El primer día de noviembre, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) publicó en su página web los programas para segundo y tercero de Educación Media Superior (EMS), más conocido como bachillerato. La aprobación en el Consejo Directivo Central (Codicen) fue por tres votos a favor y dos en contra, los de los consejeros docentes, como sucedió en todas las iniciativas que forman parte de la transformación educativa.

En la sesión en la que fueron aprobados se hicieron algunos cambios menores en los programas de Historia. El año pasado, justamente, el programa de Historia de noveno grado de la Educación Básica Integrada (EBI) fue el que trajo mayor repercusión, luego de que en el borrador se eliminara el concepto de terrorismo de Estado y a algunos autores que el colectivo docente consideraba claves, hasta que luego de varias idas y vueltas, ambos puntos se incorporaron en el documento final.

Para segundo de bachillerato, Historia se encuentra en la orientación Ciencias Sociales y Humanidades, mientras que en tercero aparece en la misma orientación y también en el bachillerato General. Este último es una de las principales innovaciones de la transformación curricular y está pensado para adolescentes que no tienen claro por qué camino seguir.

Dado que la publicación de los nuevos programas tiene sólo una semana, aún los distintos colectivos, asociaciones y sindicatos vinculados a la educación no se han pronunciado al respecto. Sin embargo, el tema fue abordado en las Asambleas Técnico Docentes y está presente en la discusión entre profesores.

Bosquejo

La primera impresión de algunos docentes consultados por la diaria es que los contenidos de los tres programas de Historia no traen grandes cambios, más allá del orden en el que los temas son abordados y algunos nombres, sin modificar lo sustancial. Esto también ha recibido críticas, ya que implica que no hay una actualización de corrientes historiográficas y que se conserva una mirada eurocéntrica, sin profundizar, por ejemplo, en lo decolonial.

Justamente, uno de los puntos específicos observados es que hay ciertos autores que fueron eliminados de la bibliografía sugerida en los programas: específicamente en segundo de bachillerato –hasta este año quinto de liceo–, el abordaje del reglamento de tierras y la estructura colonial a través de Nelson de la Torre, Lucía Sala de Touron y Julio Carlos Rodríguez; el período cisplatino por Rosa Alonso; y la problematización de la historiografía clásica de Uruguay con Guillermo Vázquez Franco. Con respecto a los programas anteriores, observan estos cambios como simbólicos, ya que dichos autores forman parte de la construcción histórica y particularmente de la revisión histórica de la izquierda.

Un poco más allá, identificaron que tanto en segundo como en tercero los programas son demasiado extensos para las horas que finalmente se le dedicaron a la asignatura. De hecho, debido a que lo que antes era la rama Economía se fusionó al espacio Ciencias Sociales y Humanidades, ya no existe la asignatura Historia Económica.

En relación con las reducciones horarias, identificaron, por otra parte, que los objetivos planteados para los estudiantes de segundo de EMS son demasiado ambiciosos. Algunas de las temáticas que forman parte del programa de segundo de EBI también están presentes en segundo de EMS. No obstante, por una cuestión de tiempos y de extensión del programa, es usual que los docentes de ese año no lleguen a abordar todos los temas, lo que implica que la historia del siglo XIX no se imparta –o que se haga de manera superficial, o quede a medias– y ya en tercero, el programa comienza directamente con el batllismo, abocándose al siglo XX.

Es en este marco, que segundo de EMS contempla en el programa de Historia desde el siglo XVII hasta el XIX, pero ante la reducción de horas semanales, que antes eran seis y ahora serán cuatro, más las que también se reducen en segundo de EBI, los docentes consultados entienden que es difícil dedicarle el tiempo que merece el período, más aún considerando la escasez de conocimiento previo.

En suma, la otra gran crítica es el enfoque competencial, que no es novedad y ha formado parte de las principales reivindicaciones de los distintos colectivos docentes a lo largo de la discusión por la transformación educativa: que las competencias estén por encima de los contenidos, además del cambio en el reglamento de evaluación y el pasaje de grado.

Otra mirada más específica sobre los titulares de tercero de bachillerato es que en el desglose del tercer módulo del programa de Historia se “propone un abordaje problematizador de los nuevos escenarios de la política de la segunda mitad del siglo XX en América Latina”, y se habla de “la izquierda” –en singular– y “las derechas” –en plural–.

Por otro lado, cuando se puntualiza en la Guerra Fría, parecería que fue entre Estados Unidos y la Unión Soviética, “y no entre dos modelos socioeconómicos”. Por último, en el primer módulo establecen el estudio de “genocidios y derechos humanos: estudio de caso. Los organismos internacionales y su importancia”, pero identificaron que en la bibliografía no hay ningún autor o autora que se refiera a la temática.

El nuevo Espacio

Bachillerato General para tercero de EMS es completamente nuevo y cuenta con Administración y Emprendedurismo, Matemática, Ciudadanía y participación, Territorio y sociedad, e Historia.

“La presente propuesta programática fue generada considerando el posible perfil de los estudiantes que realizan la opción de finalizar su EMS a través del Espacio General, atendiendo a la heterogeneidad ampliada de un aula habitada por estudiantes con 'intereses y motivaciones diversas', y haciendo foco en los aportes relevantes que habiliten 'su continuidad formativa'”, dice el programa de Historia de dicho Espacio.

Con este foco, la propuesta programática aborda “escenarios diversos (América, Europa, África y Asia) en el marco temporal comprendido entre el fin de la bipolaridad y los inicios del siglo XXI”. Bajo ese titular, aparecen distintos temas divididos en cuatro módulos: “América como escenario”, “Hacia una Europa cada vez más heterogénea”, “Otros escenarios en tensión” y “Una mirada a la complejidad del nuevo milenio”.

Ante la creación desde cero de este nuevo programa, las distintas fuentes consultadas observaron que, si bien se busca una cierta cultura general a través de la explicación de los distintos escenarios geopolíticos actuales, así como también de desafíos ante la migración, la diversidad y los feminismos, no hay una perspectiva histórica; es decir: el anclaje está en el presente. La problemática identificada radica en que los temas pueden parecer de “generación espontánea”, sin tener en cuenta el propio devenir histórico.

Otro factor que se le suma es que, como es un trayecto general, los estudiantes pueden haber cursado en segundo de bachillerato otro trayecto que no sea el de Ciencias Sociales y Humanidades y, por lo tanto, tener menor aprendizaje histórico dentro del aula.