“¿Dónde están las pibas?” es una de las consignas que orientan el trabajo de Desaparecidas, el proyecto autónomo del colectivo Encuentro de Feministas Diversas (EFD) que busca visibilizar los casos de mujeres desaparecidas en Uruguay y generar conciencia sobre la trata de personas. Es también una de las preguntas que posiblemente servirá como disparador de la actividad que el grupo desarrollará este domingo, a partir de las 20.00, en Cine Universitario. La convocatoria se enmarca en el Día Mundial contra la Trata, que se conmemora el 30 de julio, y se desarrollará en dos partes: en primer lugar se proyectará la película sueca Lilya 4 Ever (Lukas Moodysson, 2002), y después integrantes de Desaparecidas abrirán el espacio para iniciar una charla sobre la trata de personas con fines de explotación sexual y el panorama particular en Uruguay.
“Es una actividad que busca sensibilizar y trabajar sobre el tema de la trata, que en Uruguay está muy invisibilizado, y sobre la trata de mujeres y de niñas en particular como parte de la violencia de género”, explicó a la diaria María José Olivera, una de las integrantes del EFD. La idea es “provocar un intercambio o debate a partir de la película”, agregó Olivera, “porque a veces para algunas personas una ficción puede ser una forma más fácil de acercarse a la temática”.
Una de las principales líneas de trabajo del proyecto Desaparecidas es el seguimiento permanente de las desapariciones de niñas, adolescentes y mujeres en Uruguay, no solamente para visibilizar los casos sino también para generar su propia base de datos. “Esta parece una cuestión menor y es sumamente importante, porque la página de personas ausentes [del Ministerio del Interior], que es la única fuente oficial de datos de personas desaparecidas, tiene datos desactualizados y errores gravísimos, como por ejemplo víctimas de femicidios que aún continúan en la página”, cuestionó Olivera.
“Estos datos nos permiten de alguna manera reafirmar que el Estado es responsable”, agregó la activista feminista, y mencionó algunas faltas en este sentido. Criticó que la Ley Integral de Violencia Basada en Género, que al principio se vio como “un avance”, no tenga presupuesto asignado un año y medio después de su aprobación. Olivera también dijo que no hay capacitación sobre la trata para funcionarios policiales, fiscales o jueces, no existen fiscalías especializadas en este problema y “sigue sin haber condena a los tratantes, porque las menores de edad continúan desapareciendo y no hay una sistematicidad en el seguimiento, tanto es así que ni siquiera podríamos afirmar que todas las mujeres desaparecidas son víctimas de trata”.
La trata de personas es un problema global, una violación a los derechos humanos y una forma moderna de esclavitud que incluye, entre otros fines, la explotación sexual comercial, el trabajo forzado, la remoción de órganos o la venta de niñas y niños para la adopción. Un estudio de la Organización de las Naciones Unidas publicado en enero reveló como datos contundentes que la trata afecta especialmente a las niñas, adolescentes y mujeres adultas (representan 72% de las víctimas), y que el destino más frecuente de este delito es la explotación sexual (en 59% de los casos). La investigación asegura que el mayor problema al enfrentarse a la trata es combatir la impunidad.