“Primero nosotros pensamos en grupo la temática, de qué va a ser el cortometraje. Escribimos o pensamos la narrativa y después a ese texto que estaba en forma de narrativa lo pasamos a una grilla en lenguaje cinematográfico. Esa grilla tiene escenas, tomas, planos, personajes, escenarios, utilería y diálogo, y es eso lo que vamos a ir llevando al cortometraje o al documental”. De esa forma, la maestra Mariela Aranguren resumió el trabajo que desde el año pasado realizan con estudiantes de quinto y sexto año de la escuela 53 del Cerrito de Montevideo, que lleva el nombre de Gran Bretaña.

Según explicó a la diaria, en 2021 un grupo de sexto y otro de quinto empezaron a trabajar con ese lenguaje, que es muy familiar para los niños, pero no siempre tienen todas las herramientas para expresarse en dicho formato. Todo se originó durante la virtualidad, a partir del proyecto Mariposas y un trabajo de elaboración de murales con la técnica de mosaico en la fachada del centro educativo (ver recuadro). Junto con ese proyecto llegó a la escuela Óscar Pozzoli, docente de audiovisual que asumió los talleres con los niños.

Además de abordar los aspectos del lenguaje y el proceso de creación audiovisual, Aranguren contó que el proyecto también sirve para abordar la convivencia, el respeto y el trabajo en equipo. La elaboración del guion es una oportunidad para trabajar la escritura, y destacó que también permite que muchos niños “encuentren su veta”. “Aquel niño que de repente no sobresale en matemáticas, en lengua, encontró que le gusta el cine, por ejemplo, ser camarógrafo, sonidista o director”, detalló.

El jueves, en la escuela se organizó una actividad en la que estudiantes de sexto contaron a sus compañeros y a niños más chicos sobre su experiencia en el proyecto, que se llamó Luz, Cámara, Escuela. Por ejemplo, Britany hizo un repaso por los distintos roles que se pueden encontrar en el proceso y, aunque no sea tan visible, destacó la importancia del productor. También habló de las distintas tomas y las posiciones en que debe colocarse la cámara para lograrlas y en función de ellas destacar o minimizar algunas cualidades del objeto o la persona que se registra.

La jornada se llevó a cabo en el marco de la 12ª edición del Festival de Cine Estudiantil (Fenacies), que se desarrolló durante toda la semana y culmina este sábado, en el que la escuela 53 presentó cuatro cortometrajes. Si bien este año están trabajando en la elaboración de otras piezas, las que se exhibieron fueron realizadas en 2021. El mensaje equivocado, Un banco con historia, Un final feliz y Nunca lo olvidaremos son los títulos de los cortos, que están relacionados con lo hecho en el proyecto Mariposas.

Incertidumbre a futuro

En la actividad del jueves, cuatro estudiantes terciarios de audiovisual de Argentina, Paraguay y Puerto Rico concurrieron a intercambiar con los escolares, después de la exhibición del documental Un pequeño gran director, de Diego Hernández, que resume el trabajo del Programa de Educación Audiovisual y Lenguaje Cinematográfico (Pealc) en la educación formal en Uruguay.

Pozzoli es el director del Pealc, un espacio para que niños y adultos se formen en la materia, que desde hace 12 años organiza el Fenacies y apuesta por que decenas de piezas de estudiantes sean compartidas y exhibidas en la pantalla grande. Curiosamente, su trabajo en la escuela 53 es financiado por Eduardo Bartfeld, productor del proyecto Mariposas, quien en 2021 también fue clave para las actividades en el centro educativo del Cerrito.

Consultado por la diaria, Pozzoli señaló que en el gobierno pasado el Pealc había logrado convencer a las autoridades del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) de la importancia de contar con horas fijas pagas en centros educativos para trabajar en la producción audiovisual con los estudiantes. De hecho, muchas de las exautoridades de esos organismos son entrevistadas en el documental exhibido el jueves y, por ejemplo, el proyecto había logrado la formalización a través de los módulos socioeducativos, por los que a través del MEC se estipulaba un pago en función de determinadas horas de trabajo en centros educativos.

Sin embargo, esa realidad cambió a partir de 2020, ya que no han logrado reunirse con las actuales autoridades. Según contó Pozzoli, tiene un proyecto para trabajar con escuelas rurales que quiere presentar a la ANEP, pero no ha logrado ser recibido por el presidente del Consejo Directivo Central (Codicen), Robert Silva. Ese cambio en los apoyos que reciben desde el Estado ha hecho que estén trabajando en menos centros educativos que los que podrían. De acuerdo con lo que estimó el docente, este año visitaron unos diez centros, cuando antes de 2020 lograban trabajar en más de 30 escuelas y liceos por año.

Además, también se afecta la calidad del trabajo, ya que al no contar con un financiamiento fijo dependen de otros apoyos. A modo de ejemplo, hace algunos meses obtuvieron transporte de la Intendencia de Maldonado para ir a dos escuelas públicas de Aiguá, almorzaron en una de ellas y después retornaron en locomoción del municipio local. No obstante, no pudieron volver y en una jornada sólo les dio para abordar aspectos más conceptuales, por lo que los niños se quedaron con ganas de poner manos a la obra.

Pozzoli manifestó su voluntad de “seguir luchando” para continuar recorriendo centros educativos de todo el país, aunque lamentó que mucha gente elogia el trabajo que hacen, pero luego es difícil conseguir los recursos para sostenerlo. Si bien señaló que esos recursos también pueden venir de empresas privadas que apoyen la iniciativa, consideró que “el Estado tiene el deber de que la educación audiovisual esté en la educación formal”, tanto en escuelas como en centros de educación media, y que se pueda ofrecer una formación de calidad. En ese sentido, dijo que espera poder volver el año que viene a la escuela 53, y es algo que también esperan en el centro educativo, pero no puede asegurarlo sin la certeza de contar con los recursos para las horas docentes y el traslado de los equipos.

Apuesta por lo artístico

El proyecto Mariposas fue declarado de interés educativo por el Codicen en 2020 y cuenta con el financiamiento de la organización ReachingU. Se inspira en el nombre de un poema escrito por un joven judío en un gueto nazi y apunta a reivindicar la dignidad y los derechos humanos, especialmente de niños y adolescentes. Según se explica en la web del proyecto, en la escuela 53 permitió generar acciones de coordinación a la interna y hacia afuera, “con resultados más que favorables”, tanto en el desarrollo de los aprendizajes de los estudiantes como “en el restablecimiento de los vínculos afectados por la pandemia”. En ese marco, se llevaron adelante distintas actividades de varias áreas de aprendizaje, pero con énfasis en el conocimiento artístico. 2021 culminó con una muestra en la que se expusieron todas las actividades del año.