“Defender estudiantes no es insubordinación” fue el lema docente y estudiantil de la comunidad educativa del IAVA desde que el exdirector Leonardo Ruidíaz fue separado del cargo, sancionado y sumariado por la Dirección General de Educación Secundaria (DGES). El motivo al que la DGES adjudicó la sanción fue, justamente, “insubordinación”, por haberse negado a desalojar a los estudiantes del salón gremial.

La resolución trascendió por la gravedad de las sanciones que la DGES le impuso al docente –además de separarlo del cargo, le retuvo el 50% del salario por seis meses y luego resolvió suspenderlo sin goce de sueldo por 150 días–, por las diversas manifestaciones de la comunidad educativa y por tratarse de una investigación que aún sigue en marcha y que tiene más docentes implicados. Pero también fue notoria porque la apertura del sumario citó una circular de la dictadura. Según un informe de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes), la circular, de 1979, exige a los directores que cumplan con distintos aspectos de la Ley de Educación aprobada en 1972 pero derogada en el retorno a la democracia.

Sin embargo, no es la única norma de Secundaria que pertenece al período de la dictadura y aun así continúa vigente. Por esta razón, las nuevas autoridades de la DGES decidieron instalar dos comisiones para evaluar el digesto normativo –es decir, las circulares– y derogar aquellas que hayan sido emitidas en ese período y todavía puedan utilizarse.

En diálogo con la diaria, Manuel Oroño, director general de Educación Secundaria, manifestó que lo primero en lo que es preciso “tener claridad es en ver qué cosas están vigentes de todas esas resoluciones”. Según explicó, las resoluciones de la Administración Nacional de Educación Pública son “acumulativas” y, por lo tanto, si bien han salido nuevas que anulan a las anteriores, en algunas ocasiones no se anula todo el contenido de la resolución, sino sólo determinados artículos.

Una de las comisiones se encargará puntualmente de esta tarea; la otra analizará las circulares que corresponden al período dictatorial. “Hay un período durante la dictadura, incluso cuando estuvo intervenida Secundaria en años previos, en que se emitieron resoluciones y muchas de ellas todavía están total o parcialmente vigentes”, sostuvo Oroño. Si bien dijo que en su mayoría “nadie las usa” o se utilizan “muy poco”, a veces alguien puede acudir a ellas, como ocurrió en el caso del IAVA.

La “intención clara” que tiene la comisión encargada de analizar las circulares de la dictadura es “anular todo”, aseguró. Eso implica “revisar cada una y ver qué cosas todavía no fueron derogadas y, en definitiva, hacer una derogación total, porque entendemos que ese período fue muy costoso para la educación pública uruguaya”, dijo.

De este modo el jerarca aludió a que durante la dictadura hubo “persecución de docentes, eliminación de docentes de los planteles y destituciones, pero también [esto ocurrió] por los efectos normativos y de hábitos que se fueron consolidando”.

Un “cambio de perspectiva”

Oroño cursó el último año de liceo en 1985. Eso significó que la mayor parte de su paso como estudiante por la educación media fue en contexto de dictadura, a excepción del último año. El director de la DGES contó sobre su experiencia para profundizar en la manera en que la dictadura condicionó la educación: “Todos los reglamentos de uniforme, de abanderados, de la asistencia de los porteros, el perfil de los adscriptos, un montón de normativa vinculada a cómo se tenían que comportar o qué tenían que hacer estudiantes, docentes, trabajadores y funcionarios en los liceos; también le hizo un daño enorme a la educación porque genera una disciplina que después es muy difícil de sacar”, dijo.

Asimismo, señaló que la dictadura fue causa de “una forma de autocensura en estudiantes y docentes”: “Porque siempre se hizo así, creen que no se puede opinar y, por lo tanto, ni siquiera hay un cuestionamiento sobre si pueden o no opinar sobre algo”, señaló. De acuerdo a Oroño, este contexto fue “muy negativo en particular para Secundaria y nunca se tomaron medidas”.

Si bien manifestó que “es difícil juzgar para atrás por qué no se tomaron medidas”, la realidad es que “nunca” nadie “se puso a revisar todo esto”. “Y nos parece importante marcarlo, porque está mal; vamos a derogarlo y eso significa que cambió la perspectiva”, dijo.

En la misma línea de “cambio de perspectiva”, en la ceremonia de asunción de autoridades que se llevó a cabo en el IAVA, Oroño aseguró que “el viento cambió”, en referencia, sobre todo, a un mayor énfasis en el diálogo y la participación por parte de la administración entrante.

Consultado por la diaria sobre el criterio que utilizarán durante esta administración para las futuras ocupaciones estudiantiles o docentes, Oroño recordó que recientemente los Institutos Normales de Montevideo fueron ocupados por el Centro de Estudiantes de Magisterio y que desde el Consejo Directivo Central (Codicen) decidieron “no mandar a desocupar y definir una delegación dentro del Codicen para ir a dialogar con los estudiantes”.