Diez años después de haber sido el primer país en firmarla y ratificarla, Turquía dejó de formar parte de la Convención sobre Prevención y Lucha contra la Violencia contra las Mujeres y la Violencia Doméstica, elaborada por el Consejo de Europa en 2011 para hacer frente a esta problemática. La decisión había sido anunciada en marzo por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, y se hizo oficial este jueves. Se trata de la primera vez que un Estado miembro del Consejo de Europa se desvincula de un convenio internacional de derechos humanos.
El tratado –también conocido como “Convención de Estambul”, porque se firmó en esa ciudad turca– creó por primera vez un marco legal común internacional para prevenir la violencia machista, proteger a las víctimas y condenar a los responsables. La adhesión al acuerdo implicaba el compromiso de los 45 países firmantes a adaptar sus leyes para incorporar medidas de prevención y sensibilización sobre el problema, así como políticas de protección y ayuda para las mujeres en situación de violencia, entre otras.
En los últimos tres meses, organizaciones feministas y grupos de mujeres convocaron a distintas manifestaciones en Turquía para exigir que se anule la medida, al considerarla un retroceso en la lucha por los derechos de las mujeres y una amenaza a su protección. La decisión también fue condenada por organismos internacionales, incluida la Unión Europea.
Tras conocerse la noticia de que la salida del acuerdo era oficial, las turcas volvieron a salir a las calles de distintas ciudades del país para protestar. La movilización más grande tuvo lugar en la plaza Taksim de Estambul, donde la Policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud. Con banderas y pancartas, las manifestantes aseguraron que no están dispuestas a renunciar a los derechos conquistados y pidieron al gobierno políticas públicas que amparen a las mujeres, en un contexto de aumento de femicidios en el país. “No pretendemos ceder nuestros derechos, no pretendemos renunciar a nuestra vida, no pretendemos callar, no pretendemos obedecer, no pretendemos regresar a nuestros hogares, no tenemos la intención de consentir la violencia, no tenemos la intención de renunciar a la Convención de Estambul”, leyeron las organizadoras, según consignó la agencia de noticias Europa Press con base en información del diario turco Cumhuriyet.
En 2020 hubo alrededor de 300 femicidios en Turquía, de acuerdo con la plataforma “Vamos a terminar los femicidios”. La organización suma 171 casos de mujeres que murieron en circunstancias no aclaradas.
Por otra parte, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas instó al gobierno turco a “revertir” la decisión. “La adopción de la decisión en medio de la pandemia de covid-19 tiene el potencial de profundizar la brecha para la protección de mujeres y niñas durante una época en la que la violencia basada en el género contra las mujeres está aumentando”, señaló en un comunicado. Agregó que la medida no tiene “una base sólida ni justificación”. En tanto, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, dijo que Turquía “atrasó el reloj diez años en lo relativo a los derechos de las mujeres y ha sentado un precedente aterrador”. La experta en derechos humanos aseguró en un comunicado que el gesto de Erdogan “transmite a quienes cometen abusos, mutilan y matan un mensaje temerario y peligroso: que pueden seguir haciéndolo con impunidad”.
Pese a las protestas y a las críticas, el mandatario turco defendió la decisión y, el mismo jueves, presentó un nuevo plan de acción contra la violencia de género. “Estamos haciendo la lucha incluso más fuerte con nuestro nuevo plan”, declaró Erdogan en una presentación en Ankara, según la agencia estatal de noticias turca, Anatolia. En el evento, Erdogan dijo que un primer paso será revisar la legislación de Turquía sobre violencia de género y hacer “efectiva” su implementación. Y afirmó: “Nuestra lucha contra la violencia contra la mujer no empieza con la Convención de Estambul y no termina con nuestra salida de esta”.