A dos semanas del balotaje, el Frente Amplio (FA) continúa desplegando su estructura en el territorio del Uruguay con el objetivo de superar la base del 44% que obtuvo en la primera vuelta y llegar al gobierno.
En esa dirección, el FA pone sus fuerzas en las barriadas, en lo que llama “voto a voto”, afinando el foco en algunos públicos y territorios puntuales. Principalmente la estrategia está destinada a “sumar voluntades”, especialmente en busca de los indecisos, en votos del Partido Colorado (PC), en las 16.000 personas que sólo votaron la papeleta del Sí, según las estimaciones del FA, y en los votantes que en octubre optaron por Identidad Soberana (IS), el partido del diputado electo Gustavo Salle.
Según comentaron fuentes del comando político de la campaña a la diaria, se evalúa que los indecisos forman parte de una masa de votantes que es “variada” y que existen “varias razones” que llevan a que los ciudadanos mantengan esa posición. Por eso la estrategia y la forma de abordar a esas personas varía y es “uno a uno”. La primera encuesta de la Usina de Percepción Ciudadana, divulgada el jueves pasado, señala que los votantes que no tienen definido su voto son 7% del electorado.
Uno de los argumentos que se ejercitan en las barriadas es el de destacar la “actitud dialoguista” del candidato frenteamplista, Yamandú Orsi, y el trabajo realizado por el FA durante sus gobiernos, específicamente en “educación, economía y salario”. Otra forma de abordaje es la que expone que en el país hay cierta coincidencia en que el “modelo” debe mantenerse, pero se debe “generar un cambio de proyecto”.
A decir de las fuentes del comando, este tipo de llegada a la ciudadanía está logrando “sumar voluntades”. Territorialmente, la estructura del FA, con la fórmula, la presidencia y los senadores y los diputados electos, se plantea recorrer dos veces el país en estos 15 días que quedan. La semana pasada, los legisladores y los principales dirigentes estuvieron en el norte del país. En ese sentido, se evalúa hacer una intensificación del trabajo en ciertos departamentos, como Rivera, Salto y Maldonado, donde se identificó que hay una mayor cantidad de votantes del PC que son proclives a votar al FA.
La otra pecera en la que la coalición de izquierda busca captar adhesiones es aquella identificada con el nuevo partido IS. Las fuentes coinciden en que el perfil del votante de Salle es “amplio”, y que incluye exvotantes de izquierda, anarquistas, desencantados del sistema político y antivacunas, como categoría que engloba a personas contrarias a la globalización como fenómeno.
En octubre IS tuvo 65.796 votos, y la evaluación que hacen en el FA es que un 40% (26.078) de esos votantes en primera vuelta son exelectores frenteamplistas y que apoyarán a la fórmula Orsi-Carolina Cosse en noviembre. En las recorridas, según las fuentes, estos ciudadanos plantean las diferencias que mantienen con el FA (acuerdos con multinacionales como la papelera UPM, entre otras), pero señalan que entre la dupla del FA y la del Partido Nacional (Álvaro Delgado y Valeria Ripoll) se definen por la primera.
Hay otro tercio de votantes que son “más cercanos al FA” y que estaban de acuerdo con el plebiscito de la reforma de la seguridad social. Allí recae otra estrategia para captar votos.