El último día del mes de julio, la Comisión de Género del gremio estudiantil del CERP Norte, ubicado en Rivera, presentó ante la dirección de la institución una carta para expresar su “molestia” por la falta de abordaje sobre una denuncia de violencia de género realizada por 44 estudiantes.

La acusación, hecha ante la Comisión Asesora en Situaciones de Acoso Sexual del Consejo Directivo Central (Codicen), el 10 de mayo, expone situaciones de “violencia de género” y “acoso” por parte de un funcionario que trabaja en la administración de las residencias de la institución, de acuerdo al documento al que accedió la diaria. En el texto las estudiantes exigieron “respuestas sobre el procedimiento que está realizando la dirección”, e información relativa a “las medidas de protección” que toma el CERP ante estos casos.

“Somos conscientes de que no existen pruebas físicas de todas las denuncias que nos han llegado y que pretendemos acompañar”, aclaró la comisión. Aún así, dado que no se trata de “acciones aisladas o casos concretos”, sino de “un alto número de estudiantes”, plantearon que se amparaban en el Protocolo de Regulación de la Atención y Prevención del Acoso Sexual en la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que “establece que los comportamientos de acoso sexual pueden manifestarse a través de acercamientos corporales u otras conductas físicas de naturaleza sexual indeseada y ofensiva para quien lo reciba”, además del “uso de expresiones o de imágenes de naturaleza sexual que resulten humillantes u ofensivas”.

Luego de solicitar “que todo procedimiento realizado a partir de la denuncia se trate con la debida precaución y atendiendo a la gravedad del caso”, las integrantes del gremio estudiantil se reunieron con la dirección del CERP para intercambiar al respecto. “Lo que pedimos es que se trate con celeridad el caso, ya que lo que más nos preocupa es que desde que realizamos la denuncia pasaron tres meses”, contó una de las denunciantes, que también integra el gremio, en diálogo con la diaria. “Seguimos compartiendo con esta persona y muchas compañeras tienen miedo”, manifestó.

Además, la joven contó que junto a la denuncia de acoso se efectuó otra, con estudiantes varones de la residencia masculina. La institución cuenta con un hogar estudiantil para cada género, pero comparte espacios en común, en los que el acusado participa. Allí fueron observadas acciones vinculadas a una “mala gestión”. Estas fueron notificadas ante autoridades de la ANEP, que acudieron al centro a tomar declaraciones.

“Nosotros tenemos un comedor donde siempre sobran las viandas” y “veíamos que esta persona parecía llevárselas”, relató la integrante de la Comisión de Género del gremio estudiantil, al ser consultada sobre los hechos denunciados. Asimismo, las situaciones de acoso estaban vinculadas a un “sentimiento de incomodidad que venía por comentarios, bastante machistas y fuera de lugar disfrazándose de chistes”, además de “miradas explícitas al cuerpo de las chiquilinas”.

Las medidas tomadas por la dirección del centro a partir del encuentro con las estudiantes, que tuvo lugar este jueves, fueron “sacar a la persona del comedor” y cambiar su turno, pues a varias de las involucradas “les genera inseguridad”. Según les comunicaron, no es posible hacer más dado que no tienen mayor “potestad”.