Las Familias Organizadas de la Escuela Pública (FOEP) están expectantes de cómo se va a desarrollar la presencialidad en este comienzo de clases. Si bien celebran que en muchos locales escolares se mejoró respecto del año pasado, advierten que todavía no son suficientes los recursos puestos en juego. “Se plantea que hay una presencialidad de 87% en todo el país, pero la construcción del relato de la presencialidad plena tiene un contraste fuerte con el dato”, opinó Natalia Cámara, integrante del colectivo, que apuntó que esas cifras responden al total de escuelas, no de niños.

De las casi 2.300 escuelas que hay en todo el país, señala, unas 620 (27%) están en Montevideo y Canelones, mientras que el restante 73% están en el resto del país. Pero al analizar la distribución por estudiantes, unos 165.000 niños (49%) son de Montevideo y Canelones, mientras que 51% son del resto del país. Y es justamente en Montevideo y Canelones donde se concentra la mayor cantidad de niños y donde se dan las dificultades de espacios. “Nos importan todos los niños del país, pero no es lo mismo la situación de las escuelas rurales que las que están en las zonas metropolitanas; ahí los números cambian radicalmente”.

Además, Cámara aseguró que la presencialidad plena debe ser “todos los días y todo el horario”, y no una fórmula aplicada en varias escuelas, todos los días pero sin horario completo.

“En enero las autoridades de la educación largaron la necesidad de identificar locales, y fue tarde, porque había directores que no habían asumido sus cargos, y hasta la última semana de febrero no se pudo empezar a gestionar: una cosa es el anuncio y otra cosa es ir a ver ese local, acordar, que la directora tome conocimiento y empiece a gestionarlo”, apuntó Cámara.

La integrante de FOEP sí reconoció que en este comienzo de cursos se ganaron muchos espacios internos en las mismas escuelas, por lo que se nota “un esfuerzo de las direcciones por ubicar a los gurises”, y añadió que organizar la salida de algunos grupos de la escuela también “es complicado”.

Para conocer cómo está implementándose la presencialidad en todo el país, el colectivo lanzó en su página web el monitor de presencialidad de la escuela pública, donde consulta a las familias por la concurrencia de los niños a las escuelas.

Para Cámara este año “se avanzó en difundir información de forma responsable sobre la situación de covid en la infancia y en centros educativos”, para que se logre el consenso sobre “los efectos devastadores que sigue teniendo que una niña o un niño no asista a la escuela”, pero se debe reconocer, apunta, que “hay que invertir en la infancia. Es un momento prioritario para que las autoridades de la educación inviertan en la educación: en comedores, más docentes, más horas para ir a buscar a los chiquilines, en cómo resolver el ausentismo escolar”.

Por otro lado, para la integrante del colectivo es necesario, ahora que se desarrolla la fase de vacunación a los docentes, “animarse a pensar en revisar el metro de distanciamiento del protocolo”.