El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) publicó un nuevo reporte de la evaluación nacional educativa Aristas, que en base a las voces de alumnos y maestros de sexto de primaria pretende poner sobre la mesa las diferencias en la convivencia escolar entre 2017 y 2020.

“Convivencia en las escuelas entre alumnos y maestros de sexto de primaria” es el título del relevamiento, que tiene como objetivo “dar cuenta de los principales aspectos del clima escolar que refieren a la convivencia”, considerando el “sentido de pertenencia”, las “relaciones interpersonales” y la “voz del estudiante”.

El sentido de pertenencia hacia la comunidad educativa es entendido, según el estudio, como “el vínculo afectivo de los actores con relación al ser y estar en el centro”, que se muestra a través de “las ganas de ir a la escuela, la valoración del propio centro con relación a otros, entre otros aspectos”. Al respecto, el Ineed no encontró diferencias en el sentido de pertenencia que tienen los estudiantes respecto de 2017 y 2020, ni tampoco considerando la región y el contexto socioeconómico y cultural del centro educativo. Asimismo, observaron que promedialmente las niñas tienen mayor sentido de pertenencia que los varones.

En cuanto a los maestros de sexto, se halló que el sentido de pertenencia fue mayor en 2020 que en 2017, pero en promedio dicho indicador fue más favorable en 2017. Una de las hipótesis que plantea el Ineed como posible explicación del suceso es “la alta demanda laboral que experimentaron los maestros durante la pandemia, acompañada de sus esfuerzos para continuar con el proceso de enseñanza a pesar de las condiciones desfavorables, así como la mayor necesidad de apoyo entre el equipo docente”.

Sobre las relaciones interpersonales, dividieron el análisis en tres tipos de vínculos: estudiantes con maestros, estudiantes entre sí y maestros con estudiantes. Al respecto del primero, aseguraron que “no se registra de manera homogénea”. Promedialmente, las percepciones en 2020 “son más desfavorables” que en 2017 y en el punto más alto hay un ascenso en 2020 en comparación con 2017. Por otro lado, notaron una diferencia entre las percepciones de varones y niñas, ya que las escolares evaluaron “mejores vínculos” con los maestros y más en 2020 que en 2017.

Con respecto a la percepción de los propios estudiantes y el tipo de vínculo que establecieron con sus pares, encontraron que es “levemente más favorable en 2020 que en 2017”. Una de las posibles causas que delimitó el Ineed también refiere a la pandemia: “La situación atípica de 2020 contribuyó a que los niños percibieran la necesidad de vincularse con sus pares en mayor medida que en años anteriores. Asimismo, el menor contacto entre ellos, en un contexto en que, como se dijo, les puede haber resultado más evidente la necesidad del otro, puede haber operado favorablemente”. Al mismo tiempo, observaron que en 2020 se redujeron las diferencias según el contexto socioeconómico y cultural del centro, que en 2017 estaban presentes.

En atención al vínculo entre los maestros de sexto y los alumnos, no visualizaron diferencias entre 2017 y 2020, y lo mismo sucede al estudiar la región y el contexto socioeconómico y cultural del centro.

La voz de los alumnos, por otro lado, fue tomada en cuenta de igual manera en 2020 y en 2017, según su percepción. Aun así, encontraron una “menor dispersión” en 2020 que en 2017, y eso se mantiene si se compara la región y el sexo. Entre las variables, al detenerse en el contexto socioeconómico y cultural del centro, “algunas de las diferencias observadas en 2017 se pierden en 2020”.

La convivencia escolar

El “sentido de pertenencia”, el “abordaje de las normas” y los “vínculos interpersonales” son las dimensiones evaluadas por el Ineed para analizar la percepción de la convivencia escolar. En este ámbito, dividieron los resultados en tres grupos: convivencia alta, media y baja.

En este marco, visualizaron que 43,5% de los niños se agrupan en niveles de convivencia media, 31,9% en convivencia alta y 24,6% en el grupo bajo. Para entender a qué refieren estos niveles, se detuvieron en el significado de la convivencia alta: “Son aquellos que reportan con mayor frecuencia relaciones entre pares y con maestros asentadas en la confianza, la colaboración y el respeto. Manifiestan pasarla bien con sus compañeros y contar con sus maestros a la hora de plantear dificultades o compartir problemas”.

Además, “sostienen haber trabajado durante el año las reglas de clases, así como la aplicación de los protocolos sanitarios, tanto en su necesidad como en su sentir respecto a su implementación”. Por último, consideraron que estos niños son quienes “valoran la utilidad de las reglas para vincularse entre sí y las conciben iguales para todos en su formulación y en la aplicación de sanciones que devienen de la vulneración de ellas. Igualmente, manifiestan sentirse parte de la escuela a la que asisten”. Los agrupados en el nivel bajo están en una situación contraria, y en “una situación intermedia” los de convivencia media.

