Esta semana se desarrolló en Buenos Aires el Foro Feminista de la XV Conferencia Regional de la Mujer de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), una instancia en la que organizaciones de la sociedad civil debatieron sobre las principales reivindicaciones del movimiento feminista de la región para presentar un documento consensuado durante el evento. Entre las distintas participantes que viajaron desde Uruguay estuvo la activista Karina Núñez, fundadora de la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), que fue agredida en ese marco, según denunció el sindicato en un comunicado.

En concreto, Otras aseguró que la activista experimentó el martes “hechos de violencia física y verbal” por parte de un “grupo autoidentificado como feministas abolicionistas”. “Manifestamos nuestro absoluto repudio a este tipo de prácticas que van contra la mirada histórica de los feminismos por nuestro derecho a vidas libres de violencias y por lo cual entre nosotras lo fundamental debería ser el respeto, aun en las diferencias”, dice el texto. La organización exhortó además “a poner énfasis en la necesidad de construir espacios seguros y encontrarnos más unidas que nunca, porque el enemigo no son nuestras hermanas de lucha”.

En una nota enviada a la diaria, Núñez remarcó que Uruguay “es el único país regulacionista del trabajo sexual”, de acuerdo a lo que establece la Ley 17.515, y planteó que “desconocer una norma legislativa a los gritos es violencia”. “No estamos a favor de la prostitución, pero tampoco de que nos silencien y anulen en un evento que se supone recoge todas las voces de América”, puntualizó.

Distintos colectivos feministas y de la diversidad, como la Intersocial Feminista, Maestras Feministas, Ovejas Negras, entre otros, adhirieron en las últimas horas al comunicado de Otras y manifestaron su solidaridad con Núñez, utilizando en redes sociales el hashtag #SinNosOTRASNada.

Por su parte, la plataforma Resistencia Feminista expresó su apoyo en otro comunicado en el que condenó “la violencia a las mujeres y disidencias, venga de quien venga”. Además, las activistas hicieron un “llamado de atención” a la organización del Foro Feminista “para que no se permita este tipo de acciones. “Si no es seguro para todas las mujeres un foro feminista… cabe preguntarse cómo podemos luchar para que sean seguros otros ámbitos”, plantea el documento.