Del lado de afuera había cantos, banderas y pancartas que iban en la misma línea de los reclamos que desde hace semanas realizan gremios y sindicatos de la educación a las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Del lado de adentro, las mismas autoridades explicaban la reforma y, en el espacio para intercambiar, una estudiante de UTU sentada en primera fila decía que estaba en contra de las ocupaciones de los centros educativos porque sentía vulnerados sus derechos. Eso generó un encendido aplauso, incluso del presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, Robert Silva, que en su oratoria recalcó que esa medida vulnera el derecho al estudio y al trabajo.
Mientras el acto “cara a cara con la comunidad” transcurría en el Centro Cultural Oeste 11, donde hace años funcionaba el liceo 11, decenas de manifestantes intentaban ingresar para plantear sus puntos de vista a las autoridades. Una barrera de personas impedía el acceso al local. Después de varios minutos de empujones, insultos e incluso algún palazo con el mástil de una bandera, llegó el director de Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González, y se terminó permitiendo el ingreso de tres de los manifestantes.
Para cuando terminó la actividad la tensión afuera era importante, pese a que legisladores de distintos partidos políticos, vecinos y sindicalistas habían logrado calmar un poco las aguas. Sin embargo, la tensión volvió cuando se retiraron las autoridades, e incluso algunas personas arrojaron y golpearon la camioneta en la que, entre otras personas, se retiraba Silva, lo que derivó en la rotura de un vidrio.
Antes de retirarse, Silva dijo a la prensa que lo ocurrido “no condice con la condición de quienes están estudiando la docencia”, en alusión a los centros de estudiantes de formación en educación que convocaron a protestar. También dijo que “es totalitario” pretender impedir el transcurso de una reunión y reafirmó que la transformación educativa sigue en marcha. Consultado sobre el tipo de ingreso a la actividad, dijo que es “libre” y que así lo seguirán siendo los futuros “cara a cara”.
Sin embargo, la representante estudiantil en el Consejo de Formación en Educación, Génesis Gallardo, tuiteó que Silva llevó a “simpatizantes y correligionarios” para “llenar los asientos” y “echar a los estudiantes cuando quieren ingresar al supuesto lugar de diálogo”. Gallardo sostuvo que las autoridades “tuercen el discurso” y “acusan de antidemocráticos a quienes querían usar el espacio” como “un intercambio respecto a la reforma educativa”. Sin embargo, la consejera indicó que la actividad fue “una careteada de tremendas proporciones y una falta de respeto total a la gente y la comunidad educativa”. Además, dijo que piden ser tenidos en cuenta pero les “ofrecen represión y falso diálogo, y se quejan de que no agachamos la cabeza ante tamaña desfachatez”.