La medida adoptada por la Asociación de Maestros de Montevideo (Ademu), que convocó a un paro este lunes en la capital después de que el viernes una maestra fuera agredida por la madre de una estudiante, generó distintas reacciones entre actores sociales.

El colectivo de Familias Organizadas de la Escuela Pública emitió un comunicado este lunes titulado “Las familias aportamos a la convivencia”, en el que mencionan que la violencia en la escuela “no es un problema nuevo, la violencia es un problema social y sin embargo, cada vez que aparece vuelve a generar los mismos sentimientos: dolor, indignación, impotencia, desazón y la búsqueda de explicaciones…”.

Las familias se hacen una serie de preguntas, como ¿qué tipo de violencia reconocemos?, ¿qué hay detrás de esas situaciones tensas, de conflicto? o ¿cómo promover una comunicación sin agravios, dónde cada quien pueda expresar sus ideas?, entre un largo listado. “Seguramente cada familia reflexionará, hablará sobre estos temas de una forma u otra. No hay una única receta”, dicen, e invitan a intercambiar sobre qué medidas se pueden tomar como comunidad “para visibilizar y aportar mejoras a situaciones de violencia en relación a la escuela”.

Por su parte, el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, condenó la agresión a la docente “como cualquier agresión de ese tipo que se producen y que hablan muy mal de nuestra convivencia”, pero expresó su “pena” por que “la única medida que se les ocurra a los sindicatos de la educación ante estas situaciones sea un paro”, que a su entender “castiga a quien no tiene que ser castigado, ni los alumnos -que han perdido demasiadas horas de clase en estos años- ni sus familias son responsables con lo que pasó. Que se castigue a los más débiles es algo para lamentar”, opinó en rueda de prensa.

Aseguró, de todas formas, que el gobierno es “absolutamente respetuoso de la libertad de los ciudadanos, ellos sabrán lo que hacen”, pero reiteró que es “para lamentar la falta de sensibilidad social que hay de parte de esos sindicatos cuando la medida que se les ocurre de forma casi automática sea este castigo a los alumnos y sus familias”.

Por otro lado, el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Robert Silva, también se pronunció al respecto. En entrevista con Primera Mañana, de la radio El Espectador, el jerarca dijo que la violencia contra la maestra es “condenable” y “muy triste”, pero a su entender el paro es una medida “lamentable”.

“Creo que lo que pasó el otro día por suerte es un hecho muy aislado. Hacía muchísimo tiempo que no acontecía. Es condenable, muy triste, y ojalá la Justicia haga recaer todo el peso de la ley sobre esta persona que agredió a una maestra en la cercanía de la escuela”, acotó, y agregó: “Es muy condenable, como cualquier agresión física, más en el caso de que se lo haga a una maestra, con todo lo que una maestra significa en nuestra sociedad”.

“Lo que sí nosotros no compartimos, y hemos dicho que nos parece lamentable, más en tiempos de pandemia, es este paro que afecta a tantos miles, justamente a los que más necesitan. Porque la educación pública atiende a la enorme mayoría de la población vulnerable del Uruguay, que ha tenido ausencia de clases presenciales y que para nosotros eso es fundamental”, opinó Silva.

Silva puntualizó que “si las escuelas no abren porque los docentes no van, no funcionan los servicios de comedor, que ese es otro tema que a nosotros nos preocupa y por el cual tanto hemos trabajado”. Subrayó que no comparte la medida y que convocan “a los maestros para tratar de generar otros ámbitos de concientización, que no sea el paro, en lo que implica la suspensión de actividades”.