La filial montevideana de la Asociación de Maestros del Uruguay (Ademu) definió realizar un paro de 24 horas el jueves. La medida se debe a la agresión a una maestra de la escuela 129 de la capital, ubicada próxima al Hipódromo Nacional de Maroñas, ya que el sindicato tiene resuelta la paralización de actividades de forma automática cuando se registra un hecho de ese tipo.

Según dijo a la diaria Paola López, secretaria general de Ademu Montevideo, se trató de “una situación bastante compleja”, que si bien no tuvo su origen en algo ocurrido en el centro educativo, se dio dentro de la escuela. López relató que la situación que desencadenó el episodio de violencia fue la agresión de la madre a su hijo, alumno de la escuela, ante lo que intervinieron una maestra y una madre que integra la comisión de fomento. La secretaria de Ademu lamentó que ambas resultaran agredidas cuando su objetivo fue detener la agresión hacia el niño.

López señaló que no se trata de un hecho aislado, ya que a lo largo del año se han registrado varios casos de violencia, que fueron denunciados por el sindicato. En ese sentido, sostuvo que Ademu Montevideo viene señalando “la escalada de la violencia” que viene en aumento y que encuentra a la escuela pública “en contextos en los que es difícil llevar a cabo la tarea educativa de enseñar”.

Según apuntó, en la mayoría de los casos ello se da por la falta de recursos que podrían generar “un cierto freno” a algunos de los episodios. En particular, se refirió a la falta de porterías en las escuelas y también de otros actores que apoyen a los colectivos docentes en el vínculo con las familias. Además, habló de la necesidad de contar con “agentes sociales” y políticas públicas que puedan “rodear a las familias”, que muchas veces no cuentan con “ciertas herramientas” para poder generar un diálogo con diferentes puntos de vista.

“Nos preocupa enormemente”, dijo López sobre la situación, y aseguró que la violencia no sólo es vivida por la escuela pública, sino también por los profesionales de la salud, el transporte e incluso los inspectores de tránsito. Según agregó, muchas veces “es difícil establecer un diálogo” y lograr que haya “interlocutores válidos”, lo que enmarcó en un “deterioro de las relaciones intrafamiliares y de las familias con las instituciones”. “Es muy complejo, desde la educación vemos que cada día se dan situaciones para las que no estamos preparados”, lamentó.

En particular, la secretaria general de Ademu Montevideo se mostró preocupada por la afectación que sufren niños y niñas, especialmente los que pertenecen a familias que “se ven afectadas por situaciones sociales y económicas”. En ese sentido, marcó que algunos dispositivos de política pública que trabajaban en territorio, por ejemplo, desde el Ministerio de Desarrollo Social, dejaron de funcionar en los últimos años y eran claves para “acompañar procesos en situaciones muy vulneradas”.