Julio de 1945 es el mes que se toma como referencia para el inicio de las misiones sociopedagógicas en Uruguay. Se trató de una iniciativa del gremio de estudiantes de magisterio, que luego fue involucrando a otros actores y que con el paso de los años tuvo como referentes al maestro Julio Castro y a Miguel Soler Roca. Según escribió el propio Castro en el semanario Marcha el 13 de julio de ese año, como docente de magisterio participó en esa misión junto con sus colegas Josefa Arrien y Francisco Oliveras y 18 estudiantes magisteriales.

La misión se realizó en Caraguatá, departamento de Tacuarembó, y la delegación de 21 personas se instaló durante diez días en los “rancheríos” en los que vivían muchas personas pobres, en un lugar ubicado a varios kilómetros de distancia de Fraile Muerto, el lugar poblado más cercano.

“Fuimos con el propósito de hacer cultura y nos encontramos con que antes de cada acto teníamos que darles de comer a los pequeños y a veces a los grandes. Fuimos a hacer propaganda sobre higiene y nos encontramos con que no hay agua y la que se consigue es como un tesoro que sólo se usa para beber. Niños hay, de ocho o diez años, que nunca han tomado leche; que se crían y alimentan con agua de maíz”, escribió Castro, en el primero de varios artículos publicados en el semanario.

El calendario marca que este año se cumplen 80 años de esa misión, que fue la primera de varias, ya que se extendieron hasta 1971. En otros aniversarios se han realizado actos en el Palacio Legislativo y también se han publicado libros sobre la experiencia. En esta oportunidad, desde el Consejo de Formación en Educación (CFE) y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) se apuntó a generar discusión sobre las misiones en clave de actualidad.

Para la organización de distintas actividades en todo el país, se generó una Coordinadora por los 80 años de las Misiones Sociopedagógicas de Uruguay, que entre otros actores es integrada por el MEC y el CFE, que también articula con actores de cada uno de los territorios donde se realizarán las propuestas. La primera será en Tacuarembó el 29, 30 y 31 de julio y, entre otras actividades, está previsto ir a Caraguatá, donde las misiones dieron inicio.

En el caso del CFE, se conformó un grupo para trabajar en estas actividades que está integrado por Julio Arredondo, Anabela Paleso y Gabriel Scagliola. En diálogo con la diaria, Arredondo y Paleso contaron que está previsto también realizar actividades similares en Melo, capital de Cerro Largo; en Cruz de los Caminos, Canelones; en Trinidad, departamento de Flores; y finalmente en Montevideo. Para cada una de las instancias desde el consejo se abrió la presentación de ponencias con la posibilidad de que haya trabajos que se presenten en más de un evento.

En esa línea, Arredondo aseguró que la idea es que las actividades “se centren fundamentalmente en el rescate de las experiencias”. Además de que eso tiene valor en sí mismo, ya que no existen registros de todas las misiones, el docente destacó el rol de este tipo de actividades en la actualidad, cuando la formación en educación se proyecta hacia una Universidad de la Educación (UNED). Al respecto, consideró especialmente importante “rescatar estas experiencias que tienen que ver con la investigación pedagógica y la extensión”.

Según Arredondo, reflexionar al respecto es una oportunidad para que los estudiantes del CFE investiguen junto con sus docentes, pero también para plantearse “qué significaría hacer misiones sociopedagógicas hoy” y si estas tendrían sentido. “Debatir estas cuestiones tiene que ver con esta futura UNED. ¿Qué va a significar la extensión para esta nueva institución y qué va a significar la investigación?, ¿cuáles son los campos a investigar?, ¿cuáles son los temas que hoy nos preocupan?”, sostuvo.

Si bien las misiones sociopedagógicas son tomadas como una referencia importante para la educación rural en el país, Paleso aseguró que cuando se implementaron implicaba una preocupación político- pedagógica para las y los misioneros: la tenencia de la tierra, la situación socioeconómica, educativa y cultural. En aquel momento se apuntaba a conocer la situación de los sectores más desfavorecidos de la sociedad por aspectos estructurales que producía, entre algunas cosas, los llamados “rancheríos” ubicados cerca de zonas de producción rural. Según completó, con el correr de las décadas, los cambios políticos, económicos, socioculturales y la migración del campo a la ciudad las misiones fueron tomando otras dimensiones geográficas, como por ejemplo, en la periferia de los centros urbanos, con los llamados cantegriles. Por lo tanto, entendió especialmente importante la pregunta respecto de qué manera ese tipo de experiencias podría cobrar sentido en la actualidad. Hay un desafío de recuperar las memorias pedagógicas para repensar el presente y el porvenir.

La docente valoró la posibilidad que la convocatoria abrió para que docentes y estudiantes del CFE, organismo que cuenta con 33 sedes en todo el país, recuperen las experiencias locales en cada uno de los territorios, sobre todo del interior del país, donde se desarrollaron las misiones. “Me parece sumamente potente pensar la recuperación de las misiones sociopedagógicas para tejer esos puentes con el presente y la UNED, pero también pensándolo en el marco del tejido de memorias a nivel local y proyectándolo desde una mirada latinoamericanista”, sostuvo.

Paleso planteó que cuando surgieron las misiones sociopedagógicas se inspiraron mucho en experiencias similares en México y España, pero también en el Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y El Caribe, creado en 1951. La docente consideró que dicha recuperación es particularmente importante en un momento en el que se vive un “embate de las derechas y el neoliberalismo”.

El rescate de la pedagogía nacional

La realización de estas actividades también es una forma de recuperar y poner en valor la historia de la pedagogía uruguaya, muchas veces dejada de lado en los debates actuales.

