La consigna “fue femicidio” se repitió en prácticamente todos los carteles que se desplegaron el miércoles en la plaza Libertad, donde tuvo lugar una concentración para exigir justicia por el asesinato de Carolina Vivero, ocurrido el 25 de diciembre de 2018. La mujer, que tenía 24 años, fue asesinada de 19 puñaladas por su pareja, de quien había decidido separarse unas horas antes.
Durante el juicio oral, la fiscalía había solicitado una pena de 28 años de cárcel para el hombre y que se aplicara el agravante “muy especial” de femicidio. Sin embargo, en marzo de este año, la jueza Blanca Rieiro lo condenó a 24 años de prisión por un delito de homicidio especialmente agravado por haber sido contra su concubina, con alevosía y durante la noche. La magistrada aseguró que, si bien el hombre mató a la mujer “con gran violencia, con bronca, en una situación que la colocó sin posibilidades de defensa, cerrando el dormitorio por dentro para que no recibiera ayuda, dejando a un pequeño niño huérfano. Demostrando crueldad e indiferencia”, no se puede aplicar la figura de femicidio porque, entre otras cosas, no se logró demostrar los motivos de “odio, desprecio o menosprecio” por ser mujer, de acuerdo a la sentencia, a la accedió la diaria.
La defensa del agresor apeló el fallo porque busca una pena menor, alegando entre otras cosas que el hombre tiene problemas de salud mental y que debería ser recluido en un centro psiquiátrico, en vez de en una cárcel común. En esta segunda instancia, la defensa de la familia de Carolina presentó un escrito en el que vuelve a poner sobre la mesa los elementos del proceso que coinciden con los requisitos requeridos por la legislación uruguaya para imputar el agravante de femicidio.
Con ese reclamo, y a la espera del fallo del Tribunal de Apelaciones, se manifestaron familiares y personas allegadas a Carolina, en una concentración que fue apoyada por los colectivos La Pitanga, Colectivo Marielle Franco, Intersocial Feminista, Mujeres de Negro, Coordinadora de Feminismos, y Pan y Rosas. “Durante el juicio se presentaron claras pruebas, dadas por los hechos, de que el crimen cometido fue femicidio, con causales comprendidas en la Ley 19.580”, leyó en voz alta la mamá de Carolina, Viviana Díaz, en el medio de la plaza. “El femicidio de Carolina es la muerte de una mujer, madre, hija, hermana, a quien asesinaron por la sola condición de mujer”, agregó, y recordó que el agresor “amenazaba con quitarse la vida si ella lo dejaba, pero terminó quitándole la vida a ella”.
La proclama que leyó Díaz apuntó además hacia un Estado que no tiene un “compromiso serio” con “el desarrollo de políticas públicas que comuniquen a la sociedad civil los factores de riesgo para una mujer víctima de violencia de género”. También cuestionó la “falta de perspectiva de género en los fallos judiciales” al “reconocer como homicidio lo que, según marca la ley, fue femicidio”. “Carolina no está sola, los seres queridos que estamos acá pedimos justicia y reclamamos que se reconozca como femicidio”, afirmó.
Para la abogada Natalia Fernández, presente en la manifestación, “hay un mensaje atrás de reconocer un femicidio: es reconocer el flagelo que es la violencia de género en nuestro país, que no se destinan recursos, que siguen muriendo mujeres a manos de sus parejas o a manos de hombres que creen que su cuerpo puede ser objeto de propiedad”, señaló a la diaria. La profesional, que es colaboradora de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual por el colectivo La Pitanga y asesora legalmente a la familia de Carolina, agregó que manifestarse en un lugar tan emblemático del Centro de Montevideo busca, entre otras cosas, visibilizar “cuál es el mensaje que se deja a la sociedad cuando en un fallo judicial falta la perspectiva de género y no se reconoce que una mujer puede ser asesinada sólo por su condición de mujer”.