La Fundación Ciencia Joven es una organización sin fines de lucro que trabaja desde 2011 para generar igualdad de oportunidades en el acceso de niños y niñas a la ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas (STEAM, según la sigla en inglés). Si bien tiene su origen en Chile, con el correr de los años se ha ido expandiendo a otros países latinoamericanos como Argentina, Uruguay, Paraguay o El Salvador, entre otros.

En 2022, Ciencia Joven firmó un acuerdo de cooperación con la oficina de Unesco en Montevideo, lo que le permite profundizar las acciones en el país, algo que ocurrirá con más fuerza a partir de este año. Concretamente, la organización está terminando de ultimar los detalles, que se extendieron un poco más de lo previsto a causa del cambio de autoridades en la Administración Nacional de Educación Pública, para implementar un programa que vincula la educación científica con la inteligencia artificial (IA), que cuenta con el apoyo de Google.

Isabel Franco, directora ejecutiva de Ciencia Joven, habló con la diaria sobre los detalles del programa, llamado Academias InnovAI, que será el primero en aplicarse presencialmente en Uruguay. Hasta ahora, las acciones que venía desarrollando la fundación con docentes uruguayos eran virtuales y muchas de ellas con profesionales de la educación de otras partes del continente. En este caso, además, se trabajará con un equipo de profesionales uruguayos que será el encargado de coordinar la propuesta, que aterrizará en varios centros educativos.

Franco también fundamentó la importancia de la educación científica en el mundo actual, en el que es cada vez más importante poder cotejar fuentes de información, y también planteó la necesidad de romper las brechas de género que aparecen asociadas a muchas carreras de las áreas STEAM.

El proyecto se va a instrumentar en algunos centros educativos. ¿Qué buscarán aportar?

Nuestra intención es aportar en la educación secundaria poniendo foco primero en los y las docentes y, por lo tanto, en las niñas y los niños o los jóvenes. Entendemos el valor de la educación en cascada: si tienes un docente más motivado, innovando, con mejores herramientas, evidentemente vas a tener el mejor resultado en el proceso de enseñanza-aprendizaje con niñas y niños.

¿Cómo será el vínculo entre IA y educación científica y cuál esperan que sea el resultado?

El programa va a tener cuatro ejes. Al primero lo llamamos “manejo de aulas desafiantes” y tiene que ver con las herramientas emocionales que un docente puede desarrollar, mejorar, aprender y adquirir en el medio digitalizado en el que estamos. Nos vamos a digitalizar cada vez más, o al menos eso dicen los datos. Entendemos siempre que estos son programas en el contexto educativo y, por lo tanto, el proceso de enseñanza-aprendizaje es un continuo. Ese primer eje tiene que ver con cómo aggiornamos algunas de esas herramientas de inteligencia emocional que los docentes ya tienen. En general, en América Latina y en el Caribe muchos docentes cumplen roles hiperdiversos. Tal vez es el caso también de Uruguay en la ruralidad, a donde esperamos llegar algún día, donde el docente no solamente es el docente: es el consejero, es el amigo, es el sacerdote, es el médico, es todo. Son múltiples retos los que tiene un docente hoy en día, reconociendo que ya tienen una formación previa y que tienen una vocación gigante.

El segundo eje habla de la singularización del aprendizaje y tiene que ver con cómo hacemos experiencias significativas en el aprendizaje para que niñas y niños más rápidamente puedan adquirir habilidades y conocimientos porque fueron significativos. No solamente porque los repetí o porque los vi, sino porque realmente los usé y los interioricé.

El tercer eje es la plataformización de las aulas y apunta a integrar estas herramientas de la IA –y otras– en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es distinto usar la IA y las herramientas que nos provee en el ambiente laboral o en el ambiente social. En el proceso de enseñanza-aprendizaje hay un porqué, un cómo, un para qué. Lo que buscamos con eso también es que los y las docentes puedan pararse frente a niños y niñas de 14 años con la propiedad que implica decirles: “Vamos a usar la tecnología de esta manera”, con un porqué y con una guía mucho más robusta.

El último eje, que encierra a los demás, es que una vez que los docentes han pasado por la formación de estos tres primeros ejes, paralelamente van a ir desarrollando en el aula con niños y niñas proyectos que solucionan desafíos desde sus propios contextos. Junto con esos docentes, empezamos por invitar a las niñas y a los niños a pensar qué quieren solucionar en su comunidad: el agua, a mejorar el sistema de riego del huerto escolar, a mejorar la distribución de los salones. En otros países hemos tenido proyectos como crear filtros de agua con las piedras del río, que es lo que tenemos cerca; crear paneles solares, repelentes de mosquitos, geles de sanitización, conexiones eléctricas o apps de todo tipo. Algunas apps tienen que ver con salud mental, que es un tema muy tangible y sensible para los jóvenes hoy en día. El bullying, el acoso escolar, el acoso sexual, la discriminación por género o por etnia son temas que vemos constantemente en los desafíos que los chicos y chicas de América Latina están detectando.

