En un país con problemas para retener a los estudiantes en la educación media, los resultados del Monitor Educativo de Secundaria suelen acaparar la discusión pública cuando se dan a conocer. Esta semana se presentaron los datos correspondientes a 2020, un año que pese a estar marcado por la pandemia mostró mejoras en la promoción, la permanencia y el egreso de los liceales en Uruguay.

Desde este año, el monitor liceal de Secundaria comenzó a medir la desvinculación de estudiantes de un año a otro, tendencia que viene a la baja en ciclo básico. Entre 2018 y 2019 en ese tramo educativo la desvinculación había sido de 6,9%, entre 2019 y 2020 de 5,9%, y del año pasado a 2021 el indicador se ubicó en 4,5%. No obstante, en el primer y segundo año de bachillerato la desvinculación se ha mantenido constante y oscila entre 11% y 12%. En materia de promoción, este indicador en el ciclo básico, de primer a tercer año, pasó de 80,7% en 2019 a 86% en 2020.

En el caso de bachillerato, de cuarto a sexto, se presentó el porcentaje de liceales que tuvo hasta tres materias del curso pendientes de aprobación al finalizar el año lectivo, lo que habilita la inscripción al curso siguiente. Esta cifra fue de 74,8% en 2020, dos décimas porcentuales por encima del año anterior. A su vez, en cuanto al egreso en el último año las cifras aumentaron casi siete puntos porcentuales, ya que pasó de 50,4% en 2019 a 57% en 2020.

A grandes rasgos, los datos del monitor muestran que el año pasado aumentó el tamaño promedio de los grupos, que en ciclo básico pasó de 25,4 estudiantes por grupo en 2020 a 26 en 2021, mientras que en bachillerato se pasó de 23,7 por grupo a 24,9. Además, en 2020 la materia que presentó menor porcentaje de aprobación, en curso y examen, fue Matemática para todos los grados: 81,5% en primer año, 79,2% en segundo, 74,7% en tercero, 65,8% en cuarto, 61,2% en quinto, en la orientación Artístico, y 70,6% en sexto, en Social-Humanístico.

En análisis

Para el especialista en educación Pablo Cayota, los resultados tienen un aspecto positivo en cuanto a la retención de los estudiantes, tanto si se compara con registros de años anteriores como con el resto de América Latina, teniendo en cuenta el contexto de pandemia. Según valoró, es importante tener a los jóvenes en el sistema para lograr los objetivos de aprendizaje y promoción, pero advirtió que se trata sólo de “una parte de los deberes”.

“Ahora hay que seguir encarando los problemas de fondo que tiene el sistema educativo a nivel de calidad y equidad. Hay más retención y hay más promoción, entre otras razones, por algunas estrategias de búsqueda de alumnos, de seguimiento de las comunidades educativas; la propia virtualidad ayudó a que el alumno no tomara la decisión definitiva de no ir más, sino que de alguna manera quedó vinculado”, analizó Cayota.

En una línea similar, el profesor Gabriel Quirici llamó a “no dormirse en los laureles” y pensar que la pandemia no generó impactos en el sistema educativo. En particular, señaló que los datos del monitor de Secundaria no coinciden con datos de encuestas de percepción docente realizadas recientemente, por las que una cantidad importante de los profesores observan dificultades de los estudiantes para seguir los cursos. En ese sentido, consideró que es necesario “invertir en los territorios donde no hay tan buenos resultados” para generar más liceos y escuelas técnicas, ya que las dificultades no sólo se reducen con más horas docentes sino también con centros educativos “de mayor proximidad”.

Por su parte, Adriana Tróccoli, maestra y magíster en Educación y Sociedad, coincidió con que las mejoras deben ser leídas “muy entre comillas”. Por ejemplo, habló de lo “esperanzador” del aumento de la promoción en ciclo básico, pero señaló que la evaluación no fue realizada “en una circunstancia normal” a causa de la pandemia. Por otro lado, se mostró preocupada por la disminución de la matrícula, en particular en primer año de liceo. En ese sentido, llamó a ver los datos de secundaria en conjunto con los de educación inicial y primaria, ya que “hay un tema de continuidad del alumno en el sistema educativo desde los tres hasta los 14 años”.

