Las mujeres, niñas, niños y adolescentes son siempre las poblaciones más afectadas en cualquier crisis, conflicto o guerra. La situación en Ucrania no es una excepción. Este lunes, ONU Mujeres y Unicef describieron ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el panorama complejo que viven estos grupos desde el comienzo de la invasión rusa, y denunciaron en particular casos de violaciones y trata de personas. Una vez más, la violencia sexual es utilizada como arma de guerra.

La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, dijo que hace unos días estuvo en la República de Moldavia, donde pudo ver a decenas de mujeres, niñas y niños que llegaban de Ucrania “exhaustos y angustiados”. En ese sentido, advirtió que “se corre el riesgo de que el trauma destruya a una generación”.

La diplomática –que insistió en la necesidad de abordar la situación con una perspectiva de género– aseguró que el organismo cada vez recibe más denuncias de casos de violaciones y otras formas de violencia sexual contra quienes huyen. Además, señaló que el gran número de personas desplazadas con la presencia de reclutas y mercenarios, sumado a la brutalidad mostrada contra la población ucraniana, “hace que se levanten todas las banderas rojas” sobre una posible “crisis de protección”. “Una guerra de esta magnitud impacta al mundo mucho más allá de las fronteras de Ucrania”, agregó, y advirtió que el riesgo de trata de personas está en aumento, con las mujeres jóvenes y adolescentes como principales objetivos.

Unos días antes de que Bahous hiciera estas declaraciones, la agencia de noticias AFP publicó el testimonio de Elena, el nombre ficticio de una mujer ucraniana que denunció haber sido violada por dos soldados rusos durante 13 horas. “Sin decir una palabra, me tiraron a la cama, me aplastaron con una metralleta y me desnudaron”, relató la mujer. “Casi no hablaban, excepto a veces para llamarme 'banderovka' [como les dicen a los nostálgicos del movimiento liderado por el líder ultranacionalista ucraniano Stepán Bandera] o para decirse 'tu turno'”, contó. Agregó: “Estoy asqueada. Ya no quiero vivir”.

La situación de las infancias

Por su parte, el director de Emergencias de Unicef, Manuel Fontaine, aseguró ante el Consejo de Seguridad que visitó Ucrania la semana pasada y que, en sus 31 años de experiencia, “rara vez” vio “tanto daño causado en tan poco tiempo”. Según informó, hasta el 10 de abril la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos había verificado la muerte de 142 niñas y niños, al tiempo que 229 resultaron heridos. “Sabemos que estos números probablemente sean mucho más altos, y muchos de ellos fueron causados por fuego cruzado o por el uso de armas explosivas en áreas pobladas”, especificó.

Fontaine señaló que las hostilidades dañaron o destruyeron “cientos de viviendas” y que “continúan los ataques contra hospitales, centros de atención de la salud, equipos médicos e incluso profesionales de la salud, lo que dificulta que las personas accedan a la atención”. Agregó que cientos de escuelas y centros educativos también fueron atacados.

El representante de Unicef puntualizó que de los 3,2 millones de niñas y niños que se estima que permanecieron en sus hogares, “casi la mitad puede correr el riesgo de no tener suficientes alimentos”. También señaló que los ataques a la infraestructura del sistema de agua y los cortes de energía dejaron a alrededor de 1,4 millones de personas sin acceso al agua, y otros 4,6 millones tienen acceso limitado.