“Es momento de confrontar, es momento de resistir; lo venimos haciendo con mucha dignidad a lo largo y ancho del país”, planteó José Olivera, presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), en el acto que organizó la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) este miércoles, en el marco de un paro de 24 horas.
Olivera, quien también es coordinador de la CSEU, elogió la unidad de los gremios y sindicatos de la educación para llevar adelante la lucha que mantienen contra la reforma que, según el sindicalista, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) impulsa “en soledad”. Por su parte, cuestionó que desde el organismo hay actores que “hablan de democracia, de república y de derechos”, pero muestran “el rostro del fascismo” y se plantean “reprimir” cuando aparecen “opiniones disonantes”.
Como ejemplo, mencionó el caso de los pronunciamientos en contra del proceso de reforma de las Asambleas Técnico Docentes y la amenaza de sanciones ante la definición de varios inspectores y directores de primaria de abandonar instancias de capacitación que ofrece la ANEP para implementar los cambios que todavía están en elaboración.
Además, el dirigente de Fenapes rechazó el proyecto de ley del gobierno para eliminar el cogobierno del Consejo Directivo Central de la Universidad Tecnológica (UTEC) y señaló que los sindicatos “también van a luchar” para evitarlo. Al respecto, este miércoles el Sindicato de Trabajadores de UTEC lanza una campaña de recolección de firmas en rechazo a la iniciativa.
Olivera también se refirió a la situación de la Universidad de la República (Udelar): criticó que se la “ahogue presupuestalmente” y señaló que ello se explica porque a muchos integrantes del actual gobierno “les duele” que los hijos de los trabajadores lleguen a la educación superior, ya que “siempre la concibieron como un privilegio para una élite”.
El presidente de Fenapes señaló que en la sociedad uruguaya es necesario lograr un “proceso de distribución de la riqueza”, para el que “la educación pública tiene un papel fundamental: democratizar el acceso al conocimiento”. Según planteó, esa es “la tarea más revolucionaria” que el campo popular tiene por delante, y para ello no es suficiente ni con una reforma ni con una transformación, sino que se debe generar “una verdadera revolución educativa”. Al respecto, agregó que “la formación del hombre y la mujer nueva” es la que va a “generar las condiciones políticas para transformaciones radicales en esta sociedad”, para que “no sea exclusividad de unos pocos”. “La liberación de nuestro pueblo vendrá de la mano de una educación pública fuerte, comprometida con la democracia, con los derechos humanos, con el ambiente, los feminismos, las diversidades. Ese es el Uruguay que tenemos que construir”, concluyó.
Historia y presente
A su turno, Sergio Sommaruga, del Sindicato de Trabajadores y Trabajadoras de la Educación Privada, se remontó a la historia del movimiento popular en la educación y señaló que “hubo lucha” cada vez que existieron “recortes” y “reformas educativas secretas, inconsultas e improvisadas”. El sindicalista dijo que también se generan medidas de lucha si existe “persecución” y si se utiliza la laicidad “para ponerles un bozal” a quienes piensan distinto. Como ejemplo, mencionó la amenaza a liceales con quitarles la calidad de estudiantes por reclamar sus derechos y también habló de los sumarios y sanciones a varios profesores del liceo 1 de San José por tomarse una foto “con el liceo cerrado”.
“Somos solidaridad y conciencia de clase, por eso nunca vamos a dejar a nadie sola ni solo”, planteó, luego de respaldar y reconocer el valor de los inspectores y directores de primaria que se retiran de las instancias de capacitación sobre la reforma. En particular, elogió su “compromiso profesional” y su “autodeterminación”.
Sommaruga se refirió a los espacios de participación convocados por la ANEP como una “farsa” y una “pantomima” y señaló que los colectivos docentes reclaman “legítimamente espacios democráticos, como no puede ser de otra manera la educación”. Según consideró, el sistema educativo debe ser un “espacio democrático de construcción de entendimientos para encontrar soluciones a los problemas” que los trabajadores saben que tiene la educación. “Nadie tiene un espíritu conservador, lo que no tenemos es un espíritu sumiso ante quienes quieren imponer de forma inconsulta reformas autoritarias”, concluyó.
Por su parte, Pablo de León, de la Asociación de Trabajadores de Enseñanza Secundaria (ATES), se refirió a la situación de los funcionarios administrativos, técnicos y de servicio en la ANEP y afirmó que se pretende implementar contratos “chatarra”, según planteó. De León señaló que la reforma que impulsa el organismo también incluye cambios en las modalidades contractuales que van en contra de los derechos de los trabajadores. Como la nueva modalidad implica contratos a término, De León consideró que la única intención detrás de ese cambio es poder despedir más fácilmente a los trabajadores.
Como desde la ANEP se busca implementar esos contratos para los nuevos funcionarios, estimó que su aplicación generará inequidades con respecto a quienes ya están trabajando en el organismo. Según planteó, este mecanismo fue puesto en marcha en UTU al mismo tiempo que los sindicatos mantenían una instancia de negociación colectiva en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, lo que, en su opinión, constituye una clara violación de ese mecanismo previsto por la ley.
El integrante de ATES aseguró que durante la pandemia los trabajadores demostraron su compromiso con la educación, ya que muchas veces triplicaron sus tareas porque se redujo la cantidad de funcionarios. En ese sentido, reclamó que es necesario cubrir más puestos de trabajo, en particular de equipos multidisciplinarios que atiendan a los estudiantes.
En representación del movimiento estudiantil habló Georgina Bustelo, del Centro de Estudiantes del IPA, quien señaló que este año la lucha de los estudiantes “volvió a estar a la altura de la historia”. En suma, hizo referencia a distintas desigualdades que genera el sistema capitalista y planteó que en los últimos meses estas afectaron particularmente a los estudiantes. Criticó la reacción de “burgueses y burócratas” ante las protestas que vienen realizando distintos centros de estudiantes, que, según dijo, sirvieron para poner a la educación en el centro del debate público.
Bustelo reclamó la creación de una Universidad de la Educación con “autonomía real”, exigió que se detenga el “mamarracho improvisado” de la transformación educativa y rechazó el mecanismo de reconocimiento de título universitario para carreras de formación docente que creó el Ministerio de Educación y Cultura, al que consideró “la mayor tomada de pelo” por parte de las autoridades.
Sobre la marcha
Si bien en un primer momento estaba previsto que en el marco del paro se realizara una movilización desde la Udelar a la Torre Ejecutiva, ante el pronóstico del tiempo que marcaba fuertes lluvias, se definió hacer el acto de oratoria en el Platense Patín Club. No obstante, como la lluvia en la mañana no fue tan importante como se preveía, luego del acto varios manifestantes hicieron una marcha desde el club hasta la Udelar, donde se disolvió, más allá de que varios manifestantes tenían intención de seguir hacia la Torre Ejecutiva. Cuando la movilización estaba terminando se registraron incidentes con algunos autos que pretendieron transitar por la avenida 18 de Julio cuando estaba cortada y, según informó Telemundo, hubo agresiones hacia camarógrafos de Canal 10 y Canal 12 que registraban el intercambio entre algunos manifestantes y uno de los conductores.
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