“Lo que dijimos que iba a pasar está pasando”, resume Andrés Peri, director de la División Investigación, Evaluación y Estadística de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). La frase se refiere a las proyecciones sobre el impacto de la baja de nacimientos en la matrícula de la educación uruguaya que, en conjunto con otras instituciones, realizaron técnicos del organismo. En concreto, el estudio presentado en 2022 planteaba que para 2030 la ANEP perdería 25% de su matrícula por motivos demográficos, y que los efectos comenzarían a verse a partir de 2022 o 2023.

Según planteó en el inicio de clases la directora general de Educación Inicial y Primaria, Olga de las Heras, este año se inscribieron 320.000 niños en el sistema público, 76.000 de ellos en la educación inicial. Ello contrasta con los números del año pasado, cuando se anotaron en total 327.000 niños, de los que 78.400 se inscribieron en educación inicial. Si bien las cifras de este año todavía están siendo procesadas, si los números iniciales se confirman, en total habría 7.000 niños menos en jardines y escuelas públicas.

En diálogo con la diaria, Peri dijo que la caída de la matrícula se ve más claramente en la educación inicial, que comprende a los grupos de niños de tres, cuatro y cinco años. Según explicó, en ese tramo “se nota que cada generación que reemplaza a la anterior es más chica”, aunque se espera que la matrícula se estabilice hacia 2025, completó.

El estudio en el que participó la ANEP consideró únicamente la matrícula de la educación pública, y en las proyecciones demográficas no tuvo en cuenta la migración, ya que, según Peri, no es significativa para explicar el fenómeno -actualmente los migrantes representan 1% de la matrícula de la ANEP-. En suma, tuvo en cuenta factores internos del propio sistema educativo, como la desvinculación de los estudiantes o la repetición, ya que si muchos estudiantes se desvinculan o si repiten y permanecen más tiempo en el sistema, eso también incide. Sin embargo, no encontraron una incidencia importante de esos factores. Según recordó Peri, a la hora de explicar la caída de la matrícula resultan “mucho más fuertes” los motivos demográficos, que no llegan a ser compensados por la migración que recibe Uruguay.

La baja en la natalidad para muchos es una mala noticia, pero en realidad está explicada principalmente por una buena noticia. Según explicó el jerarca de la ANEP, buena parte de la caída de los nacimientos tiene que ver con la baja del embarazo adolescente registrada en los últimos años en el país: “Tradicionalmente, las madres adolescentes tenían más hijos que los que deseaban hasta que, a partir de una política exitosa, lograron controlar su fecundidad para tener los hijos que desean”. “La carga de la reproducción social antes se basaba mucho en mujeres pobres y adolescentes, y eso hizo bajar la fecundidad”, dijo Peri. Al respecto, el especialista mostró que en la última década hubo un “descenso abrupto de los nacimientos”, ya que en 2014 nacieron 48.000 niños y en 2020 35.000, cifra que continuó bajando en los siguientes años.

De todas formas, el equipo de técnicos que trabajó en las proyecciones observó que en algunos años puede haber un “efecto rebote”, ya que no se trata de niños que necesariamente dejen de nacer, sino que nacerán un poco más tarde: en la juventud o adultez de sus madres y ya no en su adolescencia.

¿Problema u oportunidad?

Sobre los desafíos para la forma de encarar el acto educativo, en un sentido similar al de un estudio presentado recientemente en el que se plantea la importancia de las intervenciones de calidad desde la primera infancia, Peri planteó la necesidad de “reformular los formatos” para asegurar la “intensidad educativa”. Según dijo, el planteo se desprende de que “es distinto educar a poblaciones cada vez más grandes que educar a poblaciones cada vez más chicas”.

En ese sentido, habló de la necesidad de ver la baja de la natalidad como una “oportunidad”, por ejemplo, para pensar nuevas y más figuras de apoyo y acompañamiento, tanto para docentes como para estudiantes. Al respecto, Peri consideró que en Primaria actualmente “hay pocas, más allá del maestro de clase” y, por ejemplo, sería bueno pensar en más figuras de “coordinación” de la enseñanza en los centros educativos. Si bien valoró la formación de los docentes uruguayos como uno de los principales activos del país en la materia, aseguró que con nuevos roles esa formación podría aprovecharse aún más, con el objetivo de mejorar los aprendizajes.