Una conclusión “clara” que arrojaron los datos obtenidos es que, “a medida que aumenta la percepción favorable sobre la convivencia escolar, también lo hace la percepción favorable sobre su participación [de los alumnos] en el centro educativo”. Asimismo, los estudiantes cuyos maestros están trabajando en el centro educativo hace seis o más años declararon mayores niveles de convivencia escolar.

En relación al tema, el Ineed destacó que existen variaciones si el centro educativo cuenta con un reglamento de convivencia por escrito. En los casos en que existe, los niños perciben una mayor convivencia alta: 38,8%. Sin embargo, cuando no hay reglamento, el porcentaje desciende a 24,5%, mientras que aumenta el porcentaje de estudiantes que tienen percepciones bajas.

En cuanto a las percepciones de convivencia en los distintos centros educativos, las escuelas de tiempo completo “es donde se encuentra el mayor porcentaje de niños con percepciones altas sobre la convivencia escolar”: 36%. En las demás no identificaron “diferencias relevantes”, aunque observaron un porcentaje “algo mayor” de estudiantes que perciben un nivel bajo de convivencia en las de Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas (Aprender) y en las de práctica.

En otro orden de puntos, las niñas percibieron más favorablemente la convivencia que los varones. En relación a las percepciones de convivencia entre los niños y los docentes, analizaron que la de los primeros “son menos favorables”; aunque “con diferencias pequeñas entre sí, el análisis muestra coherencia entre las percepciones de maestros y alumnos”. Asimismo, “a medida que mejora la percepción de los niños sobre la comunidad educativa es posible observar que también mejoran el sentido de pertenencia, la percepción del vínculo entre ellos y el maestro y el abordaje de las normas que manifiestan los docentes”.

Sobre lo contextual, subrayaron que “no hay diferencias” en la percepción dependiendo el contexto socioeconómico y cultural del centro ni tampoco entre la capital del país y el interior.

Conclusiones

En resumidas cuentas, el relevamiento del Ineed mostró que “las percepciones de los alumnos y maestros de sexto año de educación primaria acerca de la convivencia escolar tienden a presentarse estables entre 2017 y 2020”.

A su vez, la vinculación entre los niños y el sentido de pertenencia de los maestros fue más elevada en 2020 que en 2017, lo cual puede estar relacionado con las consecuencias de la pandemia y la emergencia sanitaria y sus medidas.

Por otro lado, se constató que los niños tienen diversas percepciones sobre la convivencia escolar y que estas se ven influidas por la política educativa del centro. Como ejemplos, refirieron a la promoción de “espacios de participación escolar de forma que los alumnos se sientan escuchados, establecer reglamentos de convivencia y promover una mayor permanencia de los maestros en las escuelas” como algunas de los aspectos que posiblemente contribuyan a una “mejor convivencia escolar”.

Destacaron, por otro lado, que los resultados evidencian “la relevancia de la comunidad docente”: “Se observó que el porcentaje de niños que perciben una convivencia alta aumenta a medida que también lo hacen los años de antigüedad de los maestros en el centro”, y que “la percepción sobre la convivencia escolar se asocia positivamente con el sentido de pertenencia de los maestros al centro y con sus vínculos con los alumnos”. Según consideraron, los resultados actuales sumados a estudios previos del Ineed “señalan la relevancia de continuar la línea de estudios sobre convivencia escolar, comunidad docente y desempeños educativos”.

Habilidades socioemocionales en adolescentes

En el anterior reporte de Aristas, el Ineed difundió un estudio en el que se observó la regulación de habilidades socioemocionales de los adolescentes en 2018 y 2021, lo que también permite valorar una posible incidencia de la pandemia de covid-19. Entre los principales hallazgos del estudio, que se enfoca en los estudiantes de tercer año de la educación media, constata que en 2018 lograron mejores resultados a la hora de regular sus emociones en relación al año pasado. De todas formas, se aclara que la diferencia es pequeña, aunque varía según el género, ya que los varones presentan mejores niveles de regulación emocional, pero la caída en esos tres años fue menor en el caso de las adolescentes mujeres.

En cambio, no hay diferencias significativas en función de la edad de los adolescentes que participaron en la muestra, lo que puede explicarse porque todos pertenecían a un mismo grado escolar. El estudio sí marca una diferencia a partir del estrato sociocultural al que pertenecen los adolescentes, ya que los de estratos más altos presentan un mejor desempeño que aquellos que pertenecen a sectores más desfavorecidos. Según señala el Ineed, al igual que las diferencias por género, ese aspecto coincide con la evidencia que presentan distintos estudios a nivel internacional.

En el caso de la mayor dificultad de las mujeres para regular sus emociones, el informe marca que la evidencia internacional habla de problemas de adaptación “cuando se enfrentan a los cambios físicos, emocionales y sociales de la pubertad”. En suma, se aclara que otros estudios dan cuenta de que “los cambios hormonales asociados con los trastornos del estado de ánimo podrían aumentar las posibilidades de que las niñas experimenten más síntomas depresivos que los niños”. Según se aclara, ese puede ser el caso cuando las adolescentes “se sienten socialmente rechazadas debido a su imagen corporal”.