La crisis que trajo consigo la pandemia vino con más desempleo y pobreza para las mujeres y disidencias. Organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas han declarado que en 2020 las mujeres perdieron sus empleos de forma más acelerada que los hombres y tienen mayores dificultades para encontrar uno. A la vez, a pesar de los avances en materia de derechos que han empujado los feminismos, aún existen la brecha salarial y la división sexual del trabajo, y las tareas de cuidados o de reproducción de la vida recaen mayoritariamente en las mujeres.

En este contexto, se han potenciado iniciativas de economía solidaria y colaborativa entre mujeres como forma de crear alternativas al sistema capitalista, patriarcal y racista. La Mercada Feminista Uruguay es un espacio de activismo en redes y una bolsa de trabajo feminista. El grupo de Facebook funciona desde 2017 y actualmente cuenta con 7.400 integrantes. El año pasado, ganó el premio Fortalecidas, impulsado por la Intendencia de Montevideo (IM), con el proyecto “Feminismos para la igualdad: herramientas para la diversificación laboral de las mujeres y disidencias”.

Leticia Arriola, Mariana Rodríguez, Inés Subismendi, Natalia Pais, Silvana Mancebo y Georgina Colombo son las coordinadoras de este espacio que recibe a todas las mujeres y disidencias de Uruguay. “La idea básica de la Mercada es fomentar el trabajo entre mujeres, comprarnos y contratarnos entre nosotras. En el sistema capitalista, neoliberal y patriarcal las mujeres estamos más excluidas, por eso vamos a fortalecernos a nosotras mismas”, dijeron Mariana y Natalia en entrevista con la diaria.

¿Cómo nació la Mercada Feminista Uruguay?

Mariana: Comenzó con un debate que se dio en la página de Facebook “Movimiento Feminista Uruguay”, donde se tocó el tema del trabajo. En ese momento, yo vivía en Brasil y comenté que allá participaba en páginas que son bolsas de trabajo feminista, entonces decidimos hacer una para Montevideo. Fuimos buscando administrar el espacio de forma instrumental, no como una formación feminista. Es un feminismo muy intuitivo, y no es que hacemos grandes debates para hacer las cosas: va todo en la intuición y dependiendo de la trayectoria de cada una. Empezó con nuestros contactos; luego nos dimos cuenta de que teníamos que poner un filtro de entrada para los perfiles falsos o para los hombres cis. Vimos que otros grupos de Facebook tenían preguntas de entrada, por lo que le pusimos preguntas de entrada. Fue todo construido en la propia marcha. No encaramos el feminismo desde la teoría, lo hacemos bastante intuitivo y en la práctica. Quizás la formalidad se la hemos dado en el camino: a veces necesitamos saber cosas o accionares para entender lo colectivo, para entender que lo colectivo no son mis posturas individuales.

Natalia: Es un grupo bien heterogéneo. Cuando empecé como una de las administradoras, hace un par de años, estaba en 4.000 integrantes; luego, con la pandemia ese número se disparó. Hubo una explosión porque empezaron el trabajo virtual y los intercambios de compra y venta. En la Mercada hay artesanas, profesionales, servicios de construcción y albañilería. Casi todos los rubros están cubiertos, hasta el de instructora de manejo, y se multiplica mucho por la gente que invita a otras a unirse. Nosotras administramos el grupo y las publicaciones, pero no mediamos lo que pasa dentro del espacio, sólo en casos muy particulares. Pero siempre se instruye en que lo hagamos entre todas y en cumplir ciertas reglas, como que no se puede sugerir el trabajo de alguien que no es parte de la Mercada, sino que hay que invitarla antes. También hay debates y comentarios que salen del encuadre: aunque, en realidad, no es un grupo para debatir, han surgido debates bastante serios y complejos, que han aportado a esta formación de cómo vamos manejando la Mercada. Qué cosas hay que tener en cuenta, qué cuidados.

Mariana: Ahí es que se van generando las pautas, que salen bastante del colectivo. No es que iniciamos el grupo y creamos el estatuto. Si sistematizamos lo que sucede dentro del grupo es luego de mucho camino, siempre se dio de una manera intuitiva y en la práctica.

“Creemos que es el camino socioeconómico alternativo para fortalecer a las mujeres y disidencias, ya que tenemos algunos techos dentro de esta estructura económica, social y política”. Mariana Rodríguez

¿Para qué sirve la Mercada?

