En las últimas horas se difundió la creación de un grupo de académicos vinculados a la economía que se denomina “Frenteamplistas por el No al plebiscito de la seguridad social”, que a través de una declaración planteó sus argumentos en contra de la propuesta impulsada por el PIT-CNT y otras organizaciones sociales. Esta posición es contraria a la que han tomado algunos sectores del propio Frente Amplio (FA), como el Partido Comunista y el Partido Socialista. Ambas visiones se enmarcan en la libertad de acción que definió la coalición de izquierda.

La organización de este grupo y la difusión pública de su postura sobre la iniciativa despertó una serie de críticas, tanto en la interna partidaria como en el movimiento sindical. El presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, respondió al documento a través de una entrevista con el portal de la central sindical, en la que afirmó que quienes impulsan la consulta popular van a “desmontar, una a una, las presuntas argumentaciones” de los detractores, que, en su “modesta opinión, no tienen relación con lo que está en juego de aquí al 27 de octubre”.

En cuanto al argumento de que igualar las jubilaciones mínimas con el salario mínimo nacional podría llevar a reducir artificialmente el salario mínimo, Abdala respondió que “un planteo de ese tipo podría ser concebible en un gobierno de derecha o ultraderecha, pero no en un gobierno que priorice el bienestar de la gente”. Además, planteó como solución que el movimiento sindical podría impulsar que “se defina a través de la negociación colectiva” y no únicamente a instancias del Poder Ejecutivo.

Por otra parte, Abdala aseguró que “no es cierto que la papeleta prohíba el ahorro individual” porque “está completamente legitimado en la sociedad” para “aquellos sectores que pueden hacerlo”, pero apuntó que “a un trabajador que gana 25.000 pesos o menos no se le puede pedir que tenga esa capacidad; si no llega a fin de mes, mucho menos va a poder generar las condiciones para ahorrar de manera individual”.

Con respecto a la afirmación de que el “costo adicional” de la reforma equivaldría a subir el IVA a 35%, Abdala aseguró que “es un disparate, porque parten de la premisa de que esta reforma implicaría una necesidad de asistencia financiera de alrededor de 1.400 millones de dólares anuales” y no se “están considerando los ahorros que significaría para el país no tener que transferir recursos a las AFAP, pagar los gastos de administración que el Banco de Previsión Social les hace en forma gratuita a las AFAP, ni pagar con recursos de rentas generales el ingreso a las AFAP de todos los trabajadores que hoy están en las cajas paraestatales”.

Por último, el dirigente sindical lamentó que “es bastante probable que, en el fervor de establecer algunas opiniones, se haya cometido alguna injusticia con la rica y gloriosa historia del movimiento sindical”.

Para Constanza Moreira, se debe evitar “amplificar el desencuentro”

Otra dirigente que salió al cruce fue la exsenadora Constanza Moreira, quien a través de la red social X apuntó que “la unidad política de la izquierda y los movimientos sociales requiere combinar la ética de las convicciones con la ética de la responsabilidad”. “Yo me pregunto, ¿a quien ayuda este pronunciamiento? ¿Al FA, al movimiento popular? Yo creo que no”, complementó el razonamiento.

En diálogo con la diaria, la líder de Casa Grande aseguró que le “sorprendió” la declaración. Si bien aseguró que respeta la libertad de acción, considera que se debe evitar “amplificar el desencuentro en un tema donde, además, todo el arco conservador se ha unido para tildar a los promotores del plebiscito de ‘irresponsables’”. “En virtud de que el documento está firmado por economistas referentes del FA, su posicionamiento tiene especial peso”, consideró la exsenadora, y agregó que “es bueno alimentar un debate informado sobre el plebiscito”.

