Era 1997 cuando Carlos Estigarribia se desempeñaba como docente de Educación Física en la escuela 7 de Fray Bentos. En ese momento, el predio de uno de los costados del centro educativo estaba ocupado por la cancha de fútbol en la que hacían distintas actividades deportivas con los estudiantes.

Pero mientras el espacio tenía ese fin, Estigarribia se reunía con docentes, la dirección de la escuela y personas de la comunidad para proponer al Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública la posibilidad de que el predio sea utilizado para construir un liceo. Fue así que, entre 2004 y 2006, la idea se concretó y se materializó en el liceo 3 de Fray Bentos. Dos años más tarde de que las obras finalizaran, Estigarribia se convirtió en el director del centro educativo, rol que continúa ocupando hoy en día hasta finales de octubre, fecha en que se jubilará.

No obstante, la historia docente de Estigarribia comenzó mucho antes: según contó a la diaria, tenía 18 años cuando fue líder de la Asociación Cristiana de Jóvenes de Paysandú; jugaba al básquetbol y, a la vez, dijo que siempre estuvo “en contacto con la naturaleza” y que siempre se sintió “bien” al estar rodeado de adolescentes. En 1974 inició sus estudios para ser maestro en el Instituto de Formación Docente de Paysandú, se recibió en 1977 y, luego de “un pequeño tiempo de trabajo” como líder de un campamento educativo en San José, finalmente, en 1980 ingresó al Instituto Superior de Educación Física en Montevideo.

Una vez completados los estudios para ser docente de Educación Física, hasta el año 2000 trabajó en varias actividades vinculadas, tanto en el ámbito educativo público como en el privado. En ese momento comenzó su trayectoria en la dirección de centros educativos: en San Javier, en Nuevo Berlín, y en 2008 llegó al número 3 de Fray Bentos.

“Con una emoción, una alegría enorme; fue un día de mucha emoción”, respondió Estigarribia a la pregunta sobre cómo recibió la noticia de que la Fundación ReachingU destacó su labor y le concedió el podio como docente uruguayo 2022 en la cuarta edición del galardón. El jurado que lo escogió reconoció la forma en que, junto al equipo docente, gestiona el liceo 3 de Fray Bentos mediante las “pedagogías multipropósito”.

¿De qué trata esta pedagogía?

Dicha forma de trabajo cuenta con un foco y un objetivo principal: “El desarrollo de la inteligencia”. “Y hoy sabemos que la inteligencia es emocional, entonces, necesariamente tenemos que apostar a eso”, afirmó el docente.

Según Estigarribia, el desarrollo de la inteligencia emocional se establece por medio de “pequeñas grandes acciones que tienen que ser cooperativamente puestas en marcha para todos y con todos: un saludo, buenos días, buenas tardes, cómo están, cómo se sienten, cómo pasaron hoy, qué les parece”. Esto significa que “tenemos que romper con lo impositivo para vivir en cooperación”.

Para el docente, si el sistema educativo no logra quebrar lo impositivo, “está atacando permanentemente a la emocionalidad de cada uno: de los docentes, de los funcionarios administrativos y de servicio, de los alumnos y de las familias”. Sin embargo, la inteligencia, justamente, “funciona por su emocionalidad”, ya que “se desarrolla desde la potencialización del aprendizaje y la utilización de lo que la experiencia de vida le ha permitido desarrollar a cada uno de los seres humanos”.

En resumen, la “gran ruta” y el “gran rumbo” que tiene el equipo docente del liceo por medio de la pedagogía multipropósito es, concretamente, “romper con lo impositivo para vivir en cooperación”. No obstante, para llegar a ello diariamente se convierten en “Juan el preguntón” porque, según el docente, “si no nos preguntamos no nos podemos ayudar mutuamente, y uno de los principios de la inteligencia emocional es que cada uno de los seres humanos tenemos la posibilidad de ayudar y la necesidad de ser ayudados”.

Aun yendo un poco más atrás, Estigarribia explicó que la pedagogía que aplican trata de “un proceso de aprendizaje frente a todas las interrogantes que como integrante de los equipos docentes de estos tres liceos nos hemos ido hecho desde el 2000 en adelante”.

Todo surgió cuando pasó de gestionar las actividades relacionadas con la educación física a gestionar un liceo. En ese entonces, buscaron bibliografía que los apoyara y encontraron “un sostén importante” en Peter Senge y sus textos sobre las “organizaciones inteligentes”, que fueron adaptando a “las necesidades de gestión de los centros”. A partir de entonces generaron uno de los primeros artículos propios sobre el tema y la aplicabilidad en los centros educativos uruguayos.