Nuestra misión es democratizar las STEAM, dando respuesta a su problema o desafío local. Nuestro mantra, por decirlo así, es: actúa local pensando global. Si resuelvo la falta de agua potable en mi localidad, es posible que luego pueda ayudar a resolver ese problema en miles de lugares del mundo.

¿Las acciones se van a dirigir específicamente a los profesores de las áreas STEAM?

Está abierto a todos los profesores, pero hay un foco obviamente en los profesores del área STEAM y hay un interés también de esos profesores. STEAM abarca muchas cosas: ciencia, tecnología, ingeniería, arte, matemática. Creemos que va a ser mucho más llamativo para los profesores del área, pero estamos súper abiertos a los demás docentes.

Desde su experiencia, ¿qué aporta trabajar en proyectos educativos aplicados a una realidad concreta?

Hemos tenido la hermosa oportunidad de trabajar en distintos países de la región, y eso amorosamente nos ha obligado a desarrollar programas atinentes y pertinentes a los territorios. Y eso nos implica la interdisciplinariedad; tenemos sociólogos, historiadores y, sobre todo, equipos locales, como en el caso de Uruguay, donde vamos a tener a la cabeza del programa InnovAI a Erwin Rattin y a Carolina de los Santos, que son profesionales uruguayos de altísimo nivel, además de tres personas que van a facilitar los módulos, que son especialistas uruguayos con toda la trayectoria necesaria, reconocidos en el mundo de la educación y de la digitalización.

Además, estamos tejiendo alianzas con instituciones locales como Ceibal, el Ministerio de Educación y Cultura, el Museo Histórico [Nacional], que nos ha prestado su sede muy gentilmente, por ejemplo, para trabajar con los especialistas. O Unesco, que son nuestros socios y gentilmente también nos respaldan y nos reciben. Cualquier programa que hacemos en cualquier país debe responder a la pertinencia y a la necesidad de ese país, de ese contexto y esas personas en específico. Y pasan cosas maravillosas ahí.

Ustedes en Uruguay tienen una política pública increíble como los clubes de ciencia. Tal vez es el único país de América Latina en que es una política pública, que además funciona desde 1985. Hay una base previa que nosotros sólo queremos potenciar, aprovechar, maximizar, amplificar.

Tal vez de manera más marcada en la pospandemia, la evidencia nos muestra cada vez más que los niños y las niñas no están encontrando pertinencia en el sistema educativo y están abandonando mucho más. Creemos que programas que den pertinencia, que den sentido, en los que profesores y estudiantes encuentren herramientas útiles, atingentes, prácticas, van a ayudar no solamente a desarrollar habilidades y conocimientos, sino a terminar el ciclo escolar con un horizonte. Un horizonte de emprendimiento, de empleabilidad, de lo que se te ocurra. Los datos de ONU Mujeres nos dicen que para 2030 aproximadamente 75% de los empleos van a moverse sólo en el área digital. Y 2030 es ya, pasado mañana. Y puede ser que no sea 75% y que sea más, porque esto es un dato tomado antes del boom de la IA.

Creemos firmemente que si como docentes y como sociedad no abrazamos e incluimos esto de manera pedagógica en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sólo vamos a perder más talentos de los niños y las niñas.

¿Cuál es la relevancia o la importancia de la educación científica en la época en la que vivimos?

Desde Ciencia Joven tampoco pretendemos que haya muchos más científicos y científicas de bata blanca en un laboratorio; nada en contra de ellos, hermoso que eso pase, pero no va a ser así. Nuestra idea básica es que los niños y las niñas tengan las herramientas para hacerse, hacernos y hacer las preguntas correctas. Para no confiar fácilmente, para preguntarse, para cuestionarse, para buscar información real, para no quedarse con una sola fuente. Creemos que es la importancia de la educación científica: hacer preguntas. Es fundamental seguir motivando a la curiosidad, porque hay que cultivarla.

Y en este mundo estamos hablando de la posverdad, las fake news y de la inmediatez. Es importante que los niños y las niñas tengan todas las herramientas digitales de la tecnología, porque es una ayuda, es una herramienta. Pero no que eso reemplace su proceso cognitivo, indagatorio, su proceso curioso, de búsqueda, de encuentro y de solución. Vemos lo demás, lo digital, la tecnología, como una herramienta, como un soporte, un asistente. Creemos firmemente que las capacidades para que un niño y una niña puedan preguntarse, ser inquisidor e inquisidora, son fundamentales.

¿Qué rol tiene la formación docente para que se pueda generar interés y motivación sobre estos temas?

