La librería Escaramuza está próxima a lanzar públicamente su laboratorio de lectura, en alianza con tres docentes de la Universidad Católica del Uruguay que forman parte del grupo de investigación “Motivación y autorregulación en contextos educativos”: el psicólogo Daniel Trías, la maestra Valentina Ronqui y la psicopedagoga Rocío Schiappapietra. En ese marco, hasta el 1° de julio está abierta una convocatoria a maestras de grupos de cuarto, quinto y sexto grado de escuelas públicas para integrar un espacio de intercambio con especialistas en los procesos que median el aprendizaje de la lectura.
Las instituciones educativas de quienes queden seleccionadas para el proyecto recibirán como donación una biblioteca de 400 libros y, además, una propuesta de agenda de actividades con autores en los propios centros educativos. Desde Escaramuza cuentan además con recursos para apoyar el traslado de maestras del interior, ya que la modalidad de trabajo será presencial.
En diálogo con la diaria, Trías, Ronqui y Schiappapietra contaron que el laboratorio surgió a partir de un cruce de intereses e inquietudes de distintos actores: de la librería, de los integrantes del grupo de investigación, que pretenden un mayor vínculo con los docentes, y también de profesionales de la educación que les han planteado la necesidad de generar espacios de formación en aprendizaje, lectura y autorregulación.
Precisamente, la forma en que la autorregulación del aprendizaje se pone en juego a la hora de la comprensión de textos será uno de los ejes principales de los encuentros del laboratorio, que comienzan en agosto y tendrán una periodicidad de dos sábados al mes, hasta diciembre. En cada encuentro, los saberes que serán puestos en valor no serán únicamente los de los investigadores, sino que, por el contrario, también se espera que las maestras puedan poner en juego sus saberes para, en conjunto, pensar estrategias de pronta implementación en sus aulas.
En ese sentido, los integrantes del laboratorio contaron que la idea es que, a partir de los conocimientos teóricos y la experiencia concreta de maestras e investigadores, se pueda diseñar y poner a prueba estrategias de intervención que luego serán compartidas y analizadas en el propio taller. Al respecto, desde el grupo de investigación evaluaron que para que sus hallazgos en el tema se trasladen a las prácticas de aula no alcanza simplemente con difundirlos a través de distintos medios de comunicación, sino que es necesario “tener tiempo para trabajar sobre eso, revisar prácticas y enriquecerlas”, contó Trías.
Por su parte, Ronqui explicó que por ello el laboratorio busca dar “un acompañamiento a los docentes” a la hora de introducir cambios en sus prácticas, o dar mayor sentido y fundamento teórico a cosas que ya vienen haciendo para trabajar la comprensión de textos de sus alumnos.
Por todo ello, Trías detalló que la experiencia apunta a vincular “a la maestra con otras maestras, a la maestra con sus inquietudes y la investigación”, además de dar apoyos materiales con la donación de libros. En ese contexto, se pide a las postulantes que envíen una nota de la dirección de su escuela explicitando su acuerdo y apoyo a que participe en la convocatoria, a la que también debe postular con una segunda maestra del mismo centro educativo. De esa forma, se busca que la experiencia tenga un mayor impacto en toda la comunidad educativa, y no únicamente en una de sus docentes.
Desafíos para la educación
Consultado sobre los principales desafíos que tiene el país en materia del aprendizaje de la lectura, Trías se remitió a distintos resultados de pruebas de desempeños de los estudiantes que muestran que un importante porcentaje no tiene desarrolladas habilidades básicas en esa área que les permitan comprender distintos tipos de textos. En ese sentido, planteó que, además de un fin en sí mismo, la lectura se vuelve “un medio para seguir aprendiendo”, por lo que su enseñanza es central. Para su abordaje, desde el laboratorio se propondrá jerarquizar la lectura como actividad, que los docentes cuenten con materiales atractivos e interesantes y, en suma, el trabajo sobre estrategias que “ayuden a tener más control sobre los procesos de lectura”.
Sobre la importancia de tener un mayor dominio de este tipo de estrategias, Ronqui aseguró que pueden ayudar a los niños en la transición entre primaria y la educación media. “En primaria la maestra trabaja estrategias de comprensión y después en secundaria muchas veces hay que leer textos de historia, textos de biología, de distintas áreas, y capaz que no hay esta enseñanza tan explícita de la comprensión”, planteó, y señaló la necesidad de que se enseñe a leer textos de las distintas disciplinas.
Otro aspecto a tener en cuenta para la enseñanza y el aprendizaje de la lectura son las herramientas digitales que, cada vez con un mayor desarrollo, ya son parte de la vida cotidiana de estudiantes y docentes. Sobre ese tema, los investigadores plantearon que, si bien pueden operar como distractores que dificulten concentrarse para comprender un texto, también pueden ser herramientas que ayuden a una mejor lectura. “Se trata de tener esas herramientas para poder discernir cuándo me conviene alejarme del celular, cuándo me conviene aprovechar la inteligencia artificial para hacerme una idea general del texto y luego yo seguirlo leyendo; eso tiene que ver con decisiones que nosotros las personas tenemos que tomar”, analizó Trías.
"Una ciudad que aprende"
La convocatoria e información ampliatoria se encuentra publicada en la página web de Escaramuza, que también habilitó un correo electrónico para realizar consultas: [email protected]. Otra vía para hacerlo será una charla informativa que ocurrirá este jueves a las 19.30 a través de un link publicado también en la web. A lo largo de la convocatoria, se repite varias veces la idea de “una ciudad que aprende”, que tiene que ver con la necesidad de hacer partícipes del acto educativo a otros actores sociales. En esa misma línea, Schiappapietra contó que está previsto que el laboratorio organice distintas conferencias en espacios públicos significativos, como pueden ser el teatro Solís o el Museo Nacional de Artes Visuales.