la cantidad de auxiliares, y consideró que “en época de pandemia dos por centro es un número muy reducido”.
También dijo que no está previsto “qué va a pasar con los niños de educación especial, si se los convoca o no”, y recordó que hasta este año algunas de las escuelas especiales abrían también en formato veraniego. Algo similar ocurre con las aulas hospitalarias, previstas para generar actividades para los niños internados en hospitales.
La consejera manifestó además preocupación por la implementación del programa, porque dijo que ya hay “un atraso grande: ni siquiera están elegidas las escuelas, no sabemos cuántos maestros van a trabajar, cuántos niños se van a anotar”. Señaló que recién está comenzando la convocatoria a las maestras, lo que atrasa la posibilidad de calcular los costos y de tener previsto la disponibilidad de fondos.
Por otro lado, Verde advierte que la propuesta de Escuela de Verano significa “un cambio de orientación en la política educativa”, para pasar de una perspectiva de “laboratorio pedagógico que venía tomando en las últimas ediciones” a ser “un modelo de escuela muy tradicional, con horarios estipulados de entrada y salida al recreo, por ejemplo”. A su entender, en los últimos años Verano Educativo se estaba transformando en “un espacio donde romper formatos, donde niños de todas las edades estaban convocados a una propuesta integral, donde la tecnología, la ciencia, las artes y la actividad física y recreativa presentaban una propuesta al niño, y donde los maestros sacaban información sobre cómo aprenden. Eso se pierde”, opinó.