Foto del artículo 'Docentes y especialistas analizan mejoras en datos de promoción en liceos'

Incidencia

Además del cambio en las modalidades de cursada, el año pasado Secundaria realizó cambios en las fechas de finalización de cursos y períodos de examen y modificó reglamentos de pasaje de grado, lo que en conjunto con otras medidas incide en los resultados de promoción. Para Cayota, “cuando en vez de quedar repetidor con tres materias pendientes se pasa a seis, y además en vez tener dos períodos de examen se duplican las oportunidades, es claro que eso tiene un impacto”. Además de esos aspectos reglamentarios, valoró que “con buen criterio” los docentes “calibraron las dificultades que el sistema tuvo para sostener el vínculo, sobre todo para los gurises que estuvieron en sectores más vulnerables”. “Priorizaron mantener el vínculo con el sistema y la permanencia más que en establecer exigencias que pudieran, en su momento, generar desvinculación”, valoró.

Consultado sobre si es deseable que alguna de estas medidas se apliquen más allá de la pandemia, señaló que “hacia el futuro debe perdurar el espíritu y las acciones para evitar mayores niveles de desvinculación”. No obstante, dijo que si bien ello es “una condición necesaria” para la permanencia de los jóvenes en el sistema, no es suficiente “para la calidad y la equidad de los aprendizajes”, que “es el mayor problema que hoy tenemos”.

Cayota sostuvo que es necesario “utilizar el régimen de evaluación como parte del proceso de aprendizaje y de enseñanza” y que es bueno tratar de evitar la repetición como una estrategia global, pero si sólo hacemos eso nos estamos trampeando al solitario”. Por lo tanto, reclamó que una medida de ese tipo debería ir acompañada con “mejores estrategias de enseñanza, de contención, de acompañamiento y mejores propuestas curriculares”.

En una línea similar, Quirici se mostró de acuerdo con la idea de “flexibilizar al máximo los sistemas de pasaje de grado” si está “acompañada de dispositivos pedagógicos y tiempo docente para que sea significativa y no una mera estadística de mejora”. De todas formas, el profesor llamó la atención sobre que las mejoras del monitor de Secundaria se hayan producido sin cambios de política durante los últimos dos años. “¿Esa presentación como éxito parcial supone que la secuencia histórica no era tan problemática o que por lo menos el desastre no era tal?”, se preguntó.

Litoral sur

La presentación de los datos también planteó que los mejores resultados de promoción están en los departamentos del litoral sur, particularmente en Colonia. Consultado al respecto, Quirici señaló que esa zona del país es la de “mayor desarrollo agrario moderno” y la que cuenta con “los indicadores de PIB per cápita más altos”. En el plano educativo, valoró que la escala demográfica permite contar con liceos “de porte medio”, que además cuentan con una tradición de generar proyectos y actividades extracurriculares.

En ese sentido, valoró que los centros educativos tienen condiciones para “potenciar un contexto ya favorable”, y articulan el “compromiso y aquerenciamiento de los docentes en la comunidad, el involucramiento de las familias y otros tiempos pedagógicos”. Según completó, las instituciones educativas son percibidas como espacios de aprendizaje pero también de socialización, es decir, donde “hacer otras cosas más allá de aprobar la materia”, también en conjunto con los profesores y la comunidad educativa.

En cambio, contrastó que en muchos liceos de la periferia del área metropolitana hay docentes y estudiantes que llegan “en forma aluvional” desde distintos barrios, lo que dificulta la generación de pertenencia y equipos de trabajo. “Cuando vemos que en las periferias se desarrollan proyectos comunitarios los resultados cambian”, indicó, pero advirtió que convertir un liceo en un espacio de referencia para una comunidad “requiere de inversión”.

Cambio de reglas

Dado el contexto de pandemia, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) decidió hacer modificaciones en las instancias de evaluación y acreditación, nuevos períodos de exámenes y en las condiciones de pasaje de grado. Por ejemplo, para la culminación de cursos se realizaron dos etapas de evaluación y se postergaron los fallos de repetición para febrero. Según el Monitor Educativo Liceal, en diciembre sólo se realizaron exámenes de asignaturas previas y no de los cursos de 2020.

En relación a las condiciones de ciclo básico, según el reglamento establecido el año pasado, se consideraron promovidos quienes tenían hasta seis asignaturas pendientes, cuando antes era hasta tres. En tanto, en segundo y tercero de bachillerato diversificado, las asignaturas específicas se aprobaban con 7 y 8, respectivamente. El año pasado, no obstante, pasó a ser 6 el número por el cual los estudiantes podían promover.