Yo no soy docente; todo mi respeto para las y los docentes de América Latina, pero básicamente la formación docente es continua. Toda la vida un docente se está formando, porque toda la vida tiene relación con seres vivos, niñas y niños, que, además, cambian cada año. Los docentes tienen una vocación de formarse toda la vida y lo vemos en los programas de Ciencia Joven, incluidos los focus groups que hicimos en Uruguay con docentes antes de terminar de diseñar el programa. Está la necesidad de ver cómo sigo siendo pertinente, cómo sigo entregando información, conocimiento, herramientas y habilidades a los niños, o ayudando a que ellos las desarrollen. Al día de hoy es una angustia también de los y las docentes.

En la pospandemia cada vez más vemos la necesidad docente de programas que incluyan inteligencia emocional. Herramientas de cómo acompaño, cómo copero, cómo ayudo, cómo resalto los talentos de los niños y las niñas y no me quedo sólo en la queja de que no hace la tarea, no va a la escuela o ni estudia ni trabaja. ¿Cómo lo veo y lo ayudo realmente a que sea un agente de cambio? Las y los docentes tienen todas las ganas, todo el interés y toda la necesidad de seguirse formando en esos temas. Lo piden, lo buscan.

Hace unos días tuvimos un taller dictado por Erwin Rattin, jefe de academias Innova de Uruguay, que básicamente incluía herramientas de inteligencia emocional desde las STEAM para los y las docentes. Hicimos una convocatoria abierta, se inscribieron docentes de todos los países, incluidos uruguayos, y les preguntamos a qué hora les quedaba mejor. Esto también nos da una visión de la carga que tienen los docentes: para todos fue mejor el viernes a las siete de la tarde. Se inscribieron 60 docentes, 38 de ellos se conectaron a las siete de la tarde de un viernes, terminamos a las ocho y tanto y 27 docentes seguían conectados pidiendo más. Eran de Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay y Perú.

No es parte de lo que cotidianamente hacemos, y lo vamos a seguir haciendo, porque necesitan esos espacios donde poder fortalecer sus herramientas emocionales, pero también donde conectar con el por qué soy docente.

¿Cuál es el rol que juega en este proceso el arte, también presente en la sigla STEAM?

El arte sobre todo entra en juego en la creatividad. Buscar soluciones implica crear, implica también alimentarse. De manera más escolar el arte está incluido en cómo materializas, por ejemplo, la propuesta, en cómo prototipas el desafío que vas a resolver. También vemos el arte en cómo divulgas los proyectos STEAM, que es parte: ayudar a las niñas y a los niños a desarrollar estas habilidades de divulgación, que son súper importantes. No solamente es importante que pienses y hagas, también que comuniques, que divulgues lo que haces, porque entusiasmas a otros niños y niñas, encuentras alianzas, tejes redes, haces sinergias. Creemos firmemente que la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas tienen todo que ver con la creatividad y las artes. Donde más se encuentran los artistas y los científicos es en la curiosidad. Luego tal vez hay caminos distintos, pero la curiosidad es lo que los moviliza.

¿Cómo opera la brecha de género en las STEAM?

La brecha de género en las STEAM sigue siendo un tema. Hemos visto la tendencia a equiparar la brecha, pero no solamente pasa en Uruguay, pasa en muchos países de América Latina, por no decir en todos. Algo pasa en la trayectoria de nosotras las mujeres. Como mujer, socióloga y cientista política basada en evidencia tiendo a creer que sigue siendo un tema cultural. Sin embargo, en nuestros programas de Ciencia Joven vemos que hay un 68% de participación de niñas, y son programas voluntarios y en contexto escolar.

Por lo tanto, algo pasa entre que yo, como niña de 11 y 12 años, quiero participar en un programa STEAM, y luego, al entrar a la universidad, no decido una carrera STEAM. Como Ciencia Joven, y es lo que planteamos en nuestros programas, la pregunta de fondo es qué pasa cuando las mujeres y los diversos géneros no estamos incluidos en la ciencia. ¿Qué implica eso? ¿Qué implica el algoritmo que está manejado por el hombre blanco caucásico desde Silicon Valley, al que entregamos todos nuestros datos? Hay un foco y un gran esfuerzo, creo que de toda la sociedad civil, de todos los gobiernos y de toda la cooperación internacional, en seguir trabajando en reducir la brecha de género, porque tiene una implicancia gigante en la sociedad.

Efectivamente, algo pasa entre que como niña quiero, puedo, me siento capaz, disfruto de un programa de ciencia y de tecnología y de ingeniería, y luego llego a la universidad y me apabullo, me salgo. Hay estudios muy interesantes en Europa sobre qué pasa con la educación cuando hay niñas en un lado y niños al otro. Hay estudios que muestran que las niñas que crecieron en colegios de niñas llegan a la universidad y las carreras ingenieriles no les dan miedo, porque no tuvieron durante el cole la presión de: tú no sabes contar, no sabes sumar, las mujeres son malas para las matemáticas, las ciencias no son de las mujeres. Y perdón, pero no hay nada más ingenieril que llevar un hogar, algo que culturalmente hacemos y hemos hecho las mujeres en América Latina.