Por ello, valoró que Primaria “cada vez más abraza la idea de desestructurar grupos y crear oportunidades de aprendizaje para cada niño según la situación en la que esté”, pero agregó que “eso requiere tiempo y recursos”. Al respecto, remarcó que los maestros de apoyo y las horas de tutorías son importantes, pero también se requieren otro tipo de roles de coordinación pedagógica. Peri planteó que “la actividad docente es muy compleja y requiere distintas instancias para trabajar con estudiantes cada vez más heterogéneos”, por lo que “el bono demográfico” puede ser una oportunidad para pensar medidas en esa dirección.

La exinspectora técnica de Primaria Selva Pérez consideró que la caída de la natalidad se puede aprovechar para invertir menos en educación o también para “optimizar los recursos y dar una mejor atención” a los niños. Pérez, que prefiere optar por el segundo camino, llamó a generar una mayor complementariedad entre “el saber de los adultos que vienen desde diferentes trayectorias”, como maestras, profesores de educación física o artística, entre otros.

Foto del artículo 'La caída de la natalidad presenta la “oportunidad” de rever el tamaño de los grupos y pensar nuevas figuras de apoyo y acompañamiento en la escuela'

Momento de revisión

No obstante, la exinspectora se mostró preocupada por la dificultad de centenares de maestras para acceder a un cargo en todo el país, de acuerdo con lo denunciado desde la Federación Uruguaya de Magisterio - Trabajadores de la Educación Primaria (FUM-TEP). Recordó que cuando aún estaba en la inspección técnica planteó la necesidad de revisar la circular de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria que establece que si un grupo tiene menos de 17 estudiantes en una escuela urbana, el cargo de maestro de ese grupo es reasignado a otro lugar donde se requiera y los niños pasan a integrarse a otro grupo.

En ese sentido, dijo que es necesario que se explicite a dónde se reasignan esos recursos y planteó sus dudas al respecto, ya que considera que buena parte de ese dinero se reasignó a la educación media. Según Pérez, es imperioso que se pueda brindar “tiempo de calidad” a las infancias, y en ello incluye la necesidad de que los adultos que intervienen en el proceso educativo tengan tiempo para pensar e intercambiar sobre cómo está impactando su práctica en los estudiantes.

En suma, valoró que pensar en este tema se vuelve especialmente importante después de los años de pandemia, en los que, si bien el sistema educativo mantuvo el vínculo con los niños, “no se puede decir que la propuesta llegó a todos de la misma manera”. En concreto, mencionó que “se agrandaron las brechas” de aprendizaje entre quienes viven en contextos socioeconómicos más desfavorables y quienes están en una mejor situación. Por lo tanto, consideró que en ese escenario se vuelve más relevante contar con figuras de apoyo, como tutorías o duplas de maestras en una misma aula.

Pérez se mostró crítica con algunas medidas que el actual gobierno implementó y que van en un sentido contrario, pese a que las autoridades tienen un discurso de colocar en el centro a los estudiantes. Como ejemplo, mencionó el recorte de tiempo de trabajo en el Programa de Maestros Comunitarios, que en vez de asumir la función durante todo el año, ahora lo hacen desde marzo y hasta diciembre, por lo que no cobran enero y febrero.

Matrícula 2023

Total: 326.342
Inicial: 77.723
Primaria común: 242.566
Especial: 6.053
Educación privada: 72.465

Consultada sobre cómo evalúa la presencia de acompañamientos a los estudiantes que están planteados en el marco de la reforma curricular, la docente aseguró que, de la misma forma que en otras áreas, la actual administración “les cambió el nombre a cosas que ya venían funcionando desde antes”. Por ejemplo, mencionó el caso de una convocatoria a proyectos de escuelas del programa Aprender y también de las tutorías para estudiantes. Respecto de estas últimas, dijo que ocurren en los últimos tres meses del año, lo que no es ideal, ya que “no siempre el mejor docente y el más calificado tiene disponibilidad de tiempo para tomar ese trabajo” en la “bajada final del año”.

