En entrevista con la diaria Radio, Gonzalo Samudio y Ezequiel Díaz Téliz, integrantes de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y de los Gremios Estudiantiles de Secundaria del Área Metropolitana, respectivamente, conversaron sobre las preocupaciones y reclamos de sus agrupaciones, ambas en conflicto por los recursos asignados a la educación en el presupuesto quinquenal.
Los fondos destinados a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) en el presupuesto enviado al Parlamento están orientados a fortalecer los servicios de alimentación –con una partida de 590 millones de pesos anuales– y el programa de becas en la educación media –conocido como Becas Butiá–, con el objetivo de alcanzar a 70.000 estudiantes beneficiarios al final del quinquenio.
En el caso de la Universidad de la República (Udelar), el presupuesto prevé tres partidas anuales: 150 millones de pesos para becas de grado y otras dos de 100 millones de pesos cada una para financiar horas docentes y para las obras en el Hospital de Clínicas. La partida destinada a las becas de grado permitiría atender únicamente a una quinta parte de los más de 3.400 solicitantes que han sido rechazados por falta de fondos; se trata de uno de los principales reclamos de los estudiantes.
Samudio señaló que el número de estudiantes que necesitan la beca probablemente sea mayor, ya que muchos, especialmente los de contextos más vulnerables, no completan los trámites de solicitud debido a cuestiones burocráticas que enlentecen el proceso, “y la gente se nos queda por el camino”. El integrante de la FEUU hizo hincapié en la expansión de la oferta de la Udelar al interior del país, para la que el presupuesto no asigna recursos.
Samudio sostuvo que la descentralización de la Udelar “se ha hecho muchas veces de espalda a las necesidades de funcionarios, docentes y estudiantes”. Por esa razón, algunas sedes “no tenían la cantidad de docentes, la cantidad de funcionarios ni la calidad de enseñanza necesaria como para poder sostener trayectorias estudiantiles”, afirmó. Agregó que la idea era pausar la expansión para consolidar los centros ya existentes. Sin embargo, esta “partida incremental, todo lo que entendíamos que se necesitaba para eso, dio cero pesos”.
También en entrevista con la diaria Radio, el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y exrector de la Udelar, Rodrigo Arim, consideró días atrás que “hay un cambio cualitativo” en el mensaje presupuestal para la universidad en comparación con el período anterior.
Consultado al respecto, Samudio señaló que, “si el cambio cualitativo es pensando de cara a la discusión en el Parlamento, puede ser”. Sin embargo, si se pone el foco en las condiciones de estudio y trabajo, “no hay un salto cualitativo”. En todo caso, “si se acumularan todas las tensiones que genera la falta de presupuesto y todos los problemas que tenemos de cara a sostener trayectorias educativas y las condiciones de trabajo, puede ser que el salto cualitativo esté, pero para abajo”, acotó.
Por su parte, desde los Gremios Estudiantiles de Secundaria, si bien entienden como aciertos las partidas para alimentación y Becas Butiá (“un reclamo histórico de las organizaciones sociales en torno a secundaria”), Díaz sostuvo que “hay muchas deudas y demandas que no son respondidas” en el proyecto de ley de presupuesto, por ejemplo, en cuanto al tema de infraestructura. Mencionó los reclamos por la construcción de liceos en Las Piedras, Piriápolis y La Teja. En este último, sostuvo que la falta de liceos genera sobrepoblación “en los pocos liceos que hay” en la zona, lo que impacta en la deserción estudiantil. El estudiante afirmó que observan como “algo bastante grave” y “negativo para el desarrollo de la educación en secundaria” que no se atienda el desarrollo de la infraestructura.
Al hacer un balance, Díaz sostuvo que el presupuesto quinquenal “posterga nuevamente demandas históricas y necesarias”, vinculadas no sólo a la infraestructura, sino también a la implementación de equipos multidisciplinarios y de protocolos, como los de abuso, acoso o prevención de la violencia. “Si no contamos con presupuesto, todas estas nuevas implementaciones son realmente complejas”, agregó.
Atención en salud mental
La implementación de equipos disciplinarios para la atención de salud mental de los estudiantes es uno de los reclamos principales de los Gremios Estudiantiles de Secundaria. “Hoy en día, en bachillerato no es obligatorio que haya un psicólogo”, señaló Díaz, quien consideró que “hay un debe grande”, teniendo en cuenta que se trata de un problema nacional. Consideró que “se necesita un acompañamiento más cercano, no sólo de la salud pública –porque es un tema de la salud pública–, sino también en la educación secundaria”.
En ese sentido, la conformación de equipos multidisciplinarios podría “dar una respuesta que sea adecuada, o por lo menos que garantice que el estudiante no se encuentre solo”. Díaz mencionó que es muy habitual, sobre todo en bachillerato, “ver a docentes y adscriptos cumplir un rol de acompañante, cuando en realidad ese no es su rol: no están preparados para hacer eso ni tampoco es su función”.
A propósito, Samudio apuntó que, pese a que la Udelar “forma la mayor cantidad de profesionales en psicología” y cumple un rol “fundamental para poder sostener una atención en todo el país, la Facultad de Psicología tiene una de las condiciones de masividad más graves.