La sede del PIT-CNT fue escenario el pasado viernes del Primer Seminario sobre Prostitución y Trabajo Sexual en Uruguay “Doctora Diana González Perrett”, coordinado por la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras) con el apoyo de la Comisión Nacional Honoraria de Protección al Trabajo Sexual. El encuentro pretendió ser una plataforma inicial para dar visibilidad al contexto en el que se ejerce el trabajo sexual en el país. También sirvió para reclamar al Estado el cumplimiento de todos los puntos de la Ley 17.515, que regula el oficio, y para rechazar la discriminación que sufren las trabajadoras sexuales a diario. Participaron 42 trabajadoras de 14 departamentos del país.
La idea, además, era generar un espacio de información e intercambio sobre los dispositivos públicos y la normativa nacional en materia de trabajo sexual en nuestro país. Por eso, el encuentro se dividió en dos instancias: una estuvo dedicada al acceso a la salud de las personas que ejercen el trabajo sexual y la otra giró en torno a sus derechos laborales y sociales.
Durante la primera parte, la directora del Área Programática ITS-VIH/Sida del Ministerio de Salud Pública (MSP), Susana Cabrera, brindó información sobre la pauta de atención en salud a personas que ejercen el trabajo sexual. Más adelante, el abogado Gastón Casaux, asesor letrado del MSP, contó sobre el rol de la División Salud Ambiental y Ocupacional de esa cartera en el control de las condiciones del ejercicio del trabajo sexual en establecimientos.
En su turno, el doctor Daniel Márquez –referente de poblaciones vulneradas en la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE)– se refirió a las “debilidades” del sistema de salud en el abordaje del trabajo sexual, como por ejemplo la falta de una formación académica integral para los médicos. Esta formación integral debería traducirse en una atención integral que en este caso, según precisó, debería ir más allá del control de la genitalidad y abarcar otras cuestiones, como la salud mental de la trabajadora sexual o el cumplimiento de sus derechos. Completaron esta primera mesa las integrantes del equipo de la primera policlínica de trabajo sexual de ASSE, que funciona en Trinidad, Flores, y que trabaja justamente desde un enfoque de derechos.
En la segunda parte del seminario, representantes de distintos organismos públicos hablaron sobre los dispositivos y prestaciones de atención a poblaciones vulnerables que hay disponibles, con el foco puesto en las personas que ejercen el trabajo sexual. Al respecto expusieron Josefina González, referente de la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Desarrollo Social; el director nacional de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, José Luis Baumgartner, y Jorge Calvo, gerente interino del Banco de Previsión Social.
Al final de cada una de las instancias, se abrió un espacio de preguntas en el que las y los participantes compartieron inquietudes, dudas o reflexiones sobre las distintas temáticas. Este espacio impulsó a muchas de las trabajadoras sexuales presentes a compartir sus experiencias y a denunciar situaciones que viven en el ejercicio de su trabajo. Una de ellas, por ejemplo, contó que su patrona la obligó a trabajar con la pierna quebrada. También fue debatido el hecho de que algunas whiskerías obliguen a las trabajadoras a consumir alcohol u otras sustancias, algo que está naturalizado pero que no debería ser normal y que no sucede en otros trabajos.
El rol público
La apertura del seminario estuvo a cargo de distintas instituciones del Estado, hecho que respalda el debate sobre el trabajo sexual. Participaron el secretario de Derechos Humanos de la Presidencia de la República, Nelson Villarreal; la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mariella Mazzotti, y la titular de la Asesoría para la Igualdad de Género de la Intendencia de Montevideo, Patricia González Viñoly. Los tres insistieron en la necesidad de “dignificar” el trabajo sexual y de combatir la estigmatización que hay contra quienes lo ejercen.
González Viñoly resaltó además la importancia de que las trabajadoras sexuales “se organicen”, tengan un intercambio permanente sobre las situaciones que atraviesan en los territorios y actúen “en colectivo”.
En representación de todas ellas habló Karina Núñez, integrante de Otras, quien contó cómo empezó a gestarse la idea del seminario –“que para muchos era inviable”, dijo– y agradeció a quienes colaboraron para que fuera posible. “Nunca imaginé que viniera tanta gente a conocer qué nos pasa a las trabajadoras sexuales”, reconoció en ese sentido.
También participó de la apertura la mujer cuyo nombre dio título al seminario, Diana González Perrett, la abogada que inspiró a Núñez a “empoderarse” y a “empoderar” a las demás compañeras. Su exposición se centró, justamente, en la importancia de la sororidad para terminar con la discriminación que sufren las mujeres en general y las trabajadoras sexuales en particular.
Por último, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, dijo que el trabajo sexual es un tema que se trata “con mucha hipocresía”. Y dio un ejemplo: “Muchos compañeros están erizados porque este primer seminario sobre trabajo sexual se haga en la sede del PIT-CNT, probablemente sean aquellos que pagan y lo niegan”. Para terminar, reconoció que el movimiento sindical está en deuda con las trabajadoras sexuales y que es momento de cambiar la pisada para empezar a construir en conjunto y recuperar “el territorio perdido”.