Mariana: El principal punto de la Mercada es generar una economía solidaria en la práctica. A medida que los intercambios se van dando, se van comunicando con nosotras y un montón de mujeres y disidencias te dicen que todo su ingreso mensual se está generando gracias a la Mercada. Ese es el motor por el que le ponemos tanta militancia, porque nosotras no ganamos con esto. Todo lo que hacemos es porque creemos que es el camino socioeconómico alternativo para fortalecer a las mujeres y disidencias, ya que tenemos algunos techos dentro de esta estructura económica, social y política. Creamos alternativas económicas en la práctica.

Natalia: Otro fenómeno que se da y que escapa a lo que hacemos es que llegan muchos pedidos de ayuda de mujeres en situaciones muy vulnerables por violencias, porque sienten que es un espacio muy seguro. Y ahí, antes de aceptar la publicación, tratamos de derivar ese caso, por eso se da mucho más de lo que se ve. Tratamos de derivar, no de resolver. Si se publica es porque se habló mucho antes sobre ese tema. Nos llegan un montón todo el tiempo, y lo que se ve publicado es un mínimo porcentaje.

Mariana: Derivamos con contactos que tenemos con Comuna Mujer, de la IM. Tratamos de sistematizar los números institucionales, como el del Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social, sobre todo para los casos de riesgo. En otro momento nos involucrábamos más y tratábamos de ayudar, y hubo todo tipo de experiencias. Después, nos dimos cuenta de que llegaba de todo al espacio y que no podíamos abarcarlo todo, por lo que empezamos a derivar. Así han nacido otros grupos, como Trueque Feminista, la Feria Feminista Itinerante (FeFi), Vivienda Feminista, Ventas Feministas Uruguay y otro de donaciones. Y se dan un montón de cosas de las que nosotras ni nos enteramos. Incluso, un grupo de mujeres que se conoció a través de la Mercada formó un coro. También hay una gran movida de las personas que se dedican a lo textil. Los mismos emprendimientos u oficios se van relacionando y creando nuevos productos o nuevos trabajos que se dan a partir del espacio. Por ejemplo, tengo un emprendimiento y necesito que me hagan la serigrafía de la remera, o alguien que saque fotos, o haga las redes.

¿Qué es lo que más se busca y lo que más se ofrece?

Mariana: Eso es muy difícil de medir. Ahora, la Universidad de la República nos invitó a participar en una investigación sobre economía solidaria, después de eso vamos a tener más sistematizada esa información. Pero podemos decir que la comida es lo que más se vende porque es lo más inmediato, y la ropa también. Los días comerciales explotan. Hay mucha demanda de abogadas y psicólogas, y también se da mucho el tema flete y traslados –modo Uber, pero personalizado–, para viajar con más seguridad. El año pasado participamos en el Foro Social Mundial de Economías Transformadoras, hicimos unas encuestas a las integrantes, pero las respuestas son muy inmediatas.

¿Por qué los varones cis son los únicos que no tienen permitido el ingreso?

Natalia: Espacios mixtos ya hay, y si hablamos de la economía y lo laboral, es donde la mujer está más excluida que el varón. Es un espacio feminista, por lo tanto, varones no.

Mariana: Nosotras somos el género oprimido, en desventaja. Es un espacio para fortalecernos nosotras, no queremos hacerlo con ellos. Pero eso no quiere decir que, si soy una profesional feminista, no le pueda vender mis servicios a cualquiera, por eso con el premio Fortalecidas vamos a hacer una página web, que será una guía clasificada y va a poder acceder cualquier ser humane del planeta. En el Facebook hay otra intimidad, es un grupo muy importante de formación, que se basa en la práctica y en la intuición, no en la teoría. Pero para que se dé ese espacio de respeto y confianza, para poder decir los dolores que sufrimos las mujeres que los varones cis no sufren, es ahí. Tiene que haber algún lugar cerrado para fortalecernos entre nosotras y crear vínculos, formación y reproducción de nuestras propias posturas. También necesitamos estar seguras para contar lo que nos pasa, porque en el grupo se cuenta que las persiguen, que se quieren divorciar, que sufren violencia. El feminismo no es cualquier postura política, el feminismo es transversal. Tenemos que crear determinadas categorías para nuestro propio cuidado y fomento, nuestro impulso económico, psicológico, social, cultural.

