“Te pusiste de novia hace poquito y él no para de celarte. O, peor, hace tiempo que estás con él y sigue armándote tremendas escenas de celos. Es incómodo, cansador y, a veces, te dan ganas de matarlo. ¡Tranquila! Para todo hay recetas”. La revista Miss 15 planteaba esta situación en un artículo que, en junio de 2016, puso en el centro del debate la responsabilidad con la que deberían manejarse las publicaciones dirigidas a niñas y adolescentes.
La polémica surgió porque esas “recetas” consistían en consejos que, lejos de alertar sobre una posible relación tóxica, incentivaban a las adolescentes a no dar razones para que su pareja tenga celos. “Está bien que tengas muchos amigos, pero no abuses. No es necesario que salgas con ellos todas las semanas”, o “si un amigo te llama por teléfono, contale quién es y por qué te llamó”, eran algunas de las sugerencias.
Ese mismo año empezaba a gestarse lo que hoy es el Encuentro de Feministas Diversas (EFD), un proyecto que nació como una jornada concreta de debate e interacción en la Facultad de Ingeniería y que se terminó consolidando como un colectivo. Quienes lo integran no fueron ajenas a esta y otras publicaciones uruguayas dirigidas a adolescentes que perpetúan los estereotipos de género y el machismo. De esa inquietud nació la revista digital Harta, que se lanzó el pasado 8 de marzo.
“Las revistas para adolescentes no están buenas, no dan contenidos que sean sanos o que empoderen, entonces dijimos: ‘Vamos a hacerlo nosotras’”, cuenta a la diaria Sofía Pandolfo, redactora y editora de la revista, sobre los orígenes de la iniciativa. Poco a poco, se dieron cuenta de que tenían las herramientas para sacar adelante una revista y de que dentro del colectivo había mujeres capacitadas para escribir, ilustrar y diseñar. Así se formó un equipo que actualmente está integrado por cerca de 30 mujeres de entre 18 y 35 años, entre redactoras, editoras, correctoras, ilustradoras, diseñadoras web y encargadas de las redes sociales. También hay colaboradoras que de vez en cuando envían artículos o ilustraciones.
En esta etapa inicial, el proyecto se sustenta económicamente con el fondo “Fortalecidas” de la Intendencia de Montevideo, que financiará la revista durante nueve meses. Cuando se termine el plazo, el EFD ya tiene pensadas otras estrategias de financiamiento.
Harta es una revista feminista porque su objetivo máximo es “empoderar a las mujeres”, explica Pandolfo. Pero aclara que “no es una revista de militancia feminista”.
Según explican en la página web, las responsables de la publicación entienden que la adolescencia es un momento “fundamental” porque es la etapa en la que las mujeres están en plena búsqueda de su identidad. Por eso, a su entender, es importante que tengan a su alcance publicaciones con “contenido educativo desde una perspectiva feminista”.
Pero no es lo que sucede en Uruguay. Según Pandolfo, las revistas y la publicidad dirigidas a adolescentes lanzan mensajes “para hacer a la mujer más débil, todo lo contrario a empoderarla. Con los estereotipos de belleza, con las relaciones tóxicas. Muchas de esas cosas después nos afectan para toda la vida”.
Deconstruir es uno de los objetivos de esta batalla que lidera Harta. O destruir para construir de nuevo si es necesario. Romper con los estereotipos de género, visibilizar las desigualdades que afectan particularmente a las mujeres, liberar los tabúes y brindar las herramientas para que las adolescentes puedan enfrentarse al mundo con un abanico de información más completo. “El propósito es lograr que las gurisas se informen, conozcan, que tengan días más felices, que se crean capaces. Que se liberen del bombardeo de contenidos machistas que les dictan cómo tienen que ser”, resume Pandolfo.
La revista también pretende terminar con la perspectiva binaria de lo que es el género. “Todas las revistas de adolescentes que vemos acá son heteronormativas, es decir, para gurisas heterosexuales. Es todo referido a ‘lo que le gusta a él, lo que vas a hacer con él’”, cuestiona Pandolfo, que es la “harta” más joven del grupo. “Eso también hay que deconstruirlo. Queremos hablarles a las gurisas que gusten de chicas, de chicos o de quien sea”.
En Uruguay, la iniciativa es pionera y está inspirada, en parte, en revistas como Teen Vogue o Hello Giggles, de Estados Unidos, o las brasileñas Capitolina y Think Olga. Todas se distinguen de las de su género porque “pueden hablarte de las famosas y de labiales pero sin mantenerte afuera de la vida política y la realidad de tu país”, explica Pandolfo. A eso apuntan ellas.
Desde la redacción también hay mucho de introspección y de empatía. Especialmente porque, a la hora de pensar los contenidos de la revista, las responsables de Harta parten de la pregunta “¿Qué nos hubiera gustado leer a los 15 años?”.
Una visión alternativa
No subestimar a las adolescentes y dejar de pensar que son “chicas” para leer sobre algunas cuestiones son dos premisas fundamentales que se plantea el equipo de Harta a la hora de definir qué artículos escribir.
