Lo que en comparación internacional ya era un promedio anual bajo de asistencias anuales se deterioró aún más con la pandemia de covid-19, y el retorno a la normalidad no fue suficiente para volver al nivel previo a la crisis sanitaria. Esta situación preocupa a las autoridades técnicas y políticas de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP), que trabajan en un plan de acción, según informó la inspectora técnica del organismo, Ivonne Constantino, en la comparecencia de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) al Parlamento en el marco de la Rendición de Cuentas.

En diálogo con la diaria, Liliana Pereira, inspectora subtécnica de la DGEIP, explicó que, en primera instancia, se trabaja para que todos los actores de las comunidades educativas tomen conciencia del problema que suponen las inasistencias de los niños en edad escolar. Por ejemplo, señaló que un niño que tiene tendencia a faltar un par de veces por mes -aunque las ausencias sean justificadas- probablemente tendrá cerca de 20 inasistencias al año. Si bien ese número no está dentro del rango que Primaria considera una asistencia insuficiente, que abarca a quienes tienen entre 71 y 140 asistencias -y, por tanto, pierden entre 20 y 60% de las clases-, desde el organismo se busca disminuir ese margen para que los niños alcancen mejores aprendizajes.

Para ello, desde la inspección técnica se trabaja con los cuerpos inspectivos para que distintas acciones lleguen a los centros educativos. En primer lugar, si se detecta un patrón de tendencia a las inasistencias se busca que la escuela dialogue con las familias para mostrar que cada día es importante y puede hacer la diferencia. Pereira explicó que eso no sólo se realizará a través de llamados telefónicos sino también en encuentros personales, tanto individuales como grupales. En suma, detalló que se planea que ello ocurra en todas las escuelas, más allá de las distintas figuras de apoyo con las que cada centro cuente. Por ejemplo, en las escuelas del programa Aprender, es decir, las que están ubicadas en peores contextos socioeconómicos, ya tienen un camino recorrido en ese tipo de acciones, gracias a la figura del maestro comunitario.

Según dijo Pereira, los centros educativos podrán acceder a la figura del maestro comunitario articulador institucional, que trabaja centralizadamente en dependencia de las inspecciones departamentales de la DGEIP y en los casos más extremos al Programa de Escuelas Disfrutables. En suma, otras figuras importantes para esa tarea serán los maestros de apoyo y los maestros de apoyo itinerante.

Constantino señaló que ya en mayo se puede detectar a los niños que en diciembre culminarán el año con más faltas. En concreto, la DGEIP se propone tener identificados a los estudiantes que cuentan con 10% de faltas en el primer trimestre de cada año, lo que se define como “ausentismo crónico”. Al respecto, la inspectora técnica dijo en el Parlamento que después de las vacaciones de julio de este año en las escuelas se empezó a trabajar con ese grupo para brindarle un “modelo de extensión del tiempo pedagógico híbrido de atención remota”, que puede ser o no a distancia.

Al respecto, Pereira dijo que, al igual que se hizo durante la pandemia, se busca aprovechar las posibilidades que da el formato híbrido, para que el maestro pueda permanecer en contacto en forma remota con los niños que faltan. En ese sentido, parte del plan es que pueda realizar un seguimiento y proponer actividades para compensar la falta o incluso recuperar aprendizajes no logrados tiempo atrás. Por su parte, planteó que desde Primaria se detectará y focalizará a los centros educativos, grupos y niños que cuenten con aprendizajes más críticos, de forma de orientar y elaborar estrategias que permitan que las trayectorias educativas no se vean dañadas.

La subinspectora técnica también se refirió a algunas posibilidades que brinda el Reglamento de Evaluación aprobado el año pasado, en el marco de la transformación curricular de la ANEP. El hecho de que ya no se tenga que definir si un estudiante repite el curso todos los años sino al final de cada tramo permitirá que dentro de un mismo tramo se pueda pensar en estrategias para que el estudiante aprenda en un lapso mayor de tiempo. Agregó que para ello se dispone de distintos espacios de acompañamiento a los niños y, además, que en los carnés de calificaciones hay un espacio dedicado a que el docente desarrolle una “descripción fundada” de sus estudiantes, donde se puede describir los avances. En suma, dijo que se ha solicitado explícitamente que también se incluya la información de las inasistencias que tiene cada niño y que desde la escuela se pueda realizar sugerencias al respecto a las familias.

Según detalló Pereira, Primaria busca mejorar la asistencia de los niños a clase desde hace años y, de hecho, las últimas reglamentaciones que regulan el tema datan de 2013 y 2008, en las que se fijan procedimientos y sistemas de alertas, que en la actualidad se emiten al director del centro educativo cuando un niño tiene tres inasistencias consecutivas. Aunque de forma “incipiente”, la inspectora afirmó que en la DGEIP distintos grupos que trabajan en el tema se están comenzando a preguntar si no es hora de generar nuevos marcos normativos sobre el tema. En ese sentido, la discusión puede incluir también a otros organismos del Estado, ya que en los casos en que se detecta un nivel de asistencias más crítico, o incluso la desvinculación de los niños de la escuela, se apela a un protocolo que luego de agotadas todas las vías a la interna de la DGEIP prevé la intervención de la Justicia.