En esa línea, Moreira remarcó “la importancia de equilibrar la respetable ética de la convicción con la igualmente crucial ética de la responsabilidad”. “No son sólo nuestras convicciones lo que está en juego: hay una circunstancia histórica muy concreta –la elección de octubre– que necesita encontrarnos unidos para dar la mejor respuesta posible a la cuestión de la Seguridad Social”, complementó. “Debemos evitar la discordia entre el FA y el movimiento sindical –y aliados– en medio de una campaña electoral”, concluyó.

Sergio Sommaruga, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT, también cuestionó el lanzamiento de este movimiento contrario al plebiscito. “Un movimiento de este tipo, donde hay recursos y se hace un movimiento potente públicamente contra el movimiento social uruguayo, al frenteamplista no sé cómo le va a caer”, comentó a la diaria.

Para Sommaruga, este movimiento muestra “un problema de disociación entre bases y dirección, que no es únicamente un problema del FA”, agregó, en referencia a los datos que muestran las encuestas con relación al apoyo que concita la iniciativa en votantes de la coalición de gobierno. “Este pronunciamiento tiene un efecto indirecto de hacer más clara la idea de que esta papeleta no tiene banderas políticas, esta papeleta sólo tiene banderas populares”, reafirmó.

Por su parte, Gustavo González, exsecretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua y dirigente del Partido Socialista, dijo a la diaria que en “política siempre hay que ver las salidas a los problemas”, y la que plantean los economistas “da por sentado” que “ganaría” el FA. “Están generando algo que no tiene respuesta satisfactoria ni realista; podrá ganar el FA, quiero que gane, pero capaz no”, subrayó.

Más allá de que gane el FA y se lleve adelante el diálogo social –que también apoyan los economistas en su declaración–, González remarcó que “no va a ser lo mismo” que lo que lograría la aprobación del plebiscito. “El diálogo social va a sumar mucha gente, van a ir también los representantes del capital financiero, que están totalmente de acuerdo con la actual ley”, recordó. “Los tiempos de los movimientos sociales siempre son distintos a los tiempos de los movimientos políticos; esto lo tienen que entender”, reforzó.

“Estoy absolutamente en contra de ese planteo de que nosotros somos los locos, los que no sabemos, los que no fuimos asesorados, y la academia la luz; es una posición absolutamente elitista sobre el pensamiento académico, nunca hay que menospreciar al movimiento popular”, apuntó González.

“No encontré ninguna novedad en cuanto a los argumentos que viene ofreciendo el movimiento de reacción contra el plebiscito”, apuntó Sommaruga. “Lo otro que me llama la atención es que no se haya acusado recibo de las diferencias en los supuestos con los que se hacen los cálculos: se toman al pie de la letra los supuestos que utilizan también [Rodolfo] Saldain, [Pablo] Mieres y el gobierno”, agregó González.

Sommaruga cuestionó, en tanto, que la declaración de los técnicos señala que “la reforma constitucional no resuelve el problema de la cobertura para los trabajadores más precarizados y con menos salario”. El dirigente sindical argumentó que durante “los 15 años del FA eso también pasaba” y muchos de los “firmantes de la carta estaban en cargo de ese gobierno” y “podían tomar decisiones para revertirlo y no lo hicieron”.

Los próximos pasos

Más allá de la aparición de este movimiento que plantea un perfil técnico en oposición al plebiscito, desde el comando de la iniciativa popular está planificado el lanzamiento público del documento institucional, en el que se dará “la respuesta más contundente” a los planteos opositores, destacó Sommaruga. Más allá de eso, el integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT recordó que el próximo lunes habrá reunión de comando, en la que “se evaluará” la posibilidad de una acción puntual sobre la reciente declaración.

“Como dirigente socialista me voy a dedicar a convencer a la gente sobre esta propuesta”, comentó, por su parte, González. “Faltan muy pocos días; lo fundamental es hablar con la gente, hacer mesas redondas, que la gente se clarifique, tener un mensaje más pedagógico”, explicó. Han entreverado mucho; en general, se quiere colocar un debate técnico y un escándalo nacional que no va a ser tal”, concluyó.