Marina Luna Chiodi atendía su almacén todos los días en el barrio La Comercial, en Montevideo. Tenía 51 años. Los vecinos, que conocían la historia de violencia de género que atravesaba Marina, se turnaban para cuidarla en el comercio que tenía en su casa. A pesar de esto, su ex pareja –sobre quien pesaba una orden de restricción– pudo encontrarla sola. En menos de un minuto, el 19 de marzo la apuñaló varias veces. Boris Pérez, de 56 años, fue detenido al arrojarse al río Santa Lucía, en un supuesto intento de suicidio.

Seis meses después, la jueza penal Graciela Eustachio condenó a Pérez, quien actuó con premeditación, por homicidio especialmente agravado. La jueza descartó la formalización por femicidio porque considera que el móvil del asesinato fue una disputa económica (el hombre dijo sentirse estafado por su ex pareja) y no un delito por odio de género. La Fiscalía había recomendado la formalización por femicidio, pero la jueza se centró en las diferencias económicas que había en la pareja. No consideró las denuncias previas ni las medidas cautelares que se le había impuesto al hombre.

La familia de Marina Luna rechaza el fallo y se moviliza para exigir justicia. La concentración será el miércoles 3 de octubre en Playa Pascual.

En un comunicado, la Coordinadora de Feminismos del Uruguay apoya esta iniciativa, al tiempo que condena el fallo judicial. “Repudiamos firmemente esta sentencia, que es contradictoria con lo resuelto en febrero e ignora, invisibiliza y silencia el relato de Luna, tomando como válida y verdadera la historia del varón denunciado”. Agregan que “no alcanzan las leyes si la justicia es patriarcal” y que “si es patriarcal, no es justicia”.