En el despacho de Pablo Mieres en la sede de campaña del Partido Independiente (PI), en el Centro de Montevideo, hay dos retratos colgados: son de Hugo Batalla y Juan Pablo Terra. Ambos comparten haber estado muy cerca en la fundación del Frente Amplio (FA) en 1971 y haber dado origen al Nuevo Espacio en 1989. En una repisa hay fotos familiares y una en la que se ve a Mieres y otros dirigentes del Partido Demócrata Cristiano con Liber Seregni el día después de la liberación del general.

Mieres es la figura principal del PI desde su creación, en 2002, y ha sido su candidato a la presidencia ininterrumpidamente. En esta entrevista con la diaria cuenta que evaluó no ser candidato en este período, pero que su trabajo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social hizo que su figura “fuera la más visible” y tuviera un “despegue en las encuestas de valoración y simpatía”. Por eso, a pesar de la reflexión personal y los traspiés electorales, “no fue tema de discusión” que él encabezara la fórmula nuevamente. Asimismo, afirma que su partido se tiene “mucha fe” para mejorar su votación de 2019, cuando obtuvo 1% de los votos y no llegó al Senado, lo cual calificó como “un golpe duro”.

Respecto de cómo ve a la coalición, señala que el Partido Colorado (PC) está en un “proceso muy nuevo” con un candidato “extremadamente diferente” al que se pensaba hace un año y que Andrés Ojeda es una “incógnita” porque no tuvo responsabilidades “como gobernante” y porque “lo nuevo no vale de por sí”. Cree que el Partido Nacional (PN) recibió un “golpe duro” con el caso de corrupción en la Intendencia de Artigas y que hay que ver cómo es “procesado” por los votantes, en tanto asegura que de Cabildo Abierto (CA) se siente alejado ideológicamente por tratarse de un “populismo de derecha”.

En cuanto al desempeño del PI en este período, Mieres destaca el “mérito” y la “iniciativa” que hicieron que no se retrocediera en la agenda de derechos, y a las críticas de CA por las políticas afirmativas en materia de género y de drogas responde: “Los que tenemos los cargos institucionales somos nosotros”.

¿Qué evaluación hace el PI de su desarrollo electoral de los últimos años?

Nosotros tuvimos un golpe duro en 2019, de eso no hay ninguna duda, resultado de múltiples factores que a esta altura –pasaron cinco años– no vale la pena rememorar, pero, sin duda, cometimos errores. Hubo un cambio de escenario. Hoy el partido va a tener un resultado muy superior al que tuvimos en 2019 porque mostró capacidad de gobierno. En octubre hay una doble decisión electoral: la primera es entre la posibilidad de un nuevo gobierno de coalición o el retorno del FA; esa es la más visible, la más obvia. La segunda discusión es cuánto peso va a tener cada partido de la coalición. Estoy de acuerdo en que octubre es la interna de la coalición también, y nosotros nos tenemos mucha fe para que, dentro de ese debate del perfil del nuevo gobierno, mucha gente diga: “Estos tipos tienen que tener más peso”, por lo que hicimos y por lo que estamos proponiendo.

¿Puede haber una correlación de fuerzas, un nuevo ordenamiento dentro de la coalición luego de octubre?

Va a haber, no sé cómo ni cuánto. En ese reordenamiento el PI va a crecer. ¿Cuánto? Ni idea, pero yo creo que hay un montón de gente, no sólo votantes de la coalición, sino un montón de gente que hoy está indecisa y que tiene dudas de si vota por el retorno del Frente o por la coalición. Nosotros somos una opción de certezas y de garantía para esa gente.

¿Qué lugar cree que va a tener el PC en la coalición?

El PC está en un proceso muy nuevo. Tiene un candidato extremadamente diferente al que cualquiera hubiera pensado hace un año o dos años. Entonces, esas cosas nunca se saben. Yo lo que digo es que lo nuevo no vale de por sí. Lo nuevo no vale con respecto a lo viejo.

¿Qué análisis hace de la figura política de Ojeda?

Es un tipo con una gran capacidad de comunicación y que hay que verlo en la cancha. Es una incógnita con respecto a su rendimiento como gobernante. En ese sentido, nosotros tenemos experiencia legislativa y ejecutiva de largo tiempo, y Ojeda no. Así como él dice que es lo nuevo con respecto a lo viejo, yo digo “no, pará, tampoco por ser nuevo es garantido”. O sea, ni una cosa ni la otra. Lo viejo es un eslogan, en realidad, lo que importa son las capacidades.

Pablo Mieres.

Pablo Mieres.

Foto: Mara Quintero

¿Cuál cree que fue el mejor aporte del PI a este gobierno?

Sin duda que, por un tema de jerarquía institucional, el Ministerio de Trabajo. Me tocó a mí y además es un ministerio, y salió bien. Nosotros estamos muy contentos con la gestión del Ministerio de Trabajo porque demostramos que no pasó lo que algunos decían que iba a pasar, que en este gobierno íbamos a desmontar los Consejos de Salarios, que no iba a haber negociación colectiva, que las relaciones laborales iban a quedar interrumpidas. Yo desde el principio me propuse, y todo el equipo del Ministerio de Trabajo, que eso no iba a ocurrir, que nosotros lo que pretendíamos era poner el péndulo en el medio, ser confiables para las dos partes. Me retiré con el orgullo de sentir que habíamos cumplido.