“Llegan muchos pedidos de ayuda de mujeres en situaciones muy vulnerables por violencias, porque sienten que es un espacio muy seguro”. Natalia Pais

La pandemia por covid-19 ha generado más desempleo y precarización para las mujeres. ¿De qué manera creen que la Mercada es una alternativa al sistema capitalista y patriarcal?

Natalia: Es un desafío fomentar el intercambio entre mujeres y disidencias con ciertos cuidados y sin caer en la precarización de nosotras mismas. Por ejemplo, con los servicios de limpieza se generó una serie de conflictos y debates, porque es un rubro complejo en las relaciones laborales.

Mariana: Ahí hablamos de la estructura histórica de la división sexual del trabajo; la Mercada nace por eso. Vivimos la crisis por la pandemia y la primera mano de obra a ser precarizada es la de las mujeres. En ese sentido, la Mercada ha sido una fuerte unidad de militancia y de sostén. A veces lo que necesita esa persona para emprender y generar ella misma su fuente de trabajo es tener una red, no sólo de quien le compre su producto, sino para el incentivo, para poder preguntar si lo que está pensando hacer es por acá o por allá. Inspirarse en el trabajo de otras compañeras. Es importante trabajar la autoestima sobre el valor de la mujer para lo económico y la vida pública. Esa es una de las fundamentaciones que dimos en el proyecto de Fortalecidas: generar entre nosotras un sostén de relaciones para que las mujeres puedan estructurar sus propios ingresos. En este momento de crisis, es súper importante. Quienes tenemos sueldos fijos, en vez de ir al supermercado, nos tomamos un poco más de tiempo y les compramos a las compañeras de la Mercada. Es algo ideológico también, como el ejemplo del Mercado Popular de Subsistencia. Es una práctica de economía solidaria que tiene mucho valor y que en la pandemia ganó mucho más, una alternativa para el sistema económico con ese énfasis y para salir del circuito de grandes supermercados.

En este sentido, ¿cómo manejan la competencia entre mujeres, que está tan intrínseca en el sistema patriarcal y de la que no hablamos mucho?

Mariana: Sí, está siempre. Es el patio de la escuela no superado; nosotras tratamos de que ni nos llegue todo eso. Como mujeres, tampoco tenemos la práctica de darnos para adelante entre nosotras, de decirnos “qué linda que estás”. Otras mujeres de otros países sí son así. Pasa algo similar con el racismo: Uruguay es muy racista. Una le puede poner el ojo, pero no podemos modificarlo, es estructural del comportamiento cultural que lleva mucho tiempo.

Dicen que, para muchas, la Mercada es el primer acercamiento a los feminismos. ¿Cómo se han dado estos procesos?

Mariana: Esto es re positivo, es uno de los grandes puntos. Que la Mercada sea para muchas la puerta de entrada a los feminismos. Primero, que algunas lo veían como algo distante: “El feminismo son esas locas que salen el 8 de marzo y ensucian la iglesia”. Con el paso del tiempo, ellas empiezan a cuestionarse cosas que antes no veían ni se cuestionaban. Ha habido todo tipo de relatos y eso te lo agradecen. Y no sólo de feminismos: por ejemplo, las compañeras con perspectiva vegana le dijeron a una señora que hacía unas sandalias de cuero por qué no hacía la suela de otro material, y la señora empezó a hacer las sandalias de crochet con otro material.

Natalia: En este sentido hay una oferta de comida vegana y de productos naturales muy grande. En un momento tuvimos un gran debate, porque hay productos naturales, pero también está Just o Nuvó, que son una entrada de trabajo importante para muchas personas. Por ejemplo, la depilación también fue un gran debate, una señora que publicó una vez un afiche que decía: “Ay, estás muy peluda, vení a depilarte”. Y se debatió mucho entre quienes defienden ese puesto de trabajo y quienes hablan de la hegemonía estética del cuerpo de la mujer. También tuvimos otro gran debate por la publicación de precios cuando se vende un producto en redes. Se sugirió poner el precio de los productos en las publicaciones, y se debatió entre qué te cuesta preguntar el precio y qué te cuesta publicarlo. Y todavía siguen haciendo comentarios. Vemos que falta mucha información sobre community manager en las páginas. Por eso, con el premio Fortalecidas vamos a generar talleres de community manager, de gestión de emprendimientos, de formación de género y economía solidaria, además de desarrollar la página web de la Mercada.