Uno de los aspectos de la transformación curricular que generaron más controversia pública fue el programa de Historia del noveno grado de la Educación Básica Integrada (EBI), equivalente al actual tercer año de la educación media. Ello se dio por varios cambios que el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) hizo en la bibliografía sugerida para docentes de ese grado y en algunos conceptos y términos.

Dichos cambios fueron votados por los consejeros designados políticamente en el organismo y se aplicaron sobre la propuesta que durante varias semanas estuvo elaborando una comisión compuesta por docentes designados por el Codicen. Los programas preliminares fueron puestos a consideración pública y también de las asambleas técnico docentes (ATD), que según lo establecido en la Ley General de Educación deben ser consultadas sobre cambios curriculares.

Tal como informó la diaria en su momento, los principales cambios que introdujo el Codicen pasaron por la considerable reducción de la bibliografía para docentes, que fue de la mano con la inclusión de algunos textos que no estaban en la propuesta de la comisión. Entre ellos estuvieron La revolución imposible, del periodista Alfonso Lessa; Orientales. Una historia política del Uruguay, del también periodista y profesor de Historia Lincoln Maiztegui Casas; y La agonía de una democracia, del expresidente de la República y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti.

Por su parte, en materia de contenidos, el Codicen había sustituido varias referencias a los derechos humanos por “garantías individuales” o “derechos civiles y políticos”. Además, había eliminado el término “terrorismo de Estado” y, para el período de 1985 en adelante, la referencia directa al “triunfo electoral de la izquierda”.

Análisis y rechazos

Dichos cambios generaron críticas en distintos actores implicados en la enseñanza de la historia en la educación media. Tanto la Asociación de Profesores de Historia del Uruguay como la Asociación Uruguaya de Historiadores plantearon cuestionamientos académicos a los cambios, y también lo hizo la ATD de Secundaria.

Entre otros aspectos, la ATD criticó la eliminación del término “terrorismo de Estado” y que no se hiciera mención a “los aportes desde el campo de las memorias en sus diversas vertientes (memorias colectivas, de organizaciones sociales, de género, testimoniales, historia oral, entre otras)”. También apuntó contra la selección bibliográfica y criticó que se hubieran colocado “obras que no provienen desde el campo de la historiografía, sino que son producidas por periodistas o actores políticos que fueron protagonistas centrales de los hechos históricos relatados”.

La ATD de Secundaria concluyó que las opciones que había tomado el Codicen mostraban “un claro sesgo político conservador, anclado en la denominada ‘teoría de los dos demonios’, tributaria de interpretaciones maniqueas, dogmáticas y carente también de toda rigurosidad historiográfica”. “Estamos asistiendo a un intento refundacional desde el campo de las derechas, que pretende retroceder a interpretaciones de la sociedad, de los sujetos y de la producción de sentido emparentadas con las doctrinas que sustentaron las últimas experiencias autoritarias del país”, sostuvieron.

Cambios en versión final

En la última semana de 2022, el Codicen terminó de aprobar todos los programas de educación inicial, primero, segundo, séptimo, octavo y noveno grado, que se aplicarán a partir de marzo. En el caso de Historia de noveno grado, definió un cambio de nombre para la unidad curricular, que en la versión preliminar llevaba el nombre Mundo Contemporáneo.

Pero ese no fue el único cambio que introdujo el organismo, que modificó levemente la forma en que están presentados los programas de Historia. En el caso de noveno, tanto en la versión que salió de la comisión como en el programa preliminar se presentaba una tabla de contenidos que estaban organizados en una columna con “contenidos indispensables” de abordar en el curso y otra columna con “contenidos deseables”. Sin embargo, esa distinción se dejó de lado en la versión definitiva, por lo que todos los contenidos deberían ser abordados en el curso.

Se trata de programas que se estructuran a partir de competencias que deben desarrollar los estudiantes y que se relacionan a los distintos contenidos. En este caso, se establecen nueve competencias específicas de la unidad curricular, que, a su vez, se relacionan con las diez competencias generales establecidas en el Marco Curricular Nacional, documento base de la transformación.

Entre estas nueve competencias están la interpretación e interrelación crítica de información proveniente de distintas fuentes históricas e historiográficas; el análisis de opiniones divergentes y ser capaz de “negociar significados compartidos desde el respeto por la alteridad y otredad en el presente y en el pasado”.

Contenidos

El programa, que en total abarca el período histórico que va desde el inicio del siglo XX a 2010, establece una serie de “conceptos básicos que deberá trabajar el docente”, entre los que están: guerra civil, totalitarismo, terrorismo de Estado, populismo, industrialización, capitalismo, migraciones, derechos humanos, garantías individuales, extremismo político, revolución, reforma, Estado de derecho, república, democracia, liberalismo, socialismos, lucha armada, pluralismo político, tolerancia y sociedad de consumo.

En materia de contenidos, el programa se estructura en función de épocas, y comienza por “la sociedad del 900, sus transformaciones y los movimientos migratorios”, y sigue con el batllismo. En esos primeros años del siglo XX también se aborda “la construcción de la democracia uruguaya y la integración social”, las repercusiones de la Primera Guerra Mundial, además del “Uruguay del centenario y las culturas urbanas y rurales”.

En el siguiente tramo, que va de 1929 a 1955, se deben tratar las repercusiones de la crisis del 29, la crisis de las democracias liberales y el inicio de las dictaduras en la región, la incidencia de la Segunda Guerra Mundial y el desarrollo del modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), entre otros temas.

Mientras tanto, para el período 1955-1985 (ver tabla a continuación), que es el que causó más polémica, la versión que se aplicará en las aulas incorpora con más énfasis el abordaje de los derechos humanos en relación a esa época. Entre algunos de sus contenidos incluye la crisis del modelo de ISI, la situación de Uruguay en el contexto de la Guerra Fría y, en ese marco, las “amenazas a la democracia”, el “debilitamiento de las instituciones republicanas”, además de los procesos de “radicalización política, guerrilla y polarización social”. Por su parte, se plantea el abordaje de la última dictadura, a la que se llama “cívico-militar” y, en el marco de ese tema, “el avasallamiento de las instituciones, los derechos humanos, civiles y políticos” y el Plan Nacional de Desarrollo.

Foto del artículo 'Programa de Historia incorporó abordaje de “terrorismo de Estado” y amplió la bibliografía para docentes'

Para el período que va desde la recuperación democrática en adelante, los contenidos programáticos incluyen el plebiscito de 1980, el proceso de integración regional a través del Mercosur y Aladi, y el proceso de “reformas, recesión crisis y reactivación económica”, que va de 1990 al final del período. De esta forma, se confirma la eliminación de “triunfo electoral de la izquierda”, que implicaba abordar “su significación y proyección en el contexto político regional”, que originalmente había sido incluido por la comisión que trabajó en el programa.

Por su parte, en la última semana del año el Codicen también hizo nuevos cambios en materia de bibliografía, que pasó de 30 textos a más de 80 que, de todas formas, son menos que los casi 150 de la propuesta original. Si bien mantuvo los textos de Lessa, Maiztegui Casas y Sanguinetti, finalmente se incluyó uno del historiador Carlos Demasi, cuyos textos de autoría individual habían sido retirados en la versión preliminar.

Según dijo a la diaria días atrás el presidente del Codicen, Robert Silva, los cambios que introdujo el organismo en noviembre no tuvieron ninguna “intencionalidad oculta”, sino que se trató de “establecer todo el contexto de la dictadura cívico-militar, la violación de los derechos civiles, políticos, derechos humanos en general”.