“Nos parece que hay muchas cosas de las cuales no se les quiere hablar a las adolescentes porque asumen que no les interesan o que ya se preocuparán algún día por eso, pero no ahora”, dice Pandolfo, y establece así una de las líneas rojas de la publicación. “Queremos abarcar toda la diversidad de gurisas. Ser un espacio en el que todas puedan sentirse identificadas y seguras, y puedan tener las herramientas para que se alejen de esa mentalidad patriarcal que tanto se nos implanta en la adolescencia”.
Por eso, la revista contiene artículos sobre temas que no suelen trabajar otras publicaciones para adolescentes, como los femicidios, los trastornos alimenticios, el suicidio o la masturbación. Esta última nota, de hecho, generó polémica. “Nos preguntaron ‘¿Cómo va a haber un artículo de masturbación si son tan chicas?’. Los varones hablan de masturbación desde los 12 años y está todo bien. A las adolescentes también les pasa”. Hay que asumir que la masturbación comienza, tanto en mujeres como en varones, en la adolescencia más temprana. “Y también vamos a hablar de aborto, de sexualidad y de anticonceptivos. Porque son cosas que pasan y queremos brindar la información para que pasen de la mejor forma posible”, dice Pandolfo.
Harta tiene cinco secciones. Una es “Conversemos” y pretende poner sobre la mesa temas, términos y conceptos de los que se habla en la actualidad para poder analizarlos, explicarlos y debatirlos desde un punto de vista crítico. Algunos artículos que incluye esta sección explican qué son los micromachismos, por ejemplo, o alertan sobre la importancia de hablar de los femicidios.
Dentro de este espacio hay una subsección que se llama “Hoy te presentamos”, que busca visibilizar el trabajo de mujeres en el arte, en la ciencia o en la historia a través de entrevistas o biografías.
Conscientes de que es algo que a las adolescentes les interesa, esta subsección incluye también la vida de las artistas famosas. La posición de Harta es escribir desde una mirada que trascienda el “chusmerío”. Por ejemplo, un artículo de la revista retoma un aspecto sobre la actriz y cantante estadounidense Selena Gómez que va más allá de sus relaciones sentimentales o la marca de su ropa, y trata sobre el vínculo con Francia Raísa, la amiga que le salvó la vida al donarle un riñón.
La sección “Vos y el mundo”, en tanto, plantea el universo de las relaciones. Con amistades, con familiares, con parejas, con el mundo. Incluso con una misma. Este es el espacio para profundizar en las relaciones tóxicas, los celos, las salidas de amigas, la sexualidad. El espectro es amplio: hay un artículo que brinda consejos para “salir del clóset” y otro que sugiere tips para una primera cita, por citar algunos ejemplos.
Por otro lado está la sección “Estilo”, que nada tiene que ver con la “moda” porque lo que busca es “apoyar que cada una encuentre su estilo y su forma de expresarse”. En esta sección pueden leer notas sobre las estrías o encontrar recetas caseras para exfoliar los labios. La idea, en general, es romper con los estereotipos de belleza y con la noción de que el feminismo no se preocupa por cómo se ven las mujeres. “Podés preocuparte por cómo te vestís o cómo te ves, y eso no te hace una gurisa boba”, afirma Pandolfo.
La revista también tiene un espacio para analizar o recomendar libros, películas, series o música creada por mujeres para mujeres. En esta sección se pueden leer desde recomendaciones de exposiciones de arte hasta sugerencias para menear las caderas al ritmo de una plena feminista. Se llama “Harte”, así, con hache.
La última es “Cuidate” y tiene como objetivo tratar todo lo que tenga que ver con la salud. La necesidad de hacer ejercicio, las idas al ginecólogo, la salud mental, la masturbación como una forma de autocuidado son sólo algunos ejemplos.
El resultado, dice Pandolfo, es un baúl de instrumentos para que las adolescentes sean libres, se conozcan, aprendan y “se copen con ser ellas mismas”. Después hace una pausa y, finalmente, concluye: “Tenemos que ver gurisas más fuertes y más libres que nosotras”.
De acá en más
Harta se lanzó hace casi dos meses y la recepción, en general, fue muy buena. Desde el equipo hacen una evaluación positiva basándose en los comentarios en las redes sociales, la opinión de psicólogas, el interés de los medios de comunicación y los mensajes de lectoras adultas que han escrito para manifestar una sensación que nos queda a muchas: “Me hubiera encantado haberla leído cuando era chica”.
La respuesta del público objetivo no se puede medir con exactitud –porque los datos del acceso de personas menores de 18 años están protegidos–, pero Pandolfo asegura que se hacen una idea “por interacciones en redes sociales, comentarios que nos llegan y colaboraciones que ya nos han mandado varias gurisas”. Las impresiones son positivas.
Las integrantes del proyecto tienen varios planes para el futuro, pero en el corto plazo piensan centrarse particularmente en dos: crear una comunidad de lectoras y hacer un canal de Youtube. El primero apunta a “que Harta no exista sólo en la web”, sino que las responsables puedan conversar cara a cara “con distintas gurisas en Montevideo y en el interior”. La idea no es que sean charlas o talleres unilaterales, sino más bien encuentros en los que se puedan intercambiar opiniones y visiones. “Que ellas nos digan qué les interesa de Harta, qué temas les gustan, de qué les gustaría que hablemos”, explica Pandolfo, antes de rematar con la intención final: “Hacerla de todas”.