La Coordinadora de Filosofía del Uruguay, que nuclea a más de 400 docentes de la asignatura, organizó un encuentro con el objetivo de pensar alternativas a la Transformación Curricular que lleva adelante la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). El colectivo se ha mostrado en contra de los cambios de los que fue objeto la materia Filosofía tanto en el nuevo Plan de Educación Básica Integrada (EBI), en el que están los tres primeros años de la educación media, como en el de bachillerato.
Con el edificio de la Facultad de Psicología de la Universidad de la República como sede, entre viernes y sábado 120 docentes participaron en el encuentro, en el que se reafirmaron las críticas a los cambios en curso y a su enfoque de competencias, pero también se buscó pensar propuestas para lograr otro tipo de educación. En diálogo con la diaria, Alejandra Iriarte, vocera del colectivo, señaló que del intercambio en el encuentro quedó claro que los docentes entienden que para lograr una propuesta deseable no alcanza únicamente con modificar la Transformación Curricular, ya que se trata de un modelo que “desde el origen tiene unos supuestos que son muy graves y atentan contra una formación integral”.
En concreto, mencionó que los docentes se han convertido en meros “aplicadores” de recetas elaboradas por superiores, de las que sólo son notificados, en una lógica que se parece a la militar, según analizó. Por otra parte, consideró que el enfoque por competencias también contribuye a la “desprofesionalización” de los docentes, ya que están formados para otro tipo de propuestas.
La vocera agregó que la transformación “se les impuso” a los docentes gracias a la eliminación de los consejos desconcentrados, que por medio de la ley de urgente consideración fueron convertidos en direcciones generales unipersonales. Según consideró, sin ese cambio la aplicación de los cambios “hubiera sido muy difícil”.
Al respecto, lamentó que con los cambios diseñados por la ANEP “los estudiantes no aprenden y los profesores cada vez están más cansados”. Según dijo, ese cansancio no es consecuencia de dar clases ni emerge del vínculo con los estudiantes, sino que es producto “de la alienación” que los profesionales de la educación viven “constantemente”. “Estamos cansados de que nos manden a hacer cosas sin que se nos expliquen los propósitos y que no importe nuestra voz”, sostuvo.
Por el contrario, Iriarte señaló que los profesores que participaron en el encuentro reivindican la característica “artesanal” de la docencia, que tiene que ver con que cada estudiante y grupo es único, por lo que no es suficiente con aplicar matrices y planillas previamente diseñadas. Además, reivindicó el rol político de la docencia y, en ese sentido, la necesidad de instalar un diálogo social para pensar alternativas. De hecho, mencionó que los intercambios generados en el propio encuentro los llevaron a sacar esa conclusión.
La vocera cuestionó los argumentos de quienes sostienen que el actual modelo de gobernanza de la ANEP es “más ejecutivo” y señaló, justamente, que es sinónimo de una mayor verticalidad. “Cualquiera que haya pasado por formación docente o por un aula se da cuenta de que la educación es intercambio”, completó.
Cambios a la Ley de Educación y “filosofía para niños”
En el encuentro participaron docentes de Argentina y de Chile y, según contó Iriarte, eso sirvió para analizar que el enfoque por competencias llegó en primera instancia al país trasandino y luego al Río de la Plata, primero a Argentina y luego a Uruguay. En ese sentido, señaló que se trata de un tipo de educación que afecta negativamente la formación con la que luego los estudiantes van a entrar a la universidad.
En concreto para el caso de Filosofía, desde la coordinadora aseguran que existe un “recorte de horas” en el nuevo plan para primer año de bachillerato, que se implementa desde marzo en los centros educativos. En relación con el plan anterior, Filosofía perdió una hora y, si bien existe una optativa llamada Argumentación y Debate que pueden dar los profesores de la asignatura, desde el colectivo señalan que no está presente en todos los centros educativos y tampoco se trabaja con un enfoque adecuado.
Al respecto, profundizó en que el abordaje se basa en los torneos de debate que organiza la ANEP y que son cuestionados por distintos colectivos de docentes de Filosofía. Iriarte señaló que ni siquiera las libretas docentes están preparadas para incorporar a la currícula ese tipo de contenidos, y reivindicó el aula como un espacio de “construcción de conocimiento”, lo que se aleja de ese tipo de modalidades, según estimó. En este sentido, consideró que de esa forma se transita hacia la desprofesionalización docente y la búsqueda de educadores “apolíticos”.
Iriarte planteó que es importante que en la clase se dé el contacto con los filósofos que se estudian y, además, “la posibilidad de, en los tiempos que tenga cada estudiante, poder pensar otras realidades posibles”. Algunas de las propuestas que se plantearon en el encuentro son la creación de un grupo de trabajo para proponer modificaciones a la Ley General de Educación y también la invitación a “repensar la idea de una universidad de la educación” y sus implicancias de cara al futuro. Otra de las propuestas, que surgió de un grupo de maestros que presentaron una ponencia en el evento a partir de sus prácticas en un taller de “filosofía para niños”, es la posibilidad de que la asignatura también esté presente en otros tramos de la educación, como la escuela primaria.
Críticas al modelo de competencias de la reforma
En el evento, el profesor de Filosofía Alexis Capobianco profundizó en la crítica que se hace desde la disciplina al enfoque por competencias en el que se basa la Transformación Curricular. Según expuso, se trata de una mirada “utilitarista y pragmática”, por la que se apunta principalmente a incidir en los resultados educativos.
Como muestra de dicha visión instrumental, Capobianco se refirió a la forma en que las autoridades de gobierno difunden los datos de egreso de la educación media. Al respecto, analizó que ese indicador se piensa con “una visión empresarial” y de producción, ya que se parte de la base de que todos los estudiantes deben culminar el tramo en determinado tiempo, que es a los 18 años de edad. “Hay un tiempo de producción”, cuestionó.
Al respecto, analizó que la Transformación Curricular responde ideológicamente al liberalismo conservador, que apunta a que los individuos puedan llevar adelante sus acciones sin interferencias de parte de terceros. El docente planteó que “la educación es otra cosa” y se basa en una concepción republicana que, por lo tanto, a través de la construcción colectiva se convierte en algo fundamental para la vida política.
Capobianco señaló que en el liberalismo conservador la educación es vista meramente como “una herramienta” para que las personas se desempeñen en un mercado en el que tienen nula incidencia. En cambio, sostuvo que el republicanismo apunta a “formar ciudadanos” a través de las instituciones educativas.
Según dijo, la Transformación Educativa apunta al primer modelo y una muestra de ello es que se consultó a los estudiantes sobre los cambios curriculares mediante una encuesta. Al respecto, dijo que esa es la típica herramienta de los estudios de mercado y defendió “otras formas” de participación”. En tanto, mencionó que cuando los estudiantes se organizan y se movilizan contra los cambios en marcha “la respuesta es mandarles la Policía”, como ocurre cada vez que ocupan un centro educativo.
Por otra parte, apuntó que el capital es el principal sujeto al que apunta la transformación de la ANEP y por eso se apunta a generar la mano de obra que el mercado necesita. Por eso cuestionó que se plantee que la reforma está pensada para los estudiantes “más vulnerables”. Según dijo, que se construya a los destinatarios de esa forma parte de la base de que recibirán una formación de baja calidad que le dé al capital la mano de obra que necesita.