La línea que separa Uruguay y Brasil a la altura de las ciudades de Rivera y Santana do Livramento será el domingo 8 el punto de encuentro entre mujeres de los dos países que marcharán en el marco de un nuevo Día Internacional de la Mujer. La movilización es definida como binacional porque es organizada por colectivos uruguayos y brasileños, pero también –y cada vez más– es internacional, ya que especialmente en los últimos años participan mujeres inmigrantes de otros rincones de América Latina y el resto del mundo. En la diversidad, unas y otras libran las mismas batallas contra las desigualdades de género, las distintas formas de violencia machista y los posibles retrocesos en materia de derechos.
Las organizaciones uruguayas que lideran la marcha de este año son el Colectivo Feminista de la Frontera, la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios, el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), la Unión de Trabajadores del Mides y el Taller Teatro Independiente Riveramento. Por parte de Brasil, participan en la coordinación la Marcha Mundial de las Mujeres, el núcleo de género de la organización Sementes do Pampa, el Sindicato de los Trabajadores Rurales de Santana do Livramento, el Movimiento sin Tierra (MST), Kizomba y el Centro de Profesores de Rio Grande do Sul.
Una de las principales reivindicaciones de este 8M girará en torno a la consigna “Mujeres libres, ni un paso atrás”, una advertencia sobre la importancia de defender los derechos conquistados por las mujeres y las disidencias sexuales en los dos países ante la amenaza concreta que representan para esta población el gobierno de Jair Bolsonaro y algunas medidas anunciadas por la coalición que acaba de asumir el poder en Uruguay. “La principal consigna tiene que ver con la perspectiva de pérdida de derechos en Uruguay por el nuevo gobierno”, aseguró a la diaria Verônica Loss, integrante del Taller Teatro Independiente Riveramento, y mencionó la preocupación, por ejemplo, por el futuro de la aplicación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.
También estarán presentes las consignas “de todos los años”, aclaró Loss, como la lucha por el acceso de las mujeres a la vivienda, el trabajo y la educación, así como el repudio a los femicidios. Además, “como en todas las ediciones siempre participan en la organización y nos acompañan representantes mujeres del MST, también están presentes los temas de la lucha por la tierra”, aseguró la activista.
Está previsto que el domingo la movilización comience su recorrido a las 9.00 frente al supermercado Niederauer de Livramento, a una cuadra de la frontera, para terminar en la plaza Cuaró, en el barrio Rivera Chico. Allí se hará la lectura de la proclama y luego habrá presentaciones artísticas. Según Loss, uno de los puntos más álgidos de la marcha será cuando las manifestantes transiten por el medio de la tradicional feria dominical de la avenida Cuaró.
En las ediciones anteriores la marcha binacional tenía una dinámica distinta: las mujeres uruguayas salían desde la plaza Artigas de Rivera y las brasileñas desde la plaza General Osório de Livramento, recorrían las avenidas principales de las dos ciudades, y se unían al final en el Parque Internacional Frontera de Paz, ubicado prácticamente en la línea divisoria (del lado brasileño). Pero este año van a partir todas juntas desde el mismo punto para caminar por la ciudad de Rivera, en un gesto de las mujeres brasileñas, dijo Loss, “en solidaridad con las mujeres uruguayas cuyos derechos están en riesgo por el cambio de gobierno”.
La primera marcha organizada entre los dos países tuvo lugar el 8 de marzo de 2001, impulsada por la brasileña Flávia Rettamar y las uruguayas Beatriz Colazo, Marta Piñeiro y Cristina Benavides. A partir de ese año se hicieron cinco ediciones consecutivas del 8M binacional, pero a partir de 2006, año en el que fue asesinada Benavides, empezaron a hacerse de manera esporádica. El colectivo de organizaciones retomó la fuerza en 2015 y “se afianzó como movimiento internacional”.
El año pasado, las organizadoras decidieron homenajear a la activista brasileña Marielle Franco, asesinada en Río de Janeiro en marzo de 2018, y a la uruguaya Laura Cabrera, quien fue asfixiada y prendida fuego por su pareja en la estación de AFE de Rivera en diciembre de ese año. Este año, las mujeres recordarán a Cristina Benavides.
Para la memoria feminista
Los homenajes se dedican a personas que dejan huella en la historia, abren la puerta a las transformaciones o son ejemplo de lucha, perseverancia y superación. Cristina Benavides hizo y fue todo a la vez. Profesora de historia y de baile, la riverense fue presa en 1972 por su militancia en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Un año después, todavía en la cárcel, tuvo a su único hijo, que fue criado por sus padres hasta que ella recuperó la libertad. Cuando fue liberada, regresó a Rivera, pero “por su estigma no conseguía trabajo, pasando largos períodos de necesidad”, según recuerdan las organizaciones del 8M binacional en su página de Facebook. “Aun así, nunca abandonó la militancia”, agregan.
Benavides fue edila de Rivera por el Frente Amplio de 1995 a 2000. Desde ese rol fue precursora en la creación de la Comisión de Derechos Humanos de la Junta Departamental, integró la Red de Mujeres Políticas y fue una de las edilas responsables de la instalación de la Unidad Especializada en Violencia Doméstica y de Género en la ciudad. También fue una de las promotoras del 8M binacional y participó en las cinco primeras ediciones, hasta el día de su muerte, en enero de 2006, cuando fue asesinada por su propio hijo, que luego se suicidó.
“La mujer que trajo a Rivera la unidad especializada para las mujeres fue asesinada en un femicidio en manos de su hijo”, remarcó Lôss, quien consideró que Benavides fue “una de las principales militantes feministas riverenses”. “Pese a que pasó mucha necesidad, no abandonó la militancia en ningún momento y fue militante hasta su último día de vida. Por eso la elegimos a ella”, agregó. En las redes sociales, sus compañeras no la olvidan: “Seguimos la lucha de Cristina y de tantas otras mujeres que vinieron antes. En marcha hasta que todas seamos libres”.