La siguiente interrogante disparadora fue “¿cómo aprenden nuestros alumnos?”. Para intentar llegar a una respuesta, también se basaron en los estudios ya existentes y fue entonces cuando descubrieron “la teoría de los estilos de aprendizaje”, de Catalina Alonso, Domingo Gallego y Peter Honey.

“Ellos nos simplificaron la posibilidad de entender cómo aprenden los estudiantes”, dijo el docente. Puntualmente, estableció que la aplicación de la herramienta que proponen los autores, llamada CHAEA-Junior, “nos indica que en ese momento de su vida, cada uno de los estudiantes ha desarrollado en forma preponderante uno de sus cuatro estilos de aprendizaje: activo, reflexivo, teórico o pragmático”.

Es decir que el estudiante “aprende más fácilmente porque su experiencia le brindó oportunidades para desarrollar un poco más o un poco menos cada uno de sus estilos. Eso orienta a cada docente en el conocimiento de sus estudiantes: cómo, qué pensar y qué propuestas pedagógicas utilizar en cada una de sus consignas y sus momentos de aula en cada uno de los encuentros con sus alumnos”.

Otra de las grandes interrogantes que guiaron el camino de construcción y aplicación de la pedagogía multipropósito es, según Estigarribia, que “el ser humano tiene la magnífica oportunidad de crecer si lo hace cooperativamente, si adquiere principios y valores que se han puesto en marcha, y allí nuestro país tiene una de las mejores leyes del mundo en lo que tiene que ver con cómo deben funcionar los sistemas cooperativos”.

De acá en adelante

El premio otorgado por la Fundación ReachingU, que trabaja desde hace 21 años a nivel global y que brinda desde hace cuatro años, en alianza con Unesco Montevideo y Global Teacher Prize de Fundación Varkey, además del reconocimiento docente, implica la oportunidad de que pueda continuar con el proyecto ganador con un refuerzo de 5.000 dólares.

En este marco, Estigarribia contó que, en primer lugar, con 2.500 dólares seguirán “sustentando proyectos de desarrollo” en el liceo, que por medio de la pedagogía multipropósito ya venían realizando “sistemáticamente”. Con la otra mitad del monto aumentarán la difusión de la pedagogía multipropósito, un proceso que ya había comenzado en 2015 mediante el “apoyo y financiación” del Instituto Nacional del Cooperativismo. Con ese apoyo, se publicó el libro Pedagogías multipropósito, que si bien tiene como responsable de la publicación a Estigarribia, también cuenta con “la colaboración de infinidad de amigos y profesionales, como Carmen Rodríguez, que ha sido una de nuestras maestras, profesoras y amigas con las que hemos podido aprender muchísimo”. 

A modo de resumen, la fundación destacó que a partir de la aplicación de esta pedagogía el liceo 3 de Fray Bentos tuvo resultados de egreso por arriba del promedio nacional en 2021. Por otro lado, el docente premiado dijo que lo que principalmente se genera en los estudiantes y en el propio equipo docente es que “disfrutamos de la libertad”: “Genera libertad saber que cada docente está poniendo el alma en su trabajo, aunque no tenga las mejores condiciones para hacerlo, además de que cada familia se nos acerca y viene a buscar en la institución muchas veces hasta apoyo para el trabajo con sus hijos”. “Tiene la libertad no sólo de actuar sino de preguntar”, concluyó.

Las otras finalistas

Las otras docentes que llegaron a la selección final para la entrega del premio fueron cuatro. Verónica Martínez, maestra de la escuela 61 de Montevideo, generó un proyecto para desarrollar habilidades socioemocionales en sus estudiantes; Laura Marinoff, de la escuela 31 de Trinidad, desarrolló una metodología para que los niños mejoren su oralidad y se sientan más motivados a leer; por su parte, Silbina Mieres, profesora del liceo 11 del Cerro de Montevideo, ante la suspensión de las clases presenciales elaboró una plataforma para que sus estudiantes se expresaran y también generó una agenda de actividades del centro educativo; Victoria Suárez, profesora del liceo 2 de Dolores, lidera desde 2013 un proyecto medioambiental para evitar la contaminación de pilas, que se introducen en bidones con arena con los que se puede construir muros.