Informa 2023 es una prueba diagnóstica que fue realizada a principio de año a los estudiantes que ingresaron por primera vez a cursar alguna de las carreras de formación docente, tanto a nivel público como privado. Formó parte de los requisitos de ingreso y, si bien no tuvo carácter eliminatorio, era censal y obligatoria.

La evaluación fue creada por el equipo de la División de Investigación, Evaluación y Estadística del Consejo Directivo Central (Codicen), a pedido del Consejo de Formación en Educación (CFE), y tuvo como principal objetivo identificar las competencias comunicacionales de los estudiantes de ingreso, a los efectos de poder trazar líneas de acción de acuerdo a los resultados en lectura y escritura.

Luego de recopilar las respuestas de 4.703 estudiantes, que son 83,9% de quienes se matricularon en 2023, este miércoles las autoridades presentaron los datos y las medidas a seguir, con la presencia del presidente del Codicen, Robert Silva, el presidente del CFE, Víctor Pizzichillo, y el equipo técnico que llevó a cabo el estudio.

Adrián Silveira, uno de los integrantes del equipo, puntualizó que 40% de los estudiantes que se anotan en el CFE “no vuelven a inscribirse al año siguiente, por diferentes motivos”. En ese sentido, señaló que “toda acción que permita amortiguar este proceso de desvinculación va a impactar en mejores trayectorias e indicadores de cómo se transita la formación”.

En términos acumulados, los resultados evidenciaron que 38,3% de los estudiantes que realizaron la prueba de comprensión lectora y 55,8% de quienes efectuaron la evaluación de producción escrita “se encuentran por debajo del nivel 3, establecido como el punto a partir del cual los estudiantes evidenciaron un buen desempeño en la prueba”.

Divididos en distintos niveles de desempeño, el primer resultado de la evaluación en cuanto a la lectura es que 40% de los estudiantes se encuentra en el nivel 3. Luego le siguen el nivel 4, con 22%, el nivel 2, con 20%, el nivel 1, con 15%, y el nivel 0, con 3%.

En cuanto a la escritura, también el grupo mayor de estudiantes logró alcanzar el nivel 3 (32%), pero en esta variable le siguieron el nivel 2 y por casi nula diferencia el nivel 1, con 25% y 24%, respectivamente. Al nivel 4 llegó sólo a 12% del estudiantado y, por último, en el nivel 0 estuvo el 7%.

Por otro lado, los datos generales mostraron mejores desempeños en los estudiantes de las carreras Profesor Técnico, Profesorado y Certificación en Lenguas Extranjeras. Por otra parte, encontraron algunas vinculaciones entre el índice del nivel socioeconómico de los alumnos con los desempeños en lectura.

Por un lado, dieron cuenta de que los estudiantes que trabajan y, sobre todo, aquellos que lo hacen en instituciones educativas, ya sea dentro del ámbito privado como del público, obtuvieron mejores desempeños que los que no lo hacen. Por otro lado, también hubo una alineación de los mejores desempeños con los estudiantes que cursaron la educación media en instituciones privadas, independientemente de si el recorrido fue parcial o total.

Con base en las características demográficas, los resultados sobre la lectura demostraron que los varones obtuvieron una mayor proporción en los niveles de desempeño más alto, y luego detectaron “leves” diferencias según la edad de los estudiantes de ingreso: los mejores desempeños fueron logrados por los estudiantes sin rezago, de entre 17 y 18 años, y después de los 21 “se estabilizan conforme avanza la edad”. Otra variable que observaron como determinante a la hora de analizar los desempeños es la afrodescendencia, ya que quienes son afrodescendientes se encontraron en promedio en los niveles más bajos, si se compara con los que declararon no tener afrodescendencia.

Acciones

Del total de estudiantes que realizaron la prueba, 24,2%, es decir, 1.357 personas, fueron catalogados con “bajo desempeño”, ya que están por debajo del nivel 3 tanto en lectura como en escritura. En conjunto con el 16,1% de estudiantes (901) que no se presentaron a realizar la evaluación, el CFE propuso establecer ciertas líneas de acción que mejoren la competencia comunicacional de esta población. “El diagnóstico permite identificar a los estudiantes que requieren mayores apoyos y son importantes las acciones de corto plazo”, planteó Silveira. Asimismo, el técnico señaló que “por la capitalidad de la formación docente, es importante pensar las estrategias de sinergia y articulación con los centros educativos”. Uno de los puntos fundamentales que para Silveira podría lograr “un círculo virtuoso” es “aprovechar este diagnóstico para que se diseñen acciones de acuerdo a las particularidades de cada centro educativo”.

Luego de presentados los datos finales, Pizzichillo anunció tres líneas de acción que planean realizar para mejorar los indicadores visualizados, más allá de algunas estrategias que ya están en marcha, como el énfasis en la competencia comunicacional a partir de los nuevos planes de estudio y la ampliación de la carga horaria en lengua española.

La primera acción a llevar a cabo es la aplicación de un taller de escritura. Según Pizzichillo, será obligatorio y presencial, y tendrá foco en “todos los estudiantes que están en los niveles de insuficiencia en el desarrollo de la competencia comunicacional”. Para que los estudiantes puedan promover en tercer año, tendrán que cursar el taller en alguno de los semestres previos.

A su vez, afirmó que desarrollarán “un curso masivo, en línea, para la parte de lectura”, que será “autoasistido y permitirá compensar que aquellos estudiantes en esos niveles necesariamente las dos instancias las van a tener que realizar obligatoriamente”. Ambas propuestas son de 45 horas y la aplicación “será de acuerdo a las características de los estudiantes de cada centro”.

Por otro lado, el presidente del CFE manifestó que cada centro educativo también podrá “desarrollar otras actividades que contribuyan a esta competencia o al fortalecimiento del capital cultural”, y que también dentro de las líneas de acción está la planificación de los procesos de enseñanza basada en los resultados de esta evaluación.

“Esto no se agota acá; es comenzar a trabajar, fortalecer el trabajo y seguir proyectando acciones que nos permitan atender esta realidad, que es compleja, que no era que no conociéramos, pero ahora tenemos los resultados tangibles de un estudio investigativo que nos lo pone sobre la mesa”, finalizó Pizzichillo.

Silva, por su parte, dijo que la evaluación “es muy buena porque nos da un baño de realidad”, porque más allá de que estos datos “se podían intuir”, ahora “se ponen en evidencia”. “Es bueno que tengamos estos baños de realidad, no para torturarnos, pero sí para, a partir de la evidencia, ratificar un conjunto de acciones que se están llevando adelante y proyectar otras”, valoró.