La preocupación por el ausentismo estudiantil tanto en educación primaria como en educación media fue uno de los temas planteados en la pasada campaña electoral. En sintonía con el compromiso del Frente Amplio de mejorar la asistencia regular, recientemente la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) presentó una hoja de ruta para “la mejora de la asistencia regular en la educación obligatoria en el período 2025-2030”, a través de la dirección ejecutiva y sectorial de Planificación Educativa.
Los diagnósticos, que en ese momento marcaban que dos tercios de los escolares presentaba ausentismo crónico, se confirmaron después de que la Dirección General de Educación Inicial y Primaria difundiera los datos correspondientes a 2024. En el caso de la educación media, los últimos datos disponibles marcan que, en secundaria, el promedio de inasistencias anuales en ciclo básico fue de 32,2 el año pasado, cuando en 2019 había sido de 27,1 faltas.
El documento aprobado para revertir esta situación “tiene la intención de generar un movimiento a nivel de la ANEP para atacar el problema del ausentismo de forma sistémica, con objetivos alcanzables y con base en la coordinación de todos los actores involucrados”, asegura. Según se enfatiza, si bien el ausentismo no es “un problema nuevo para el país, existe una preocupación creciente, ya que los niveles de ausentismo han aumentado en los últimos años, particularmente después de la pandemia”.
En este marco, las acciones que se llevarán adelante serán por una metodología que, según argumentan, se corresponde con la naturaleza del fenómeno: “la metodología de Intervenciones por Niveles de Respuesta”. Eso se debe a que, “generalmente, se dice que el 70% de la población va a reaccionar a la política universal, un 30% requerirá medidas adicionales y de ese 30%, entre un 5% y 10% de la población requerirá acciones aún más específicas”.
Así es que la primera parte se refiere a las acciones de alcance universal. Allí, la ANEP establecerá “campañas públicas de información y concientización”, “presencia de referentes institucionales en medios masivos de comunicación”, “seminarios y jornadas de intercambio”, “propiciar información y concientización en la comunidad educativa” y “aspectos de mejora institucional para promover una cultura escolar inclusiva”.
El eje comunicativo de la problemática tiene un doble propósito: “informar sobre los niveles de asistencia a clase y sensibilizar a estudiantes y sus familias sobre la importancia de la asistencia regular para un mejor aprovechamiento del proceso de escolarización”. Para ello, también apostarán a que haya referentes institucionales en los medios masivos de comunicación con el fin de que el ausentismo escolar se instale en la “agenda pública”.
Asimismo, señalaron que utilizarán las redes sociales para transmitir comunicados que alerten sobre las inasistencias, además de informar “sobre recursos disponibles y apoyos para atender situaciones que dificulten la asistencia regular”. La intención también es que cada centro educativo pueda posicionar la problemática en las aulas y con las familias de los estudiantes.
Segunda y tercera acción
La segunda parte de las acciones a desarrollar por la ANEP es más “focalizada” y se centra en “sistemas de alerta sobre patrones de asistencia”. Justamente, se prevé “mejorar los sistemas de reporte y alerta de la inasistencia, de manera que puedan informar a los actores involucrados sobre los problemas de inasistencia de manera oportuna para que se puedan atender”.
En educación primaria, a partir de este año se implementó una modificación al sistema de reporte de las inasistencias: más allá de la alerta automática, que se activa cuando el estudiante falta más de tres días seguidos de forma injustificada, se complementará con una visualización con los colores del semáforo para percibir la “gravedad de las inasistencias”. Así, “se espera que el reporte a las familias y el seguimiento que hacen los docentes de la asistencia contribuyan a erosionar la falsa percepción que tienen los referentes familiares y los docentes sobre el nivel de inasistencias anuales”.
En educación media también plantean que el reporte de la asistencia mensual sea con el agregado de una valoración que denote la magnitud de la situación. Más allá de esto, establecieron que es “necesario pasar a una nueva fase de ajuste, mejora y profundización” del Sistema de Protección de Trayectorias Educativas, que es la política educativa actual que da cuenta de las inasistencias.
La intención es que el cambio “dé lugar a la mejora en los sistemas de información (interoperabilidad, mejora de soportes, entre otros) y la coordinación de las intervenciones”, y así “articular la política universal y la política focalizada para atender a los niños, niñas y adolescentes de mayor vulnerabilidad socioeducativa con un conjunto de acciones”.
Algunas de las acciones pautadas son la mejora de los sistemas informáticos y el diálogo entre ellos y “consolidar la información y el conocimiento existentes para la eventual construcción de un modelo predictivo sobre la desvinculación, el rezago escolar y la inasistencia, así como para impulsar estudios de seguimiento de cohortes”, entre otras.
El sistema de monitoreo y de reportes se llevará adelante a través de un nuevo grupo de trabajo “que revise los sistemas de reporte de la asistencia a actores educativos y referentes familiares para mejorar la forma como se informa la asistencia a lo largo del año y se comunica la importancia de la asistencia regular”.
Por último, la ANEP implementará acciones “de intervención en base comunitaria”, que se vincula directamente con la metodología aplicada: estas acciones estarán destinadas a los estudiantes que tienen un nivel de inasistencia “más crítico”. Al respecto, prevén que las intervenciones aborden “prestaciones monetarias, apoyos materiales (alimentación escolar, vestimenta, artículos escolares)”; “accesibilidad a los centros educativos” y mejor acceso a transporte; atender necesidades de cuidados de las familias”; “espacios de apoyo pedagógico” y “atención a situaciones de violencia”, entre otros.
Asimismo, en cada centro educativo “se definirán equipos referentes” para “desarrollar las acciones pedagógicas que permitan sostener las trayectorias y articular las acciones que los centros educativos pueden llevar adelante para la mejora de los niveles de asistencia a clases”.
La campaña masiva y la recorrida por medios continuarán hasta 2026, y los demás lineamientos comenzarán a implementarse en el segundo semestre de este año, hasta el final del mandato.