Arredondo consideró que en el quinquenio anterior se realizó una “profunda transformación” en la formación de docentes y educadores que produjo “un deterioro de la profundidad del estudio de la pedagogía nacional”. A nivel histórico, analizó que la pedagogía nacional siempre respondió a la coyuntura del momento y, por ejemplo, señaló que las misiones sociopedagógicas tienen como antecedentes distintas “reuniones de maestros rurales que analizan la problemática educativa a la luz de la problemática de la tenencia de la tierra”.

“La existencia del minifundio y el latifundio como fenómenos económicos tienen una incidencia muy fuerte en la vida de la gente, y esos rancheríos estaban generalmente en los bordes de las estancias y las nutrían de trabajadores zafrales. En ese mismo momento histórico se analiza y se promueve la creación del Instituto Nacional de Colonización como una respuesta al problema de la tenencia de la tierra”, relató.

Entre algunos de los pedagogos que reflexionaban en ese momento Arredondo nombró a Jesualdo Sosa, Julio Castro, Reina Reyes y Diógenes de Georgi, pero advirtió que la idea “no es copiar aquello y reproducir lo que ellos planteaban, sino iluminar nuestro presente a partir de sus aportes”. Según completó, la convocatoria realizada desde el CFE generó procesos “muy removedores” y permitió también “introducir rápidamente el estudio de la pedagogía nacional en planes que habían desdibujado este aspecto”.

En concreto, mencionó que hubo una intención bien clara de involucrar a docentes y estudiantes de las distintas carreras de la institución y planteó que en ese marco desde diferentes institutos y centros del interior han convocado a misioneros de todas las épocas o a sus familiares y también han buscado documentación. Por ejemplo, mencionó el caso de Fray Bentos, donde los investigadores encontraron una serie de periódicos de la década del 50 cuyo título era La Voz del Estudiante, en la que se recogían algunas de las experiencias misioneras.

Arredondo planteó que, más allá de la conmemoración del aniversario, la idea es que la iniciativa no se agote en 2025, sino que pueda tener continuidad, “sobre todo pensando en la posibilidad de cambios programáticos o de ajustes curriculares”. Como forma de que las actividades lleguen a los 33 centros de formación docente del país, desde el CFE pensaron en que estudiantes de cada uno de ellos estén presentes en los eventos locales, de forma de que luego puedan trasladar lo vivido en esas instancias.

En ese sentido, se encontraron con la limitante de que los estudiantes no siempre pueden costear los pasajes y la estadía, por lo que el CFE definió destinar recursos para la participación de dos estudiantes por centro. “Eso significa que entre 60 y 70 estudiantes van a estar pudiendo participar no sólo en las actividades en Tacuarembó, sino también en la ida a Caraguatá”, resumió Arredondo.

Cronograma de actividades

La agenda para la semana que viene en Tacuarembó marca que el martes a las 9.00 será la apertura en el Club Tacuarembó, con un panel integrado por la subsecretaria de Educación y Cultura, Gabriela Verde, la consejera docente del CFE, Nirian Carbajal, y el consejero estudiantil del organismo, Joaquín Dauson. Además, habrá unas palabras de bienvenida de la directora del Instituto de Formación Docente del departamento, Milagros Blanc.

La apertura estará seguida de un conversatorio, de la presentación de ponencias, de una conferencia y también de actividades artísticas y una muestra de fotos. Al día siguiente, en Caraguatá, habrá una feria de proyectos educativos de la zona, un “almuerzo criollo” y se colocará una placa conmemorativa en la Escuela 61, que lleva el nombre del maestro Agustín Ferreiro.

El último día las actividades de la mañana serán en el local de Tacuarembó del Centro Universitario Regional de la Universidad de la República, en donde habrá charlas y talleres. De tarde se mudarán al teatro Escayola, donde se realizará una muestra audiovisual a cargo de Cineduca y una actividad de cierre en la que se hablará directamente del rol que pueden jugar las misiones de cara a la creación de la UNED. Allí expondrán el director nacional de Educación del MEC, Gabriel Quirici, el presidente del CFE, Walter Fernández Val, la exconsejera docente del CFE Rossana Cortazzo y Luis Yarzábal, expresidente de ANEP y recientemente designado asesor honorario del presidente del CFE. Luego de la actividad de cierre, la Junta Departamental de Tacuarembó realizará una sesión solemne para conmemorar el aniversario de las misiones.

Paleso y Arredondo destacaron especialmente la articulación que se logró con actores locales que participan activamente en la organización y tienen a cargo muchas de las actividades. Según dijeron, no sólo se han involucrado actores de la educación y del sistema político local, sino también otro tipo de instituciones, como la Comisión Organizadora de la Patria Gaucha.

Luego de las jornadas de fines de julio en Tacuarembó, el cronograma sigue con una de similares características en agosto en Melo, mientras que la de Cruz de los Caminos será en setiembre y la de Trinidad en octubre. Por su parte, el cronograma de este año terminará en noviembre en Montevideo, seguramente en los Institutos Normales o en el Museo Pedagógico.

Ejes temáticos de las actividades

Paleso repasó los ejes temáticos de la convocatoria y marcó que uno de ellos apunta a una mirada histórica sobre las misiones, que apunta a rescatar las voces de quienes participaron de esas instancias. Según dijo, ello también plantea la recuperación de “voces que en nuestra historia pedagógica nacional han sido invisibilizadas”, por ejemplo, de muchas mujeres que participaron de la experiencia. Otro de los ejes apunta a responder qué implica misionar en el siglo XXI y también se apunta a reflexionar en clave de la creación de la UNED.