Además, dijo que no es necesario esperar a ese momento del año para ver qué niños tienen dificultades en los aprendizajes, sino que se debe ir trabajando a lo largo de todo el año lectivo. En ese sentido, recordó que en la administración anterior en algún momento existió la figura de maestro integrador, que era efectivo y, por lo tanto, no se podía reajustar, y su rol consistía en estar en la escuela y “recorrer las aulas” para ver de qué forma apoyar a los docentes.

Reclamo sindical

Desde la FUM-TEP están de acuerdo en tomar a la baja en la natalidad como una oportunidad para el sistema educativo, pero lamentan que las autoridades actuales lo estén visualizando como un problema, dijo a la diaria Mónica Suárez, integrante del sindicato. Agregó que desde la organización sindical se plantea la necesidad de rever la circular que plantea el límite de estudiantes en 17 para fusionar grupos. A propósito, ilustró que “no es lo mismo trabajar con 16 estudiantes en una escuela de Casabó que en una de Pocitos”, por lo que no puede tomarse un mismo criterio para las realidades tan dispares que se presentan en todo el país.

Si bien la normativa fue ajustada por última vez en 2016, Suárez afirmó que las autoridades están fusionando grupos de distintos grados, algo que no se había hecho nunca. Al respecto, cuestionó que las autoridades de la educación hayan afirmado que hay estudios que demuestran que ello es beneficioso para los niños, como lo dijo días atrás la presidenta del Consejo Directivo Central de la ANEP, Virginia Cáceres, en una entrevista con El Espectador. Según dijo, si bien se aplica en escuelas rurales con pocos estudiantes desde hace mucho tiempo, es “complejo” de implementar en las escuelas urbanas, algo que es claro para quienes tienen experiencia de aula.

En la misma línea que Peri y Pérez, Suárez se preguntó si este “no será un momento para ensayar nuevas formas de acompañamiento que favorezcan los aprendizajes y que favorezcan los procesos que realizan nuestros niños y niñas”. Al respecto, planteó su preocupación por la alta cantidad de maestros y maestras con dificultades para acceder a un puesto de trabajo con mínima estabilidad. En ese sentido, dijo que sólo en Montevideo había 326 docentes buscando un cargo, y solamente 22 de ellos pudieron elegir uno de larga duración. Los restantes están teniendo dificultades incluso para realizar suplencias cortas, lo que muestra un problema que hace unos años parecía lejano, ya que, por el contrario, se hablaba de faltante de docentes en algunas zonas del país.

Suárez detalló que se trata de un problema presente en todos los departamentos y que, por ejemplo, en Artigas hay 100 docentes que están en esa situación. Por su parte, consideró que las autoridades se están excusando en la baja de la natalidad, pero aseguró que no es el único elemento a considerar para la cantidad de puestos de trabajo. Planteó que “si se usa a las consecuencias de la baja natalidad para recortar cargos”, nunca se reducirán significativamente la cantidad de grupos con más de 30 estudiantes (ver gráfico).

Acerca de la situación de los maestros comunitarios, Suárez contó que han planteado a las autoridades que estén en los centros educativos desde el primer día de clases, ya que muchas veces terminaban asumiendo las funciones en abril o incluso en mayo. En ese sentido, la FUM-TEP logró que Primaria dispusiera que los maestros comunitarios que trabajan en escuelas comiencen a ejercer la función a partir del próximo lunes, una semana después de comenzadas las clases. No obstante, la sindicalista recordó que la FUM-TEP no está de acuerdo con la creación de los maestros comunitarios institucionales, es decir, que no trabajan en un centro educativo, sino en una zona, asociados a alguna inspección.

Por su parte, Cáceres negó esta semana que haya un ajuste de cargos y aseguró a El Espectador que este año se crearon la misma cantidad de grupos que el año pasado. Según señaló, la cifra de maestros en Primaria se mantiene en 23.000 para este año, y explicó las dificultades de muchos maestros para acceder a un cargo por la oferta y la demanda de puestos de trabajo que se genera en cualquier campo laboral.