El Parlamento de Francia aprobó este miércoles un proyecto de ley que amplía de 12 a 14 semanas el plazo legal para acceder a una interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Después de varias modificaciones y pese al rechazo del Senado, la iniciativa fue aprobada de forma definitiva por la Asamblea Nacional (la cámara baja) con 135 votos a favor y 47 en contra. “Hoy es un día importante para la salud sexual y reproductiva y un día importante para la salud de las mujeres”, celebró el ministro de Salud francés, Olivier Véran. El jerarca aseguró que esta decisión traduce la voluntad del Poder Ejecutivo de “avanzar hacia un mayor pragmatismo e igualdad”.
La propuesta fue presentada en agosto de 2020 por la diputada Albane Gaillot, representante del grupo Ecología, Democracia y Solidaridad, formado ese año por exintegrantes del partido de gobierno La República en Marcha, y pretendía mejorar la “efectividad” del derecho al aborto, que en el país es legal desde 1975. Uno de los argumentos era que, aunque los abortos tardíos representan una “ínfima parte” de los procedimientos que se realizan en Francia, cada año hay entre 3.000 y 5.000 mujeres que tienen que viajar a otros países para abortar por haber superado el plazo legal.
Según explicó este miércoles la diputada socialista Marie-Noëlle Battistel, estas mujeres suelen ser además las “más vulnerables”.
Cuando presentó el texto, Gaillot había recordado que el aborto sin restricciones es legal hasta las 14 semanas de gestación en países de Europa como España y Austria, hasta las 18 en Suecia, hasta las 22 en Holanda e incluso hasta las 24 en Reino Unido. “Estos ejemplos reflejan que ningún argumento médico o científico justifica oponerse a la ampliación de los plazos”, puntualizó.
Este miércoles, algunas diputadas incluso señalaron que el lunes Colombia despenalizó el aborto hasta las 24 semanas de embarazo. Fue el caso de Mathilde Panot, del partido de izquierda La Francia Insumisa, que, con un pañuelo verde atado en el brazo, atribuyó estos avances “a la movilización histórica de las feministas”.
El proyecto de ley había despertado la oposición de buena parte de la derecha francesa tanto en el Senado como en la Asamblea Nacional, por lo que el debate no estuvo desprovisto de trabas. Además, el presidente francés, Emmanuel Macron, había manifestado algunas reticencias, pese a que de todas formas su partido lo apoyó.
“El curso atípico de este proyecto de ley es una lección para aprender sobre el funcionamiento de nuestras instituciones. Muestra que debemos ignorar las etiquetas políticas. Cuando una idea es buena, no es ni de derecha ni de izquierda”, dijo Gaillot luego de la votación.
La iniciativa también busca responder a la falta de practicantes y al cierre paulatino de los centros donde se realizan abortos, según informó el diario Le Monde. Por eso, también prevé extender a las parteras la competencia para hacer abortos quirúrgicos en los hospitales. Desde 2006, las parteras, que son “más numerosas que los médicos en Francia”, dijo Gaillot, están habilitadas a realizar abortos con medicamentos.
Sigue en pie la “cláusula de conciencia”
El texto original del proyecto de ley preveía la eliminación de la “cláusula de conciencia” que hoy permite a los profesionales de la salud a negarse a realizar un aborto –lo que en Uruguay conocemos como “objeción de conciencia”–. Sin embargo, la cláusula se tuvo que mantener para que el texto pudiera continuar su trámite parlamentario, que empezó en octubre de 2020.
En los próximos seis meses, el Ejecutivo debe presentar al Parlamento un informe que detalle cómo se implementará la nueva normativa y un balance de la situación del sistema de acceso al aborto en el país.