“Aunque ellos no lo digan”, en Uruguay los docentes “pasaron a ser un grupo privilegiado”, afirmó días atrás el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, en diálogo con Diamante FM. Las declaraciones del jerarca se enmarcan en el proceso de evaluación que transita la cartera de cara a la Rendición de Cuentas, la última del período en el que el gobierno puede solicitar un aumento del gasto. A pesar de que manifestó que aún no está decidido el presupuesto y el destino a solicitar, dijo que algo está claro: no se pedirá más recursos para que los salarios docentes aumenten, ya que sobre la mesa hay un acuerdo que incluye incrementos escalonados hasta finales del mandato.
La Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria (FUM-TEP) rechazó las declaraciones de Da Silveira. En una conferencia de prensa desmintieron dos puntos de lo dicho por el ministro: que los docentes son privilegiados y que el aumento salarial se trata de un “acuerdo”.
Con la secretaria general, Elbia Pereira, como vocera, el sindicato manifestó en primer lugar que “la enseñanza perdió poder de compra de su salario” y que “no se recuperó más”. En todo caso, afirmó que lo logrado ha sido “mejorar los niveles perdidos en forma progresiva”, pero manifestó que aún así, en consecuencia del “criterio impuesto por el gobierno, la recuperación será menor a la pérdida medida por IPC”.
“Nos sentimos muy lejos de ser unos privilegiados, ya que privilegiados fueron los que no perdieron nada y mandaron sus ganancias al exterior”, sentenció Pereira. En ese sentido, refirió a la concepción de la palabra “privilegio” según la Real Academia Española: “es una exención que una autoridad concede a otra en forma excepcional”, narró. Y sin embargo, reafirmó que en el caso de la enseñanza “no se concedió nada de forma excepcional”, contrariamente “se decretó una nueva forma de medir la inflación”, a pesar de que la educación es “la gran apuesta del gobierno”.
En cuanto a la afirmación de Da Silveira sobre el “acuerdo” del incremento salarial escalonado, Pereira señaló que “confunde ‘acordar’ en un espacio bipartito”; “acá con los trabajadores y trabajadoras públicas si no hay acuerdo, se decreta. Las alternativas eran lograr mejorar o perder más, siempre sobre la base de no poder alcanzar el 100% del poder de compra que teníamos antes de asumir este gobierno”, señaló.
La sindicalista hizo énfasis en que el gobierno hace “publicidad” a través de discursos sobre “‘transformar la educación’”, pero deja a un lado “decir que no sólo se recortaron los salarios, sino todo el presupuesto educativo”.
En rueda de prensa, Pereira volvió a afirmar que “no hubo ningún tipo de privilegio” y que las declaraciones de Da Silveira son “una falta de reconocimiento a la profesión”. Asimismo, destacó que lo “acordado” se trata de “una lucha legítima por recuperar” el salario y que entre otros reclamos a discutir con el gobierno para la Rendición de Cuentas, estará el de un aumento general de salarios para docentes.