La plazoleta sobre la que descansa el monumento a Aparicio Saravia, ubicada en Millán y Luis Alberto de Herrera, fue el escenario en el que este martes al mediodía los nacionalistas –la mayoría, con un poncho blanco– conmemoraron los 120 años de la muerte de su caudillo, con discursos propios de la campaña electoral.
Por los parlantes, a todo lo que da, se escuchaban los versos de la canción “Como un jazmín del país”, de Carlos Benavides: “Yo me voy con Aparicio,/ sé que otra divisa labran/ tus manos, y llevarán/ los varones de esta casa”, cuando la sonrisa de Luis Alberto Lacalle Herrera se extendió por todo su rostro, abrió bien los ojos, inclinó un poco la cabeza hacia atrás y exclamó “¡pero ah!”, en una suerte de preludio antes de abrazar a la candidata a la vicepresidencia del Partido Nacional (PN), Valeria Ripoll.
Ripoll marcó presencia por un rato, porque se tuvo que ir a un evento en el Palacio Legislativo, y faltaron con aviso gran parte de los parlamentarios blancos, ya que por estas horas el Parlamento transcurre sus últimas horas del período de sesiones ordinarias del quinquenio. La que sí se hizo presente fue la exprecandidata Laura Raffo, que llegó ya con el acto avanzado.
También estuvo presente la hija del presidente Luis Lacalle Pou, Violeta, un hecho que destacó Lacalle Herrera, en entrevista con Canal 5: “Esta es la que va a seguir los pasos, la quiero mucho y la traje porque es una blanca de esas desde abajo, por Lacalle y por [Lorena] Ponce de León, la madre; así que por los dos lados va a ser una caudilla”, dijo el expresidente sobre su nieta.
A su vez, el senador suplente Sebastián da Silva, de Espacio 40, saludó a Ripoll y bromeó con que la candidata a vicepresidenta había sido “bautizada” como blanca el fin de semana, ya que por primera vez fue a Masoller, donde los nacionalistas conmemoran tradicionalmente los últimos días de Saravia.
En el acto en sí, luego de las autoridades partidarias, tomó la palabra el candidato a la presidencia por el PN, Álvaro Delgado, que señaló que su discurso “no estaba previsto”, pero pidió para hablar porque este domingo, cuando habló en Masoller, fue “el momento más lindo” que tuvo en su vida, donde pudo “hablar delante de miles y miles de blancos, que fueron de todo el país”. “Muchos marcharon por más de 15 días, para estar diciendo 'presente, mi general'. Y empezó la lluvia, la tormenta, y la gente no se movió. Ese momento tan mágico es difícil de explicar si no se siente”, sostuvo.
Delgado dijo que en el acto de este martes, que fue “esencialmente blanco”, al pie del monumento a Saravia, quería “hablarles no sólo a los blancos”, porque el PN “es un partido de brazos abiertos, que siempre apostó por conquistar derechos, no para los propios, sino para todos”.
El candidato sostuvo que, “por la credibilidad que tenía Saravia, de ponerse al frente de la fila, y además por pelear por todos y no por los propios, es que el gauchaje de todo el país lo siguió”. “Y demostró que la muerte de su principal caudillo hizo redoblar el esfuerzo. Y que aquello que sembró, con la sangre en Masoller, empezó a generar esa correntada de libertad, oportunidades y derechos, y fue reconocido a lo largo del tiempo, y hoy disfrutamos”, dijo.
El candidato subrayó que estamos a 48 días de las elecciones y en su caso “se hace la cabeza, se imagina qué diría Saravia si hoy estuviera acá, con el partido en el gobierno; alguien que peleó para la coparticipación pero que no se imaginó en ese momento al partido en el gobierno”. “¿Saben lo que les diría Saravia hoy a todos ustedes? Que en estos 48 días se pongan el poncho blanco, cada uno agarre su lista, recorran el país y le aseguren al Uruguay el futuro que merece. Me imagino a Saravia hoy, emocionado como todos, diciéndoles a los blancos y a los uruguayos de bien que somos creíbles para asegurarles las libertades, el futuro y el desarrollo”, señaló.
Delgado aseguró que quiere ser presidente en nombre “del partido más lindo del mundo, en el país más lindo del mundo, haciendo el mejor gobierno de la historia”. Al final, miró hacia arriba, al monumento de Saravia, y le dijo que se compromete, “en ese compromiso laico, pero profundo y partidario”. “En 48 días vas a darte cuenta de que no te vamos a fallar”, finalizó.