Para los trabajadores de la educación privada fin de año suele ser un momento de tensión, porque con la finalización del año lectivo muchas empresas “hacen los ajustes y aplican medidas de conflictividad como despidos arbitrarios, incumplimiento de normativas, no pago de salarios vacaciones, siempre pasa así”, señaló a la diaria Sergio Sommaruga, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep).

Este año, marcado fuertemente por la pandemia de coronavirus, se esperaba mayor conflicto del que hubo, destacó Sommaruga, quien achacó en parte la baja en este tipo de situaciones a que el sindicato se consolidó con más de 6.000 afiliados en todo el país. En particular hubo una baja en los despidos que consideran arbitrarios: tres colegios dejaron sin empleo a sus trabajadores “sin ningún motivo”. Una docente del colegio Varela logró recuperar su trabajo luego de la negociación con el sindicato, algo que Sommaruga valoró muy positivamente.

Por otra parte, Sintep negocia en la Dirección Nacional del Trabajo (Dinatra) la situación de otros dos trabajadores. Uno es un adscripto del colegio Elbio Fernández con 22 años de trabajo y “ni una sola observación, le avisan un 30 de diciembre que no van a contar con él como quien tira un trapo a la basura”, describió Sommaruga.

El otro caso es el de una profesora de inglés del colegio Hans Christian Andersen. “La están despidiendo porque dicen que tiene muchas faltas, pero cuando las analizamos es por licencia médica debidamente certificada, y no es que faltó todo el año, se la está castigando por enfermarse, es una locura y no lo podemos dejar pasar”, detalló.

“Para llegar a la conclusión de que un despido es arbitrario hacemos un proceso valorativo. Lo primero que pedimos es la historia laboral de este trabajador, si tiene observaciones, apercibimientos, sanciones, buscamos el debido proceso detrás de ese despido. Eso no está en ninguno de los dos casos, se trata de violencia institucional, dura y pura”, opinó el sindicalista.

Según informó Sommaurga el proceso de negociación tripartito seguirá en la órbita de la Dinatra la próxima semana. Asimismo, se mantienen asambleas permanentes en ambos núcleos sindicales, que son los que van a determinar, en caso de que los trabajadores no se reintegren, qué medidas se van a tomar.

El 2020 de la educación privada

“Cuando hablamos de despidos arbitrarios no son los únicos que hay. En realidad hubo más despidos, pero no los consideramos arbitrarios porque ocurren por imperios de fuerza mayor, como cierre de instituciones que involucran la pérdida de todas las fuentes de trabajo”, detalló Sommaruga.

Durante el 2020 hubo “impactos variados” en la educación privada. Por un lado, durante la suspensión de los cursos presenciales, muchas empresas enviaron a los trabajadores al seguro parcial o total de desempleo. “Sobre todo trabajadores que no estaban en la docencia directa o por ejemplo eran parte del equipo de educación física o similares. Hubo un altísimo porcentaje de trabajadores en el seguro de paro durante la suspensión de clases”, especificó el secretario general del Sintep.

Además, durante el año cerraron dos colegios: el Pocitos Day School y el Creciendo de Peñarol, y en ambos casos todos los trabajadores quedaron sin empleo. Según indicó Sommaruga, ninguna de las empresas pagó las deudas legales que tienen con los trabajadores. Por eso el sindicato le está realizando juicios a las empresarias, además de recurrir al Fondo de Insolvencia Patronal, para que los trabajadores cobren las deudas que quedaron pendientes de pago.

Al fin de año se informó también la baja de secundaria del colegio San Cayetano, que solo va a quedar funcionando con primaria; en ese caso todos los trabajadores fueron despedidos y en otro colegio la matrícula no alcanzó para abrir todos los grupos y se despidió a una trabajadora que tenía cuarto año. “Eso no lo calificamos como arbitrario porque directamente no hay alumnos en el colegio”, puntualizó Sommaruga.

En marzo se hará un sondeo con los núcleos sindicales de cada colegio para evaluar la situación de la matrícula y la morosidad, ambos aspectos que preocupan a los trabajadores.

“Sabemos que hay posibilidades de una merma en la matrícula, ya que disminuye la cantidad de estudiantes en la enseñanza privada, pero hay que ver qué volumen tiene esa caída. Hay otro factor que tenemos que tener en cuenta este año que es la morosidad, el pago a destiempo de las cuotas, aunque ese dinero, tiende a ser cobrado porque los colegios tienen herramientas jurídicas para hacerlo”, detalló el sindicalista.

De todas formas, para Sommaruga tanto la baja en la matrícula como el nivel de morosidad son aspectos a tener en cuenta “a la luz de la realidad tributaria de estas empresas”. El docente se refirió a que los colegios no pagan IRAE y tampoco hacen aportes patronales al Banco de Previsión Social. “Son empresas que tienen un privilegio fiscal muy importante, no son empresas comunes. Si hay una baja en la matrícula, no hay que olvidar que está en el marco de un tratamiento fiscal muy beneficioso que hace que su estructura de costos sea sensiblemente menor a cualquier otra empresa”.