En otros roles, Mónica Bottero [compañera de fórmula del PI] al frente de Inmujeres también desmintió que este gobierno iba a hacer retroceder la agenda de derechos en materia de equidad de género. Eso no ocurrió y de alguna manera es mérito o iniciativa nuestra. Lo mismo con el tema de adicciones, con Daniel Radío [secretario de la Junta Nacional de Drogas] defendiendo una posición moderna, inteligente.

Se llevó varias críticas en la interna también.

Está bien. Se nos dice que dentro de la coalición hay voces críticas con respecto al tema de la equidad de género y al tema de las adicciones, pero los que tenemos los cargos institucionales somos nosotros, y la política que se llevó adelante, con el acuerdo del presidente, es esta. Eso es una señal que nos permite decir que el aporte del PI hizo que este gobierno estuviera más al centro de lo que podían esperar algunos analistas.

Ante la posibilidad de que el PI recoja nuevos votos de los votantes de la coalición, ¿cree que pesa que sea el partido más alejado de los escándalos de este gobierno?

Nosotros no hemos tenido problemas, lo cual no significa que seamos invulnerables, pero no hemos tenido problemas. Esas cosas en la gente pesan, sobre todo en estos tiempos que vivimos. Nosotros no tenemos ningún problema en salir y decir lo de [Pablo] Caram, es una barbaridad y merece nuestra mayor condena y lo vamos a decir sea del partido que sea. Y si nos tocara a nosotros, [seríamos] duros con él, al que le toque. Me parece que en esas cosas la duda, la demora y la gradualidad son mortales.

¿Ve que esto le pueda generar una pérdida de votos al PN?

No lo sé, yo creo que acá hubo un golpe, en el caso Artigas. Habrá que ver cómo los ciudadanos procesan ese tema.

¿En estos años se evaluó la posibilidad de que no fuera candidato por el partido y otra figura tomara ese lugar?

A partir de que comenzó el período del gobierno de coalición empezamos a trabajar en el cogobierno y el análisis de qué hacer para adelante estaba lejos. Cuando empezamos a acercarnos a los tiempos electorales, estaba muy claro que la figura mía era la más visible, tenía un despegue en términos de encuestas y de valoración y de simpatía que hizo que, prácticamente, no fuera tema de discusión.

¿Pero evaluó no presentarse?

Uno siempre tiene que tener [ese análisis] arriba de la mesa, me parece que el que no lo hace es un irresponsable. Uno tiene que decir “vamos a ver”. Lo que uno sintió, y todavía sigue sintiendo, es mucho reconocimiento a lo que hicimos del Ministerio de Trabajo, a la forma en que encaramos el ministerio, y valoración positiva, no sólo de gente que nos pueda votar, sino de gente de otros partidos, incluso también del movimiento sindical. Eso dio un empuje, y vamos a la cancha otra vez.

Si el FA gana las elecciones, ¿cree que la coalición se va a mantener a nivel parlamentario?

La coalición no es un fenómeno equivalente a un protopartido, somos cuatro partidos distintos. Las elecciones de este año son muy competitivas. Nosotros creemos que va a ganar la coalición, tenemos la convicción de que, en los ciudadanos, entre cambio y continuidad, hay una leve mayoría a favor de la continuidad. Y cuando mirás para atrás, los cambios vienen cuando las papas queman. Esto no ha pasado en este período. Y cuando ves la aprobación del presidente y del gobierno, está muy bien. Entonces, es probable que haya al final un predominio de la continuidad y haya un nuevo gobierno de coalición. Si el escenario es otro, cada partido tendrá que hacer su análisis, su reflexión y evaluar. En principio, tiene cada uno su programa y la idea es construir un “Compromiso por el país 2” entre la primera y la segunda vuelta. Eso va a generar una cohesión entre los cuatro partidos de la coalición. Yo no creo eso de que somos todos iguales; no, somos distintos. Si no, estaríamos en un mismo partido. Entonces, para adelante, un escenario es gobernar y otro escenario es ser oposición. Nosotros lo que tenemos claro es que, si mañana nos toca ser oposición otra vez, no vamos a estar en la lógica de confrontación.

¿Se sintieron cómodos con CA en la coalición?

Tenemos diferencias que son notorias, evidentes. CA cuestiona la política de Radío en la Junta Nacional de Drogas, cuestiona la ideología de género, entre comillas, que representa Bottero en Inmujeres. Somos los más distantes. Está claro que dentro de los partidos de la coalición vos tenés a CA en la punta más a la derecha, con un perfil populismo-derecha, aunque también tiene algunas ideas que conectan con el populismo de izquierda. Después, el PC y el PN están en la centroderecha, nosotros estamos en la centroizquierda, y el FA está cada vez más en la izquierda por el predominio del Partido Comunista, el Partido Socialista y el MPP [Movimiento de Participación Popular], que son prácticamente casi todo el FA hoy.

¿Estuvo de acuerdo con la forma que eligió el presidente para gobernar y administrar la coalición?

Probablemente era la única forma posible con una coalición que se armó poselección y que no tenía experiencia anterior. Por lo tanto, era radial. El presidente era el centro, porque fue el que logró los acuerdos y logró que partidos tan distintos como CA y el PI firmáramos algo. Entonces, se convirtió en un actor protagónico. ¿Eso deberá seguir siendo así? No sé, no puedo decirlo porque tenemos que sentarnos y discutirlo. Esta situación en este período funcionó bien, porque yo tenía y tengo un diálogo fluido con el presidente. Entonces, para el partido más chico de la coalición esa negociación bilateral con el presidente era un buen camino.