Las autoridades y algunos técnicos de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ya tienen a estudio un documento borrador que plasma el diseño para los nuevos bachilleratos. El documento, al que accedió la diaria, retoma las definiciones conceptuales del Marco Curricular Nacional, que fija los lineamientos de la llamada transformación curricular y establece un primer diseño de los cursos para los tres años de bachillerato, actualmente cuarto, quinto y sexto de liceo o UTU.
Si bien se trata de un documento aún en construcción, baja a tierra algunas ideas que ya han sido adelantadas públicamente por las autoridades designadas por el gobierno. Por ejemplo, se apuesta por la navegabilidad y que el estudiante no necesariamente tenga que volver para atrás cuando desee cambiarse de opción. También se reduce la cantidad de trayectos y se incorpora la salida a través de una orientación de bachillerato general en Secundaria, por la que se podrá optar en el último año de ese tramo.
De acuerdo al cronograma previsto por quienes trabajan en el diseño, en agosto el Consejo Directivo Central (Codicen) entregará una “primera versión” del plan a las Asambleas Técnico Docentes, según dijo a Búsqueda la semana pasada Adriana Aristimuño, directora de Políticas Educativas del organismo. Por lo tanto, en las próximas semanas el documento –ahora borrador– ingresará formalmente al organismo para su aprobación preliminar. Después de que sea sometido a consulta volverá al Codicen para su aprobación definitiva. En paralelo, se comienzan a diseñar los programas de los cursos, que tendrán un tratamiento similar, pero recién serán aprobados preliminarmente en octubre.
Según supo la diaria, si bien también resta la aprobación formal, la idea de las autoridades políticas de ANEP es que el primer año de bachillerato se comience a implementar en 2024 y los dos años restantes empiecen a funcionar en 2025.
Cambios proyectados
En la entrevista con Búsqueda, Aristimuño explicó que en el primer año de los nuevos bachilleratos los estudiantes tendrán una cursada común, pero diferente según el subsistema. No obstante, para asegurar la navegabilidad, las unidades curriculares tendrán equivalentes en Secundaria y UTU, en función de las competencias que los estudiantes deben adquirir. Según el documento borrador que manejan las autoridades, en el actual cuarto año de liceo habrá tres materias que también estarán en el programa de UTU. Estas son Matemática, Inglés y Comunicación, aunque esta última tiene “énfasis en literatura” para el liceo y para la escuelas técnicas el énfasis está en las “tecnologías multimediales”.
Un segundo bloque de materias se plantean como “coincidentes competencialmente”. En el caso de Secundaria, entre estas están “ciencias de la vida (biología)”, “física y robótica”, química, filosofía, historia y “comunicación visual y plástica”. En el documento sólo se señalan los espacios de conocimientos con los que estas unidades curriculares serán equivalentes en UTU, ya que dicho subsistema cuenta con distintas orientaciones que los estudiantes eligen en ese primer año de bachillerato.
Al igual que en los grados de la Educación Básica Integrada que están a cargo de Secundaria y UTU –séptimo, octavo y noveno–, para el primer año de bachillerato el plan prevé un espacio para cursos optativos, entre los que están “salud y recreación”, “emprendedurismo, “educación en patrimonio”, “territorio, ambiente y sociedad” y astronomía, que en el plan vigente es un curso obligatorio. No obstante, la idea que las autoridades manejan hasta el momento es que esas opciones no se superpongan, sino que cada centro educativo ofrezca las que sean la preferencia mayoritaria de los estudiantes.
Sobre los cambios en este tramo, Aristimuño destacó que “es la primera vez que el bachillerato es totalmente intercambiable”, es decir, que “el estudiante puede ir de un primero de bachillerato del liceo a una UTU”. Según amplió, “las competencias serán las mismas en toda la educación media superior” y eso es lo que permitirá hacer las equivalencias curriculares.
Aristimuño adelantó que en el segundo año de bachillerato –actual quinto grado– habrá un componente común “más importante” que el del plan actual, pero los estudiantes podrán “elegir áreas o conjuntos de unidades curriculares”. Al respecto, el borrador prevé tres áreas (ver gráfico 1): ciencias y tecnología, ciencias sociales y creativo-artístico. A su vez, cuenta con un espacio “exploratorio”, que según la responsable de Políticas Educativas de ANEP apunta a los estudiantes que a esa altura de sus trayectorias todavía no tienen claro qué quieren hacer.
Parte de la idea de las autoridades es “racionalizar” las orientaciones de salida del bachillerato, principalmente en UTU, donde actualmente hay 20 opciones que van desde Administración o Artes Gráficas a Construcción o Energías Renovables. Según el documento borrador, en ese subsistema pasaría a haber 12 trayectos de salida. En el caso de Secundaria, se pasaría de los siete actuales –opciones social-económica, físico-matemática, ciencias biológicas, arte y expresión, social-humanística, matemática-diseño y ciencias agrarias– a cinco trayectos (ver gráfico 2): científico-tecnológico, ciencias de la vida, ciencias sociales y humanidades, creativo-artístico y un bachillerato general, que constituye la mayor novedad.
Al respecto, Aristimuño adelantó que para el tercer año de bachillerato se está diseñando un “sistema de prácticas laborales”, algo reclamado por el sector empresarial, el cooperativo, el sindical y también por los estudiantes, según dijo. A partir de encuestas que ANEP dirigió hacia los estudiantes, la jerarca aseguró que las competencias más demandadas fueron la comunicación, “aprender a emprender”, a relacionarse con otros, resolver problemas y trabajar en equipo.