Todavía con luz solar, el corte de cinta tuvo como partícipes al decano de la Facultad de Artes, Fernando Miranda, a tres rectores de la Universidad de la República (Udelar) –el actual, Héctor Cancela, y dos de los anteriores, Rodrigo Arocena y Rodrigo Arim–, y a la directora nacional de Cultura, María Eugenia Vidal. De esa forma, quedó condensado el largo proceso que implicó la construcción de un nuevo local para la universidad y también la relevancia de la obra para la cultura y el arte a nivel nacional.

A medida que fueron pasando los discursos de distintas personas vinculadas al proyecto el día se fue oscureciendo y sobre las paredes de la llamada “plaza elevada”, un espacio al aire libre que se ubica sobre el techo de la nueva biblioteca, comenzaron a verse proyectadas figuras alusivas al logo de la facultad, con el color institucional.

En las oratorias, fue una constante la referencia al pasado y a personas que de distintas maneras fueron parte de la obra: desde los docentes, funcionarios y estudiantes que durante años han tenido que convivir con ruidos, polvo y mudanzas para que la obra siguiera su marcha, hasta arquitectos y rectores. En ese sentido, Cancela dijo que el espacio inaugurado el miércoles es “un logro del cogobierno universitario” y lo contrastó con algunos discursos que señalan a esa herramienta como sinónimo de poca eficiencia y lentitud.

El rector planteó que dicha obra “no se hubiera imaginado sin cogobierno”, ya que fueron los actores que lo integran, tanto a nivel de la facultad como de la Udelar, quienes primero plantearon su necesidad, luego pelearon por los recursos y finalmente resolvieron destinarlos a tal fin. En ese sentido, marcó que el proyecto continuó pese a que desde su inicio pasaron por la Udelar cinco rectores.

Si bien en el predio funcionaba un convento, en la década del 30 del siglo pasado el edificio fue derrumbado para construir la estructura del actual, donde en 1937 comenzó a funcionar el Liceo Francés. El histórico local fue adquirido por la Udelar en 2003, bajo el rectorado de Rafael Guarga, y en ese momento lo comenzaron a habitar el entonces Instituto de Bellas Artes y la Escuela Universitaria de Música, pero también ofició como aulario de otras facultades cercanas.

Según plantearon los arquitectos Horacio Flora, de la Dirección General de Arquitectura (DGA) y Helena Heinzen, del Plan de Obras de Mediano y Largo Plazo (POMLP) de la Udelar, en ese momento se diseñó un plan de cinco etapas de construcción para el edificio, que fue planificado en un inicio por Álvaro Cayón, titular de la DGA antes que Flora. En 2016, cuando se creó el POMLP, quedó a cargo de dicho plan, primero dirigido por Gabriela Fachola y luego por Adriana Gorga.

Flora señaló que la quinta y última etapa de la obra fue la más desafiante, ya que, con la dirección de la arquitecta Verónica Piñeyrúa, implicó la refacción y la ampliación del edificio en 5.000 metros cuadrados. Según detalló Heinzen, en total la facultad tiene a su disposición 15.000 metros cuadrados. Los arquitectos explicaron que, como debieron sumar tres nuevos niveles a un edificio construido en 1937, se trató de un trabajo “de precisión”, para el que tuvieron que realizar distintas investigaciones específicas y recibir asesoramientos de las facultades de Ingeniería y de Arquitectura, Diseño y Urbanismo.

María Eugenia Vidal, Héctor Cancela y Fernando Miranda, el 3 de diciembre, en la Facultad de Artes.

María Eugenia Vidal, Héctor Cancela y Fernando Miranda, el 3 de diciembre, en la Facultad de Artes.

Foto: María Vivanco

El proyecto académico de la Facultad de Artes

Miranda también rememoró el largo proceso de construcción académico de la Facultad, que comenzó hace más de 30 años, pero su creación se terminó concretando recién en 2021. En ese sentido, dijo que fue clave la generación de una hoja de ruta para su creación, con acuerdo de todos los órdenes de los servicios universitarios implicados y también del Consejo Directivo Central de la Udelar.

En ese momento, también se visualizó que la nueva facultad precisaría más espacio y por ello se priorizó la culminación del local en el POMLP. En su momento se proyectaba que el otro local de la Facultad de Artes, ubicado en Pocitos se mudara íntegramente al local de la avenida 18 de julio, pero en el local de Pocitos permanecerá por un tiempo el área de Escultura, ya que por el tipo de trabajo y de estructuras que manejan no es posible el traslado a la nueva sede. Según explicó Miranda a la diaria, se está buscando un nuevo local para dicha área, de forma en que el local de la calle José Martí pueda ser liberado, y seguramente en los próximos meses se concrete la mudanza al actual local de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, que se mudará a un nuevo edificio.

Foto del artículo 'Facultad de Artes inauguró la última etapa de construcción de su local, que implica ampliación de 5.000 metros cuadrados'

Foto: María Vivanco

De todas formas, la gran mayoría de los 3.000 estudiantes, 250 docentes y 65 funcionarios técnicos, administrativos y de servicio de la facultad pasarán a trabajar bajo un mismo techo después de hacerlo durante años en distintos locales. Desde la institución, que tiene a su cargo seis carreras de grado y una maestría, se espera que ello contribuya a una mayor articulación entre los tres institutos con los que cuenta el servicio: el de Bellas Artes, el de Artes Escénicas y el de Música.

Josefina Hernández, estudiante de la facultad, planteó en la inauguración que espera que el nuevo local “sea un espacio para pensar juntes otro mundo” y, en ese sentido, reclamó la necesidad de que la institución cuente con un presupuesto acorde para poder funcionar. La estudiante exigió que las rendiciones de cuentas del quinquenio “estén a la altura” de las necesidades presupuestales de la Udelar.

Los nuevos espacios de la facultad

La quinta etapa de la obra, que tuvo un costo de 400 millones de pesos y fue realizada por la empresa Ciemsa, implica una nueva biblioteca que fue construida sobre uno de los patios internos del edificio, que representa la fusión de tres bibliotecas que hasta ahora funcionaban por separado. Además, la biblioteca cuenta con amplios ventanales para que ingrese la luz solar de un lado y del otro las ventanas dan directamente al nuevo espacio polivalente, donde antes estaba el gimnasio del Liceo Francés. Ahora cuenta con gradas retráctiles por las que puede funcionar como anfiteatro. En los nuevos pisos que fueron construidos sobre la calle Guayabos se encuentran un taller de artes gráficas y aulas de clase en el tercer nivel, un taller de arte sonoro en el cuarto y el taller de artes del fuego en el quinto piso. Además, en la planta baja se refaccionó un patio interno que cuenta con una fuente y diversa vegetación y da a una nueva sala de exposiciones.