“Si las paredes del Museo del Carnaval hablaran sobre carnavales que se vivieron en otros tiempos y cómo los sentían y vivían las diversidades de género, no sé si en algún momento nos tendríamos que tapar los oídos”. Con estas palabras, la actriz, comunicadora y murguista Emilia Díaz dio inicio a la conferencia de prensa en la que se presentó el premio “La noche de los aciertos” este jueves en el Museo del Carnaval. La iniciativa fue impulsada por la Asamblea de Colectivos Feministas Las Pioneras y Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay (Daecpu), con el apoyo de Pilsen.

Ana Algare, integrante de la Asamblea de Colectivos Feministas Las Pioneras, contó que a partir de las denuncias públicas a través de la cuenta de Instagram Varones Carnaval, en agosto de 2020, las mujeres del colectivo comenzaron a pensar acciones para una “apertura al cambio” de las lógicas institucionalizadas del carnaval, la brecha de género cultural y las violencias de género y sexual denunciadas por cientos de mujeres.

En esa línea, destacó el encuentro que se realizó en febrero de 2021, con el apoyo de Pilsen, para debatir sobre la construcción de “un mejor carnaval” e imaginar y generar otros escenarios posibles más igualitarios y libres de violencia, “donde el humor sea no discriminatorio”. De la misma forma, resaltó la publicación El carnaval que soñamos, que recoge las reflexiones de ese debate y otros talleres con mujeres y varones integrantes de conjuntos de carnaval, la Intendencia de Montevideo y Daecpu.

Estas iniciativas condujeron a que el colectivo de mujeres, instituciones involucradas y Pilsen decidieran “redoblar” la apuesta y promover un premio económico y simbólico que reconozca las iniciativas de grupos de carnaval que visualicen y promuevan en “forma y contenido” la equidad de género, explicó Gabriel González, director de marketing de Fábricas Nacionales de Cerveza.

Se entregará un único premio de 5.000 dólares transversal a todas las categorías del carnaval oficial -murga, humoristas, parodistas, entre otras-. Además se entregará una estatuilla de dos manos superpuestas que representan el trabajo conjunto entre mujeres y varones por la construcción de un carnaval más respetuoso e igualitario. En el convenio establecido con Pilsen se definió entregar el reconocimiento este carnaval y durante cinco años más.

Katya Zakarian, presidenta de la Comisión de Género de Daecpu, señaló que el anuncio de este premio es un paso en la construcción de un camino hacia un futuro “mejor para todas las personas, indistintamente de su edad, género e identidad sexual”. Sostuvo que desde la comisión se dio el “primer paso” para la construcción de un carnaval en el que, en “todo su proceso, desde los ensayos hasta el concurso o presencia de los conjuntos en los escenarios, no exista ningún tipo de violencia, abuso, acoso o desigualdad contra las mujeres ni contra nadie”. “Si esas situaciones ocurren cuando termina el carnaval, no podemos hablar de una fiesta, porque la fiesta es para todas y todos o no es para ninguno. Tenemos que trabajar para que así sea”, agregó.

Definir los “aciertos”

El jurado a cargo de otorgar el premio está integrado por la escritora y comunicadora Mariana Olivera, la gestora cultural Adriana Arrascaeta, y el exjurado del concurso oficial, compositor y murguista, Pablo Milich. Ellas y él serán quienes definirán cuáles son “los aciertos”, es decir, qué criterios y sensibilidades evaluarán de los espectáculos.

En diálogo con la diaria, Olivera explicó que para la evaluación se tomará en cuenta la presencia de las mujeres y disidencias en el escenario y en todo el conjunto, el contenido de las letras y “lo que podamos ver de militancia”. A la vez, observarán la “coherencia” entre ambas dimensiones. “Puede haber un discurso desde las ideas, pero que los componentes sean todos varones. Es valorable que haya discursos a favor de la igualdad de género, que traten el tema, que aborden el tema de Varones Carnaval, pero también los cuerpos en escena son muy importantes”, expresó.

Los parámetros que utilizará el jurado son “más flexibles” que los establecidos en el concurso oficial de Daecpu, dijo Olivera, y señaló que están “abiertos” a que sea una “experiencia sensible, emotiva, donde se nos parta el corazón para bien, y elegir el conjunto que logre esas cosas”.

Durante la conferencia de prensa, Olivera contó que su vínculo con el carnaval “tiene muchos años” desde el lugar de espectadora pero que, además del disfrute, “siempre estuvieron presentes algunos ruidos en relación a las violencias naturalizadas, que hoy estamos revisando y tratando de sanar”. En ese contexto, consideró que este premio es un suceso histórico. Señaló que en el marco de su actividad como jurado se “sorprendió” gratamente con el espectáculo de varios conjuntos que tienen una “perspectiva de género muy marcada, al mismo tiempo un mensaje precioso y te hacen reír”. “Te demuestran que se puede y que el cambio es posible”, señaló.

“Sin duda esto es un logro de los feminismos. Quiero hacer un reconocimiento especialmente al movimiento de Varones Carnaval, a todas las mujeres y las pibas que se animaron a pronunciarse en contra del acoso, el abuso sexual y la pedofilia [en el ámbito carnavalero]”, expresó Olivera. Dijo que, si bien ese suceso despertó dolor, también dio pie a pensar en un cambio y hoy es posible sentir “esperanza” para cambiar el escenario actual. “Todavía las desigualdades dentro del carnaval rompen los ojos, pero van a cambiar. El cambio ya está ocurriendo”, sostuvo.

Asimismo, la escritora planteó que este premio es un reconocimiento simbólico para todas las mujeres que durante décadas han hecho que el carnaval sea posible sin estar arriba del escenario, “sosteniendo con los cuidados de crianza”. En la misma línea, Arrascaeta remarcó que el “trabajo que no se ve” del carnaval son tareas que principalmente asumen las mujeres; madres, hermanas, abuelas, esposas, hijas, y que sin todas ellas no habría carnaval.

La gestora cultural consideró que este premio permite poner la desigualdad de género cultural sobre la mesa para las personas que están en el entorno y las que no, y, de la misma forma, para quienes se “animan” a debatir y quienes no. “Por lo menos lo tienen ahí en la cabeza, está presente”, dijo.

“El jurado está aprendiendo todos los días, estamos haciendo un trabajo de estudio intenso de forma presencial, a través de la televisión, intercambiamos constantemente”, señaló Arrascaeta.

Por su parte, Milich aseguró que, como varón, la experiencia de formar parte del jurado tiene un mayor énfasis personal. “Es un gran desafío como varón ver en qué podemos colaborar desde nuestro lugar, hacer nuestro trabajo de introspección, trabajar con nuestros vínculos más cercanos y en nuestras casas”, sostuvo. En ese sentido, consideró que es una oportunidad de aportar “un granito de arena” a la construcción de un espacio más “justo e igualitario”.