Este miércoles se presentó en Colombia el informe Liderar para la democracia, elaborado por la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) en conjunto con Unesco, en el marco del Informe de seguimiento de la educación en el mundo, elaborado el año pasado. Liderar para la democracia es un informe regional realizado en 17 países con foco en la presencia del “liderazgo distribuido” en la política educativa.

Según se define, el liderazgo distribuido “es un enfoque colaborativo para determinar el propósito de la educación y el aprendizaje dentro de una visión de fortalecimiento de la participación, la democracia y la justicia social”. En concreto, dicho enfoque puede aplicarse a nivel de la gobernanza en dos niveles: “En primer lugar, el poder se delega de las autoridades educativas nacionales, subnacionales o locales a los centros escolares. La autonomía escolar facilita el ejercicio de un liderazgo distribuido, aunque también puede ejercerse en sistemas centralizados. En segundo lugar, dentro de la escuela, el poder se delega del director a otros agentes de la escuela”, define.

Por su parte, el informe plantea que algunos estudios también han analizado el vínculo entre el liderazgo distribuido y los resultados de aprendizaje en los estudiantes. Por ejemplo, se menciona el caso de Chile, uno de los seis países que se estudiaron más en profundidad, donde una investigación realizada en 69 escuelas mostró que “la participación en la toma de decisiones y la cooperación de los equipos de liderazgo tuvo un efecto significativo en los resultados de aprendizaje de los estudiantes en matemáticas”.

Del análisis regional realizado se desprende que, de los 17 países, sólo en Colombia, México y Nicaragua hay referencias explícitas al liderazgo distribuido en leyes, reglamentos o políticas. Mientras tanto, el “liderazgo participativo” se menciona explícitamente en ocho países y el “liderazgo docente” y la “gestión democrática” en cinco países.

Enseñar y vivenciar democracia

El estudio de la OEI y Unesco da cuenta de que la educación ha sido fundamental para “construir sociedades democráticas resilientes” luego de las dictaduras de finales del siglo XX en el continente. De todas formas, distintas encuestas de opinión pública “indican que el apoyo a la democracia cayó en América Latina a mediados de la década de 2010” y ello “no se ha recuperado desde entonces”.

A nivel de la educación, se indica que, en comparación con “estructuras escolares jerárquicas, que pueden desalentar la participación democrática, el liderazgo distribuido es una de las formas de aprender sobre y a través de la vida institucional democrática”. Por ejemplo, se menciona que un estudio realizado en Chile, Colombia, México, Perú y República Dominicana en 2016 “mostró que los estudiantes expuestos al diálogo abierto, el debate y el pensamiento crítico tenían mayores niveles de conocimiento cívico y eran más propensos a valorar la participación democrática”.

El informe presentado este miércoles se centra en buena medida en considerar lo que ocurre a nivel del liderazgo en los centros educativos, en particular con el rol de director y los equipos directivos. En ese sentido, sostiene que “se facilita el liderazgo distribuido cuando las escuelas gozan de autonomía y cuando el poder se delega del director a otros actores de la escuela”. De acuerdo a las experiencias relevadas, se concluye que en América Latina “el poder de decisión se delega principalmente en el caso de la elaboración de planes de mejora escolar”. En menor medida, también se delega “en las decisiones sobre desarrollo profesional –por ejemplo, en el caso de Uruguay–, disciplina, currículo y pedagogía. En el área donde prácticamente la toma de decisiones compartidas no existe es la de gestión del personal de los centros educativos.

Por su parte, 13 de los 17 países de la región tienen concursos abiertos para la contratación de directores de los centros educativos, aunque se marca que Brasil, Chile, Ecuador, Honduras y Perú tienen sistemas en los que los concursos abiertos conviven con nombramientos cerrados. “La contratación abierta puede atraer a candidatos externos cualificados, y los sistemas basados en el mérito pueden aumentar la legitimidad”, se afirma, y se ilustra con la situación de Brasil, donde “los directores elegidos por concurso tienen mejores características de gestión que los nombrados por equipos técnicos o políticos”.

En tanto, si bien en la mayoría de los países –las excepciones son El Salvador, Paraguay y Perú– tienen instancias específicas de formación obligatorias para los directores, sólo en Chile, Colombia y Nicaragua se incluye el liderazgo distribuido o similares entre los contenidos.

El informe también señala que los profesores con funciones directivas están bien posicionados para comprender las necesidades de otros docentes y, en ese sentido, se marca que “los profesores necesitan el apoyo de sus directores para tener éxito en sus funciones de liderazgo”. Si bien el Estudio Regional Comparativo y Explicativo de 2019 marcó que 66% de los directores de escuelas primarias afirmaron haber “creado oportunidades para que los profesores colaboren entre sí en el desarrollo de nuevas prácticas en el aula”, los profesores no siempre sienten que sus puntos de vista sean valorados. Por ejemplo, en Brasil 59% de los profesores cree que puede influir en las políticas, pero sólo 7% entiende que sus opiniones son valoradas por los responsables políticos.

El liderazgo distribuido no sólo apunta a un mayor involucramiento de los docentes en la gestión escolar, sino que también apunta a que estudiantes y sus familias sean incluidos en la toma de decisiones. Al respecto, 70% de los países relevados cuentan con normas para la inclusión de los estudiantes en los consejos escolares y 83% las tienen para que los responsables adultos de los niños participen en comités de gestión escolar. No obstante, la participación no siempre se concreta de buena forma, ya que, por ejemplo, en México sólo 23% de los padres participan en las actividades escolares. En ese plano, se concluye que “los directores de escuela necesitan apoyo para utilizar más eficazmente las estructuras existentes, como los equipos de gestión escolar y los consejos estudiantiles, para la consulta y la participación”.

Recomendaciones

El informe sostiene que “las relaciones de colaboración refuerzan la gobernanza, potencian la toma de decisiones, mejoran la rendición de cuentas y promueven la inclusión”, por lo que se afirma que “es necesario fomentarlas en todos los niveles educativos”. En esa línea, se vincula al liderazgo distribuido con “la innovación pedagógica, la inclusión, la mejora educativa y, en última instancia, la transformación educativa”.

Más allá de que “el concepto de liderazgo distribuido no se entiende ampliamente en América Latina”, la OEI y Unesco indican que sí “existen prácticas relevantes en la región y los gobiernos pueden basarse en ellas”.

En ese plano, el informe finaliza con algunas recomendaciones a los países para que puedan reconocer y desarrollar la importancia de este enfoque. Entre ellas está “describir claramente las funciones que deben desempeñar todos los agentes en un modelo de liderazgo distribuido en todo el sistema”. Según se aclara, ello no aplica solamente a lo que ocurre dentro de los centros educativos y opera tanto a nivel local como central.

También se marca la importancia de “dotar a los directores de escuela de suficiente autonomía, especialmente en las decisiones sobre recursos financieros y humanos”. En esa línea, se recomienda “que los criterios profesionales para el liderazgo escolar mencionen explícitamente la participación y la capacitación y se utilicen como base para la contratación, la formación y la evaluación de los directores escolares”.

Como algunas estrategias para desarrollar el enfoque del liderazgo distribuido, se destaca la importancia de desarrollar una agenda de investigación al respecto, generar acciones de desarrollo de las principales habilidades para ejercer ese tipo de liderazgo e “invertir en desarrollar la concienciación, la preparación y la voluntad de las comunidades escolares para trabajar juntas”.