La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) concurrió a la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Representantes para presentar lo actuado el año pasado y exponer sobre su pedido de recursos incrementales para 2024 y 2025. El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) del organismo, Robert Silva, explicó a la prensa que si la ANEP no recibe los recursos solicitados, la llamada transformación curricular no se detendrá ni se verá sensiblemente afectada, pero sí será necesario rever algunos procesos. “De no tener todo lo que pedimos, quizás algunas de las acciones que tenemos previstas tendremos que reorientarlas”, señaló el jerarca.

Casi dos tercios de los 60 millones de dólares incrementales pedidos por el organismo tienen como destino reforzar la implementación de la reforma curricular, que se está aplicando en algunos grados desde este año. En particular, se solicitaron 312 millones de pesos para la contratación de mentores en la educación media, otros 350 millones para encuentros docentes y 125 millones para la implementación de los cambios curriculares. Esta definición fue cuestionada por los representantes docentes en el Codicen, que se oponen a la transformación curricular y entienden que esos recursos deberían destinarse a otros fines.

Desde la oposición, la diputada frenteamplista Lilián Galán marcó que lo que fue presentado por el presidente del Codicen como una “gran transformación” no recibió incrementos previstos por el Poder Ejecutivo en su proyecto de ley. Por lo tanto, se preguntó “si es la transformación del gobierno o la de Silva”. En tanto, el jerarca se mostró “confiado” de que el Parlamento podrá redistribuir recursos para la ANEP del presupuesto previsto por el Poder Ejecutivo.

Uno de los principales anuncios que realizaron las autoridades de la ANEP fue la creación de 17 nuevos centros María Espínola entre 2024 y 2025, una modalidad de extensión del tiempo pedagógico en liceos y escuelas técnicas de UTU, en la que también se brindan tres comidas diarias. De esa manera, al final del período se llegará a 60 de esos centros en la educación media, tal como tenía previsto el organismo.

Si bien los sindicatos de la educación han denunciado problemas de gestión en los centros María Espínola y desde el Frente Amplio se ha planteado su similitud con liceos de tiempo completo ya existentes, se trata de un modelo que es reivindicado por las actuales autoridades como una de las principales innovaciones educativas del período. En particular, se espera que redunden en la mejora de los resultados educativos en zonas de contextos socioeconómicos más desfavorables, donde se están instalando. Para el año próximo, esta modalidad se instalará en diez centros –seis liceos y cuatro UTU–, mientras que en 2025 llegará a los otros siete centros –cuatro centros de secundaria y tres escuelas técnicas–.